¡°El cinismo pol¨ªtico de la derecha valenciana ha resultado devastador¡±
Joaqu¨ªn Azagra y Joan Romero analizan en un libro la crisis econ¨®mica y social
?Qu¨¦ ha pasado en la sociedad valenciana estos ¨²ltimos a?os? ?C¨®mo se ha llegado a una situaci¨®n tan grave, en t¨¦rminos econ¨®micos, financieros e incluso morales, vista la proliferaci¨®n de casos de corrupci¨®n? Los profesores Joan Romero y Joaqu¨ªn Azagra, desde sus especialidades en Geograf¨ªa Humana y en Historia Econ¨®mica, respectivamente, y con el bagaje de su experiencia en la pol¨ªtica valenciana de filiaci¨®n socialista, han dado a esa pregunta una respuesta ins¨®lita, por lo escaso de ese tipo de ensayos entre nosotros, y deliberadamente pol¨ªtica, de ah¨ª el t¨ªtulo de su libro, Desde la margen izquierda (Publicacions de la Universitat de Val¨¨ncia). ¡°La hip¨®tesis de partida es que esta sociedad se ha roto por muchos sitios, del ¨¢mbito econ¨®mico al social, del demogr¨¢fico al pol¨ªtico¡±, explica Azagra, ¡°y no responde a las condiciones en que la socialdemocracia hab¨ªa tenido ¨¦xito en la construcci¨®n de un modelo social europeo¡±. ¡°Quer¨ªamos responder esa pregunta tan com¨²n que nos hacen cuando salimos fuera¡±, a?ade Romero, ¡°?qu¨¦ pasa en Valencia?¡±. El libro trata de ver ¡°qu¨¦ de singular o de excepcional tiene la situaci¨®n valenciana en relaci¨®n con din¨¢micas de cambio social y econ¨®mico en el contexto de las regiones europeas¡±, prosigue Romero, para responder: ¡°No pasa nada que no pase en otros sitios. S¨®lo que aqu¨ª tenemos unas patolog¨ªas que nos lo ponen m¨¢s dif¨ªcil¡±.
?Hay una anomal¨ªa valenciana? ¡°La definimos en alg¨²n momento como una tormenta perfecta¡±, dice Azagra, ¡°en el sentido de que no es extra?a sino que es perfecta¡±. Y se explica: ¡°No es normal que la derecha tenga la capacidad de imponer un relato de la sociedad y un proyecto en nombre de la modernidad con caracter¨ªsticas tan excluyentes que coincida con una etapa de tanto crecimiento y que lleve a que la gente compre el discurso tan f¨¢cilmente. Por otra parte, tampoco es habitual un partido socialista que no quiera mirar a la sociedad, que le d¨¦ la espalda¡±.
¡°El valenciano es un pa¨ªs culturalmente escindido y jibarizado pol¨ªticamente¡±
¡°Para explicar qu¨¦ pasa aqu¨ª de excepcional se suman dos planos¡±, indica Romero. ¡°Uno tiene que ver con el modelo por el que decidi¨® transitar el Gobierno conservador a partir de 1995. Pudo haber elegido otro, como continuar el proceso de modernizaci¨®n de este pa¨ªs, pudo apostar por un modelo m¨¢s consistente y equilibrado, pero decidi¨® que no. El otro plano es el deterioro, muy preocupante, del funcionamiento b¨¢sico del sistema democr¨¢tico. La p¨¦sima calidad de la democracia y un modelo de crecimiento desequilibrado, sesgado e insostenible, dan como resultado una regi¨®n perif¨¦rica con las dificultades de todas las regiones perif¨¦ricas europeas pero con unas patolog¨ªas espec¨ªficas. Por eso, en vez de una regi¨®n perif¨¦rica normal, se sit¨²a en el grupo de regiones perif¨¦ricas excepcionales, de las cuales hay algunas en Italia¡±.
?Es una simplificaci¨®n decir que el PP opt¨® en la Comunidad Valenciana por un modelo pol¨ªtico populista de tintes autoritarios? ¡°Populista, s¨ª. Autoritario, no me atrever¨ªa a decirlo¡±, responde Azagra. ¡°En todo caso, excluyente. El PP ha utilizado procedimientos democr¨¢ticamente reprobables, pero ha tenido el respaldo de los votos. Ha cabalgado a lomos de una ola expansiva. Y hay que puntualizar que en otros lugares ha habido tentaciones parecidas. Por ejemplo, en lo econ¨®mico, el modelo de Andaluc¨ªa no ha sido muy distinto. Tambi¨¦n han surgido casos de corrupci¨®n. Pero no ha tenido la vertiente espec¨ªfica de ese populismo valenciano tan rancio¡±.
¡°El clientelismo del PP entronca con la idea cl¨¢sica del caciquismo¡±
¡°En el caso de Valencia hay que mirar mucho hacia Italia¡±, insiste Romero. ¡°Tambi¨¦n hacia M¨¦xico, pero sobre todo hacia Italia. La Comunidad Valenciana podr¨ªa entrar en el paquete de regiones en las que se ha practicado una cierta versi¨®n de democracia autoritaria. Un tipo de versi¨®n de la que en Italia hay bastantes ejemplos¡±. Azagra apunta que ¡°el clientelismo que ha practicado el PP valenciano entronca con la idea cl¨¢sica del caciquismo que, gracias al control de los medios de comunicaci¨®n, se convierte en ese neopopulismo del que habl¨¢bamos¡±. Y Romero afirma que ¡°el comportamiento de las ¨¦lites pol¨ªticas valencianas encaja en lo que se define como la neoderecha¡±. Lo argumenta: ¡°Adem¨¢s de apoyar al sector inmobiliario y de reducir los espacios de participaci¨®n, hay dos pivotes sobre los que se ha consolidado, como son el clientelismo y el cinismo pol¨ªtico, una herramienta que ha trabajado hasta la saciedad y que ha resultado devastadora¡±.
