El nacimiento de una colecci¨®n
Sevilla cataloga las piezas arqueol¨®gicas que tiene repartidas por la ciudad
Desde la Prehistoria hasta el siglo XIX, el Ayuntamiento de Sevilla posee unas 4.300 piezas entre instrumentos prehist¨®ricos de piedra, marfil o s¨ªlex; elementos constructivos, azulejos renacentistas, cer¨¢micas y esculturas. En esta gran colecci¨®n destaca el mism¨ªsimo tesoro del Carambolo, un ajuar fenicio de oro de 24 quilates que pesa casi tres kilos. A todo esto hay que sumar 9.000 monedas hispano-romanas, ¨¢rabes y medievales procedentes de una adquisici¨®n a Francisco Mates Gago en 1892 que est¨¢n en la caja fuerte de un banco.
Pero, desde 1945, las obras est¨¢n repartidas entre sendos dep¨®sitos en el Museo Arqueol¨®gico ¡ªaunque el documento de formalizaci¨®n del dep¨®sito es de 1956¡ª y el Museo de Artes y Costumbres Populares. El resto est¨¢ desperdigado por los alrededores de la torre de Don Fadrique, la ¨²nica torre se?orial que queda en pie en Sevilla y que por un tiempo alberg¨® el intento del Consistorio de tener su propio museo. La torre del siglo XIII, un magn¨ªfico edificio que ilustra la transici¨®n del rom¨¢nico al g¨®tico, abri¨® sus puertas como Museo Arqueol¨®gico Municipal en 1925 y mostr¨® la colecci¨®n hasta pasada la Guerra Civil.
El arque¨®logo Fernando Amores se encarga, a petici¨®n del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), de catalogar todo ese patrimonio disperso para crear, con todas sus garant¨ªas y ampar¨¢ndose en la Ley de Museos y Colecciones Museogr¨¢ficas de Andaluc¨ªa (2008), la Colecci¨®n Arqueol¨®gica Municipal de Sevilla. Amores, que trabaja con otros dos arque¨®logos desde principios de este a?o, finalizar¨¢ el inventario este mes.
Fernando Amores estudia las obras depositadas en los museos Arqueol¨®gico y de Costumbres Populares
¡°La idea no es retirar las piezas del Museo Arqueol¨®gico o del de Artes Populares; sino que se reconozca la existencia de la colecci¨®n, de forma que pueda entrar en la Red de Museos Andaluces. La colecci¨®n tendr¨¢ dos sedes: el Antiquarium y el Palacio de los Marqueses de la Algaba, donde se va a crear el Centro de Interpretaci¨®n del Mud¨¦jar con alguna de las piezas que est¨¢n ahora en el Arqueol¨®gico¡±, explica Amores.
Aunque la mayor¨ªa est¨¢n en el almac¨¦n, un paseo por el Museo Arqueol¨®gico de la mano de Fernando Amores descubre alguna de las obras que pertenecen al Ayuntamiento de Sevilla desde que, en 1886, Jos¨¦ Gestoso decidi¨® reunir las piezas arqueol¨®gicas que pose¨ªa el Ayuntamiento m¨¢s algunas donaciones particulares y que, a partir de 1901, se expusieron en la misma casa consistorial hasta que se trasladaron a la torre de Don Fadrique.
¡°El torso de Claudio sedente, un m¨¢rmol del siglo I que viene de M¨¦rida es una de las principales piezas del Ayuntamiento de Sevilla que se exhiben en el Arqueol¨®gico. Procede, como otras muchas, de particulares que las compraban en anticuarios y luego acababan don¨¢ndolas a la ciudad. Tambi¨¦n destacan las estelas funerarias de Iuvencia Urbica y Antonia Flaccilla, ambas del siglo II o los marfiles fenicios de Carmona¡±, comenta el arque¨®logo quien tambi¨¦n dirigi¨® la gran excavaci¨®n del Antiquarium.
¡°La importancia que tiene declarar la colecci¨®n es que al pertenecer a la Red de Museos Andaluces se pueden organizar exposiciones y levantar algunos dep¨®sitos por periodos m¨¢s largos que los que te permite una muestra temporal. Adem¨¢s de identificar correctamente todo el patrimonio ¡ªporque algunos dep¨®sitos como por ejemplo los azulejos del XVI son demasiado gen¨¦ricos¡ª es un instrumento administrativo que te permite funcionar como un museo y pedir pr¨¦stamos a otras instituciones regionales o nacionales con todas las garant¨ªas¡±, explica Amores.
El inventario permitir¨¢, en breve, que el Espacio Santa Clara ¡ªdonde se ubica la torre de Don Fadrique¡ª recupere el encanto que ten¨ªa el lugar cuando se transformaron sus alrededores en jard¨ªn arqueol¨®gico en el que fustes, placas epigr¨¢ficas, capiteles y l¨¢pidas de los siglos XVI y XVII adornaban los m¨¢rgenes de un estanque al m¨¢s puro estilo rom¨¢ntico para dar paso a la torre que guardaba las piezas m¨¢s fr¨¢giles. Incluso que el maltrecho bronce de Fernando VII, confinado a un rinc¨®n del convento por obvias razones ideol¨®gicas, recupere el brazo que le hab¨ªan robado unos chatarreros en los a?os setenta para fundirlo. Al ser descubiertos y entregado el miembro al Ayuntamiento, el brazo acab¨® olvidado en un rinc¨®n del taller del platero Marmolejo en Santiponce. Las piezas, despu¨¦s de tantos a?os, encajan aunque nadie parece tener muchos deseos de sacar al monarca de su encierro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.