Patriotismo
"Los ¨²nicos que hoy d¨ªa pueden mencionar a la patria sin desdoro son los cuarteles de la Guardia Civil"
El otro d¨ªa, en una comida familiar, o¨ª decir a una chica, que no llegar¨ªa a los treinta a?os, que el problema de Espa?a es la falta de patriotismo. Ten¨ªa toda la raz¨®n, pero me qued¨¦ perplejo. Porque uno no deja de ser fil¨®logo y no me esperaba ese t¨¦rmino en una persona de su edad. Vamos, que si me hubiera dicho que le apretaban los borcegu¨ªes, me habr¨ªa sorprendido menos. Al fin y al cabo, aunque la palabra no es usual, ese tipo de botas se ha puesto de moda, pero patriotismo ni est¨¢ ni se la espera. Para qu¨¦ nos vamos a enga?ar: no es pol¨ªticamente correcta, queda como facha. Los ¨²nicos que hoy d¨ªa pueden mencionar a la patria sin desdoro son los cuarteles de la Guardia Civil. En la ¨¦poca de Franco todos los pol¨ªticos la ten¨ªan en la boca: se supon¨ªa que el alzamiento militar se hab¨ªa producido para salvar a la patria. Tambi¨¦n Alfonso XIII hablaba mucho de ella: en su nombre mand¨® a una muerte segura a miles de j¨®venes en Annual, aunque luego result¨® que la patria eran sus negocios en el norte de ?frica.
Sin embargo, cuando se sale de casa, se descubre que la patria es algo omnipresente. En EE UU, ciudadanos de cualquier condici¨®n caen en trance en cuanto oyen hablar de our country y ponen la mano sobre el coraz¨®n. En Francia, ni?os y adultos cantan aquello de allons enfants de la patrie a todas horas. Y cuando uno pasea por los pa¨ªses del norte de Europa, puede ver a trav¨¦s de la ventana a gente que cena reunida en torno a una mesa con velas y una banderita nacional. Ya s¨¦ lo que me van a decir: que todo esto es bastante kitsch. En efecto. Pero tambi¨¦n es verdad que nadie amenaza con intervenir sus econom¨ªas ni tratan a sus ciudadanos como si fuesen menores de edad. Miren, se?ores del Gobierno y de la oposici¨®n, vamos a llegar a un acuerdo. Nos comprometemos a no ponerles en un aprieto utilizando la palabra maldita. Pero ya que no podemos hablar de la patria, s¨ª les exigimos que, sin mentarla, act¨²en con patriotismo. Es profundamente antipatri¨®tico invadir el consejo de administraci¨®n de varias entidades bancarias, hundirlas econ¨®micamente y, ahora, birlarnos nuestros ahorros para reflotarlas sin que nadie depure responsabilidades de verdad. Es profundamente antipatri¨®tico cerrar empresas p¨²blicas, dejar sin atender a miles de enfermos cr¨®nicos y convertir la educaci¨®n, otrora igualitaria, en un mecanismo de perpetuaci¨®n de las desigualdades sociales. Es profundamente antipatri¨®tico continuar derrochando el presupuesto en francachelas mientras quienes lo financiaban con sus impuestos guardan cola en los comedores de caridad. Antes la patria ¨¦ramos todos: ahora ya no, ahora solo incluye a la gente guapa. Volvemos a ser una sociedad de castas. Mas aunque la patria no est¨¦ de moda, tengan la seguridad de que llegar¨¢ a estarlo y de que ese d¨ªa no olvidaremos a los que la traicionaron.
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