La formaci¨®n de los futbolistas

En los ¨²ltimos a?os el f¨²tbol espa?ol ha experimentado numeroso ¨¦xitos a nivel de clubes, de selecciones inferiores y de la selecci¨®n absoluta. Entre otros motivos estos ¨¦xitos deportivos han sido atribuidos a que ha mejorado el proceso de captaci¨®n y formaci¨®n de jugadores en los clubes de f¨²tbol, lo que ha favorecido que ahora dispongamos de un grupo de jugadores con mayor talento y m¨¢s competitivos. De ah¨ª que haya quien, incluso, considera que el modelo espa?ol de formaci¨®n de jugadores est¨¢ a la altura, sino por encima, de otros modelos m¨¢s consolidados como el franc¨¦s, ingl¨¦s e incluso holand¨¦s.

Sin embargo no siempre ha sido as¨ª. Hasta hace unos a?os la mayor¨ªa de los clubes invert¨ªan cantidades ingentes de dinero en la adquisici¨®n de jugadores de diferentes nacionalidades, especialmente a partir del Caso Bosman y gracias a los ingresos por la retransmisi¨®n televisada de los partidos. En concreto m¨¢s del 80% del presupuesto de los grandes clubes se destinaba a tal concepto. De forma que el dinero que se utilizaba para la formaci¨®n de jugadores era m¨¢s bien escaso, entre otros motivos porque los resultados son a muy largo plazo y existe un alto grado de incertidumbre. De ah¨ª que los clubes prefiriesen invertir en jugadores consolidados que supuestamente les iban a dar un resultado inmediato. Pensaban que esto les permitir¨ªa rentabilizar r¨¢pidamente su inversi¨®n.

En cambio la realidad fue muy distinta y actualmente la deuda de los clubes supera los ingresos totales en el 71,4% de los casos. Por se motivo la mayor¨ªa de clubes han tenido que reestructurarse y apostar m¨¢s por la formaci¨®n de jugadores. Tambi¨¦n ha contribuido el ¨¦xito del modelo de juego del FC Barcelona, que es desarrollado fundamentalmente por jugadores formados en la cantera azulgrana (Messi, Xavi, Iniesta, Pique, etc.). As¨ª pues, por fin, los clubes se han dado cuenta de la importancia de la cantera. Pero ahora el problema est¨¢ en que la gran mayor¨ªa de los clubes no tienen un proyecto formativo definido y, por lo tanto, tampoco disponen de un modelo de trabajo establecido y consolidado, ni mucho menos definido el perfil de los t¨¦cnicos deportivos que deber¨¢n desarrollarlo.

Si nos fijamos en modelos consolidados, como el del FC Barcelona, parece ser que una de las claves del ¨¦xito de un proyecto deportivo de formaci¨®n de jugadores est¨¢ en contar con entrenadores que apliquen metodolog¨ªas de trabajo que busquen desarrollar sobre todo las capacidades cognitivas del jugador, pues se considera un aspecto clave para mejorar su rendimiento a nivel individual y tambi¨¦n colectivo. Esto supone romper con un principio fundamental que reg¨ªa el f¨²tbol hasta ahora y que dec¨ªa que hab¨ªa que progresar de la t¨¦cnica a la t¨¢ctica. Actualmente la propuesta es que de la t¨¢ctica surge la t¨¦cnica.

Para ello los entrenadores huyen o, al menos, reducen dr¨¢sticamente el empleo de metodolog¨ªas tradicionales, basadas en modelos mecanicistas de ense?anza de la t¨¦cnica individual y de la t¨¢ctica, individual y colectiva, y priorizan la utilizaci¨®n de metodolog¨ªas alternativas. Dichas metodolog¨ªas se basan en utilizar modelos comprensivos en los que se desarrollen las conductas t¨¢cticas y t¨¦cnicas tanto a nivel individual, grupal y de equipo, con el empleo de estilos de ense?anza que impliquen cognoscitivamente a los jugadores, es decir que le obliguen a pensar y, sobretodo, a equivocarse. De esta forma el jugador est¨¢ realizando una pr¨¢ctica deliberada. Por eso ahora cuando se va a ver un entrenamiento de j¨®venes ya no es tan normal ver a ni?os haciendo fila interminables esperando para golpear el bal¨®n, sino que vemos a los ni?os en grupos de cuatro o cinco jugadores realizando diferentes ejercicios, en espacios reducidos, con uno o dos objetivos t¨¢cticos y con varias consignas t¨¦cnicas.

En este sentido, el preparador f¨ªsico del FC Barcelona Paco Seirul?lo afirma que deben plantearse situaciones de aprendizaje que permitan por un lado, identificar los est¨ªmulos que hay en el entorno y los que nacen del propio deportista. Esto supone que el ni?o debe estar constantemente tomando decisiones y, lo que es m¨¢s importante, equivoc¨¢ndose, lo que le obligar¨¢ a prestar atenci¨®n a sus errores y a corregirlos conscientemente, d¨¢ndoles un significado. Por lo tanto la clave del rendimiento en el f¨²tbol no est¨¢ en tener un nivel t¨¦cnico o f¨ªsico excepcional, sino en ser capaz de procesar informaci¨®n y tomar decisiones lo m¨¢s r¨¢pidamente posible, es decir, el mejor jugador es aquel que es m¨¢s intuitivo.

Emilio Lled¨® Figueres es profesor de la Universidad Internacional Valenciana (VIU)