¡°No puedo pagar el Metrob¨²s¡±
La subida de las tarifas del transporte p¨²blico en Madrid y la crisis econ¨®mica dificultan la movilidad del ciudadano por la regi¨®n
¡°?50 c¨¦ntimos m¨¢s en el precio del autob¨²s? No puedo permit¨ªrmelo¡±, pens¨® Jorge antes de sacar de su cartera el dinero para comprarse el billete que lo llevar¨ªa hasta Tres Cantos, el municipio donde residen sus padres. Este auxiliar administrativo, de 34 a?os, sol¨ªa utilizar el transporte p¨²blico para visitar todos los domingos a su familia. Acostumbrado a pagar 2,10 euros por cada viaje, esta subida supon¨ªa un elevado coste. Con los 600 euros de sueldo, tiene que hacer frente a las facturas del alquiler, el agua, la luz, la comida, y el abono de la zona A (51,30 euros) para ir al trabajo. Tampoco tiene coche. No le qued¨® m¨¢s remedio que hacer c¨¢lculos: cada viaje de ida y vuelta a Tres Cantos supon¨ªa un euro m¨¢s. Cuatro cada mes; 48 euros al a?o. Entonces pens¨®: ¡°?Por qu¨¦ no darle uso de una vez por todas a la bicicleta? Desde principios de mayo, cada semana recorre en bici aproximadamente los 30 kil¨®metros que separan el barrio de Carabanchel, donde reside, del municipio norte?o. ¡°No soy Alberto Contador y tardo casi dos horas pero me ahorro el billete¡±.
El de Jorge no es el ¨²nico caso. Desde que el pasado mes de mayo entraran en vigor las nuevas tarifas para viajar por la red de transportes de Madrid, que han supuesto el mayor incremento registrado en la ¨²ltima d¨¦cada (una media del 11%), son muchos los madrile?os que han cambiado su rutina por cuesti¨®n de c¨¦ntimos. O euros. El mayor incremento se produce en el Metrob¨²s de 10 viajes, que pasa de 9,30 a 12 euros (un 29% m¨¢s). Los abonos mensuales, por su parte, suben una media del 8%. El precio del sencillo tambi¨¦n subir¨¢ este mes para aquellos que recorran m¨¢s de cinco paradas hasta alcanzar un m¨¢ximo de dos euros. La subida de precios o tarifazo ha enfadado a organizaciones como la Federaci¨®n Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), el grupo municipal de IU, asociaciones de consumidores o localidades de la periferia, entre otros. Estos colectivos denuncian tambi¨¦n que cada vez son m¨¢s los ciudadanos con dificultades para acceder al transporte p¨²blico por falta de recursos.
Para Carolina Garc¨ªa, una limpiadora en paro a punto de ser desahuciada, la adquisici¨®n del Metrob¨²s significa poder darle de cenar a cuatro de sus cinco hijos en un comedor para ni?os que la ONG Mensajeros de la Paz tiene en el distrito Centro. ¡°Apenas cobro 200 euros de prestaci¨®n por desempleo. Los ni?os comen al mediod¨ªa en el colegio pero, ?qu¨¦ hago con ellos por la noche?¡±. Carolina y sus hijos viven en el barrio de Carabanchel, por lo que tienen que desplazarse hasta La Latina, en la l¨ªnea 5, para ir al comedor social. Su hijo mayor, al tener 18 a?os, no puede acceder a los servicios del comedor.? Algunos d¨ªas su hermana le presta el coche, pero otros los peque?os cenan lo que d¨¦ de s¨ª una nevera semivac¨ªa. ¡°Somos cinco y necesito un Metrob¨²s cada tarde para darle de cenar mis hijos¡±, lamenta bajo la atenta mirada de los ni?os, con edades comprendidas entre los 11 y los siete meses.
Pero Carolina no es la ¨²nica madre con problemas para moverse con sus hijos por la ciudad. Son muchos los padres que se quejan de no tener suficiente dinero para comprar todos los tiques de sus reto?os y que optan por llevarlos al colegio en autom¨®vil porque les sale m¨¢s rentable, seg¨²n Jos¨¦ Luis Pazos, portavoz de la FAPA Giner de los R¨ªos.