?Hay un componente identitario, un aprovechamiento de los d¨¦ficits o los conflictos en este terreno? Azagra cree que es evidente. ¡°Los fen¨®menos de individualizaci¨®n que intentamos explicar en el libro propician que el PP haya podido colocar con ¨¦xito una concepci¨®n rancia de lo valenciano¡±. Romero a?ade que la derecha ha aprovechado que ¡°el valenciano es un pa¨ªs culturalmente escindido y pol¨ªticamente jibarizado¡±. Y se extiende en la explicaci¨®n: ¡°La derecha valenciana ha construido una identidad regional sobre valores tradicionales con unas gotas de modernidad. Lo que da como resultado una identidad adornada con un cierto orgullo, una ilusi¨®n colectiva que ha sido muy ¨²til electoralmente, pero que en t¨¦rminos econ¨®micos y sociales ha resultado desastrosa. Mientras estas ¨¦lites pol¨ªticas constru¨ªan castillos de arena, como decimos en el libro, otras regiones europeas se estaban tomando en serio los cambios econ¨®micos y tecnol¨®gicos en curso y ahora tienen el 14% de paro mientras nosotros tenemos el 27%. Alguna de esas regiones europeas est¨¢ en Espa?a, por ejemplo, el Pa¨ªs Vasco. All¨ª supieron leer d¨®nde est¨¢bamos y se tomaron en serio el futuro. El Pa¨ªs Vasco es una especie de l?nder alem¨¢n en Espa?a¡±.
¡°El partido socialista necesita una refundaci¨®n¡±
Desde la margen izquierda es un ensayo que dedica un extenso apartado a la situaci¨®n europea y a los retos que la crisis plantea a la socialdemocracia. "El declive socialdem¨®crata es algo m¨¢s que un mito, no hay un denominador claro en la socialdemocracia, el castigo electoral es m¨¢s intenso¡", desgrana Azagra. "La sociedad ya no es aquella en la que la socialdemocracia garantizaba un pacto para la redistribuci¨®n del crecimiento econ¨®mico y la protecci¨®n social. Hay que repensar el Estado para construir una sociedad del bienestar viable y aumentar la calidad democr¨¢tica, lo que significa empoderar a sectores sociales nuevos".
Para Romero, ¡°hemos entrado en una nueva era en la que la socialdemocracia europea encuentra dificultades para construir un nuevo relato, lo que no impide que eventualmente pueda gobernar. El partido socialista franc¨¦s puede gobernar pero debe construir un relato. Francia es un buen laboratorio, aunque nos ha servido mucho tambi¨¦n el Partido Dem¨®crata norteamericano". Sus conclusiones, resumidas en un dec¨¢logo, se centran en ¡°m¨¢s autonom¨ªa para las regiones y m¨¢s Europa¡±, como resume sint¨¦ticamente Azagra, y en la prioridad de ¡°un claro discurso de lucha contra los privilegios¡±, como enfatiza Romero.
El libro, de todas maneras, regresa al ¨¢mbito valenciano, en el que la idea de ¡°dar m¨¢s densidad al funcionamiento democr¨¢tico¡± busca argumentos para un an¨¢lisis nada complaciente con el papel de la izquierda valenciana y, muy particularmente, con el del PSPV-PSOE. ¡°Muy dif¨ªcil, pero no imposible¡±, dicen de una alternativa progresista a la hegemon¨ªa abrumadora de la derecha. Una alternativa que descartan que pueda ser otra que una coalici¨®n plural de la izquierda. ¡°A algunos nos resulta muy dif¨ªcil entender que no haya sido posible un acuerdo para apoyar a Joan F. Mira para el Consell Valenci¨¤ de Cultura¡±, apunta Azagra como ejemplo de ¡°lo dif¨ªcil que resulta articular, hasta en cosas tan simples, espacios comunes¡±.
Romero promete ser sint¨¦tico: ¡°Como en la mayor parte de las sociedades evolucionadas, si aqu¨ª hay posibilidad de alternativa al gobierno conservador, ser¨¢ un gobierno plural. Para que eso ocurra, los que est¨¢n en la izquierda han de hacer bien su trabajo y el que tiene m¨¢s responsabilidad es el partido socialista. Y no lo est¨¢ haciendo bien. El PSPV-PSOE necesita una refundaci¨®n para reconciliarse con su electorado. No veo la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de poner en marcha un proceso de refundaci¨®n genuina y sincera¡±.
¡°Somos duros en esas p¨¢ginas¡±, reconocen Azagra y Romero cuando se refieren al partido del que fueron cargos p¨²blicos y dirigentes. ¡°Responde a un modelo de partido cerrado, cuyas ¨¦lites se distancian de sus bases y de su electorado. Siguen pensando que el partido es suyo, cuando pertenece a quienes les votaron. Muchos de los dirigentes siguen teniendo una concepci¨®n proteica de la pol¨ªtica, en su doble acepci¨®n¡±, sentencia Romero.
Los autores apuntan incluso la posibilidad de que el PSPV haya atravesado una l¨ªnea de no retorno en su distanciamiento del electorado progresista, pero advierten contra ¡°lecturas equ¨ªvocas desde otras fuerzas de la izquierda¡±. ¡°Comprom¨ªs puede pensar en desbordar al PSPV y Esquerra Unida, que puede crecer mucho a costa de los socialistas¡±, comenta Romero. ¡°Podr¨ªa ocurrir, pero el resultado ser¨ªa que gobernar¨ªa el PP. Cada uno ha de hacer su trabajo. En primer lugar, el partido socialista¡±.
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