El nuevo poder se instala

El secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, ha dejado en manos de dos de sus hombres de confianza, Alfred Boix y Jos¨¦ Manuel Orengo, la gesti¨®n de las tareas org¨¢nicas de su partido. Hasta qu¨¦ punto esta decisi¨®n es una delegaci¨®n de poderes o una dejaci¨®n de sus funciones es una cuesti¨®n que solo el tiempo aclarar¨¢. De momento, los que fueran m¨¢ximos responsables del Ayuntamiento de Gandia hacen y deshacen en la organizaci¨®n sin que Puig se entrometa en unas tareas siempre desagradables porque comportan deshacerse de personas que, pese a servir con lealtad y profesionalidad a su partido, se alinearon con el bando perdedor en el ¨²ltimo congreso, no mostraron suficiente entusiasmo con los vencedores o, simplemente, ocupaban puestos de confianza en las instituciones de los que deb¨ªan ser desplazados para con sus n¨®minas pagar alguna de las facturas contra¨ªdas por Puig con quienes le apoyaron en Alicante.

La elecci¨®n de los secretarios generales provinciales y los posteriores congresos comarcales han de suponer la traslaci¨®n del nuevo poder a la base de la organizaci¨®n. Una ocupaci¨®n de los espacios que no debe representar excesivos problemas para la actual direcci¨®n de los socialistas valencianos. La c¨®moda victoria de Francesc Colomer ayer en Castell¨®n indica que ese proceso ha comenzado a desarrollarse sin especiales dificultades. Veremos qu¨¦ ocurre en la provincia de Valencia, donde la resistencia al candidato oficial Jos¨¦ Luis ?balos puede ser mayor, y c¨®mo se desenvuelve Alicante. En esta provincia, Jos¨¦ Chulvi, alcalde de X¨¤bia y candidato de Puig, renunci¨® a presentarse cuando comprob¨® que iba a ser relegado a un papel de comparsa en manos de los seguidores de la exministra de Sanidad, Leire Paj¨ªn, decidida a hacerse fuerte en lo que considera su territorio. Paj¨ªn, a diferencia del otro vicesecretario general, Francesc Romeu, no ha mostrado a¨²n sus cartas y quiere jugar fuerte en el proceso de primarias en las que se elegir¨¢ al candidato socialista a la presidencia de la Generalitat.

La tranquilidad en el seno del PSPV es solo aparente. La actual ejecutiva es una suma heterog¨¦nea de intereses individuales en muchos casos excluyentes. Puig act¨²a como si tuviera una hoja de ruta que pasa por establecer puentes con sectores sociales que han dado la espalda al PSPV, pero todav¨ªa no se intuye cu¨¢l puede ser el discurso pol¨ªtico que le permita imponerse a las luchas de clanes. Y sin discurso ni responsabilidades, va a tener muy dif¨ªcil sacar a su partido del pantano en que se encuentra.