Rivas, un pueblo con dos tipos de abono
Desplazarse en metro por Rivas-Vaciamadrid, un municipio al sureste de la capital, puede convertirse en un suplicio. Esta localidad, de 75.000 habitantes, est¨¢ conectada con la capital por la l¨ªnea nueve de metro, que une el barrio madrile?o de Mirasierra con el municipio sure?o de Arganda del Rey. Esta l¨ªnea tiene tres paradas en el t¨¦rmino municipal de la localidad: Rivas-Urbanizaciones, al este del municipio y m¨¢s cercano a la capital, Rivas Futura y Rivas Vaciamadrid, el casco antiguo de la localidad. Pero sus habitantes, adem¨¢s de no estar conformes con su funcionamiento (se quejan de la escasa frecuencia de los trenes y de los horarios de cierre. Entre semana la l¨ªnea funciona de domingo a jueves hasta las once de la noche y viernes y s¨¢bado hasta las doce) denuncian tambi¨¦n de que seg¨²n en el lugar de Rivas donde residas, te encuentras en una zona u otra, B1 o B2, de metro. Mientras los habitantes de Rivas-Urbanizaciones y Rivas Futura se gastan 59,80 euros en el abono normal, sus vecinos de Rivas-Vaciamadrid tienen que pagar casi ocho euros m¨¢s para desplazarse en metro por un mismo municipio. ¡°Aunque la distancia entre las urbanizaciones y el pueblo es de aproximadamente cinco kil¨®metros, no hay tiempo para ir andando y al final todo el mundo usa el coche¡±, lamenta Luis de las Barreras, presidente de la Asociaci¨®n de vecinos de Rivas Futura. El Ayuntamiento, gobernado por IU, recomienda el uso del transporte interurbano, que mantiene el mismo precio en todas las zonas, pero tambi¨¦n reclama esta ¡°incoherencia¡± al Gobierno Regional: ¡°?Por qu¨¦ los habitantes de Rivas tenemos menos derechos que otros pueblos de la Comunidad, mucho mejor comunicados?¡±, se pregunta una fuente municipal. Este peri¨®dico no pudo ponerse en contacto con Transportes Ferroviarios de Madrid, entidad concesionaria que se encarga de la gesti¨®n de la l¨ªnea morada para que explique la situaci¨®n. Pilar Vega, ge¨®grafa urbanista da una posible explicaci¨®n: ¡°La prolongaci¨®n de la l¨ªnea 9 no sale rentable porque no tiene suficientes viajeros¡±.
¡°La situaci¨®n se agrava cuando ni siquiera puedes pagar el billete para ir al trabajo¡±, asegura Andr¨¦s Ortega, un trabajador de la construcci¨®n que vive en Vallecas y trabaja en Urgel. La solidaridad de Lola, la madre de su jefe, le ha hecho la vida m¨¢s f¨¢cil, ya que compra todos los meses dos abonos mensuales para mayores de edad (11,60 euros) y le vende uno a Ortega, de 35 a?os. ¡°El pobre cobra 800 euros, est¨¢ hipotecado y tiene a su cargo a su madre¡±, explica esta jubilada. ?Qu¨¦ pasa si lo los inspectores de Metro de Madrid lo pillan incumpliendo las normas? ¡°Lo que tiene que hacer es tirar el tique¡±.
Lola y Andr¨¦s no son los ¨²nicos que infringen las normas. Juan H., de 27 a?os, perdi¨® su empleo en la construcci¨®n hace tres meses y desde entonces se dedica a la reparaci¨®n de ordenadores. Se pasa la mayor parte del d¨ªa pegando carteles por la ciudad en los que publicita su trabajo. ¡°La ¨²nica manera de hacerlo es salt¨¢ndome los torniquetes del metro y no me arrepiento de ello: tengo que sobrevivir¡±. La consejer¨ªa de Transportes recuerda que viajar sin billete conlleva una sanci¨®n econ¨®mica cuyo valor es 20 veces el del billete sencillo, es decir, 30 euros. La infracci¨®n cometida por Lola y Andr¨¦s, sin embargo, no est¨¢ tipificada en el reglamento porque, seg¨²n la consejer¨ªa de Transportes, no pueden estar recogidos todos los usos fraudulentos del billete. Saltarse las normas en el uso del transporte es una infracci¨®n leve si la comparamos con los dos actos de sabotaje en el metro que llev¨® a cabo el grupo Stop al tarifazo entre los meses de abril y mayo.
¡°No compartimos estos actos pero entendemos que la gente est¨¦ desesperada¡±, explica Jorge Serrano, de la Asociaci¨®n de Amigos del Metro. Y es que el transporte p¨²blico madrile?o no atraviesa su mejor momento. El Gobierno regional explic¨® que las dos principales razones de la subida se deb¨ªan a la reducci¨®n de la subvenci¨®n de Fomento al transporte p¨²blico y el aumento de los suministros, principalmente del gasoil (16,8%) y de la luz (7,4%). A Ignacio Murgui, presidente de la FRAVM, no le valen estas ¡°excusas¡±: ¡°El tarifazo socava uno de los pilares b¨¢sicos del transporte p¨²blico como es el fomentar la movilidad de los ciudadanos¡±. La consejer¨ªa de Transportes defiende, sin embargo, que los precios se han congelado los primeros meses de 2012 y que la mayor subida se le ha aplicado a los usuarios menos habituales.
¡°Pero, ?qu¨¦ vamos a hacer ahora los que vivimos en los municipios a las afueras de Madrid?¡±, se pregunta Katia Llorente, una estudiante de Guadarrama usuaria del abono normal de la zona C1 cuyo precio ha pasado de los 77,90 a los 84 euros. Juli¨¢n S¨¢nchez Urrea, de IU, sostiene que los m¨¢s perjudicados por el tarifazo son los j¨®venes. Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez Bandera, teniente de alcalde de Parla (120.200 habitantes), considera, en cambio, que en localidades lim¨ªtrofes como la suya, todos los ciudadanos se han visto afectados. Pilar Vega, ge¨®grafa urbanista y profesora de Geograf¨ªa de la Universidad complutense de Madrid, sostiene que durante a?os se ha establecido un modelo barato de movilidad por la regi¨®n que era insostenible. ¡°Y la crisis nos ha hecho ver que las distancias al final se pagan, de un modo u otro¡±.
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