Exdiputados que piden sus chollos
"El aliento de aquellos lejanos tiempos en los que privaba el prop¨®sito de cambiar y mejorar la sociedad ya solo se percibe entre la izquierda emergente y la juventud indignada"
Este mes comenzar¨¢n a sustanciarse ante el Tribunal Superior de Justicia de la CV las reclamaciones interpuestas por 43 exdiputados de las Corts que instan percibir los beneficios que en 2006 les fueron acordados ¡ªy posteriormente derogados¡ª a los parlamentarios auton¨®micos, consistentes en percibir en condiciones singulares una indemnizaci¨®n por cese y unas pagas complementarias a las de la Seguridad Social para garantizarles el cobro entre el 80 y el 100 % de la pensi¨®n m¨¢xima en funci¨®n de los a?os que ocuparon el esca?o. Tanto entonces como ahora estas concesiones fueron pol¨¦micas y se consideraron privilegiadas, siendo amparadas ¨²nicamente por los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, si bien hay que anotar en su favor que con ello se trataba de enmendar el absurdo legal que imped¨ªa la aplicaci¨®n del r¨¦gimen com¨²n vigente para todos trabajadores que bien hubiese obviado este conflicto.
A la espera de lo que los jueces resuelvan --y el fallo puede costarle a las arcas p¨²blicas la friolera de 27 millones de euros--, se reverdece el inextinguido debate en torno al desempe?o de la pol¨ªtica como actividad c¨ªvica transitoria o como oportunidad profesional vitalicia, que en todo caso ha de estar justamente retribuida, pero en consonancia con los niveles de renta que priman en su entorno, el valenciano en este caso. A lo que no puede aspirarse sin esc¨¢ndalo es a convertir la dedicaci¨®n p¨²blica en un chollo, tanto m¨¢s cuando est¨¢n por percibirse los beneficios materiales que para los administrados se decantan de este ¨®rgano legislativo que son las Cortes, por no aludir a la feble cualificaci¨®n profesional y eficiencia de buen n¨²mero de sus titulares. O sea, que a los se?ores diputados en lucha les es muy recomendable un ba?o de modestia y no confundir el esca?o con un premio gordo de la loter¨ªa.
La justicia dar¨¢ o quitar¨¢ lo que corresponda, pero ser¨ªa chocante, cuando no indignante, que resultase ser correcto indemnizar en concepto de paro a quien, perdida su condici¨®n de parlamentario, percibiese una cuantiosa indemnizaci¨®n incluso cuando se incorpora a otro puesto de trabajo retribuido, p¨²blico o privado. Una cosa es dotar a quien ocup¨® un esca?o despu¨¦s de una probada y abnegada lucha por la democracia y se encuentra desarmado ante los apremios de la vida ¡ªtal como aconteci¨® en los inicios de la transici¨®n¡ª y otra muy diferente generalizar un estatuto circunstancial y extraordinario a quienes confunden la democracia con la sopa boba.
Se dir¨¢ que estamos hablando de bagatelas a la vista de los saqueos corporativos que a diario se han producido y se producen en este pa¨ªs por parte de gestores p¨²blicos, consejeros societarios de toda ralea y ejecutivos bancarios, todos ellos ¡ªo casi¡ª doctorados cum laudem en la Universidad de Sierra Morena. En relaci¨®n con este fen¨®meno delictivo y desmadrado las demandas de los aludidos diputados resultan econ¨®micamente poco menos que irrelevantes, pero tambi¨¦n significativas del esp¨ªritu mezquino y ajeno a la ¨¦tica que abunda cada vez m¨¢s en la pol¨ªtica, convertida ¡ªa pesar de las brillantes y generosas excepciones¡ª en coso de gentes mediocres que buscan un vi¨¢tico o una salida personal porque carecen de m¨¦ritos y coraje para ganarse la vida de otro modo. El aliento de aquellos lejanos tiempos en los que privaba el prop¨®sito de cambiar y mejorar la sociedad ya solo se percibe entre la izquierda emergente y la juventud indignada.
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