Un casino en la reserva india
Massachusetts, referencia para Mas, obliga a celebrar referendos antes de abrir centros de juego Solo una comunidad ind¨ªgena ha logrado hasta ahora el apoyo popular para impulsar su proyecto
?Artur Mas se esforz¨® durante su reciente viaje a Massachusetts (EE UU) en dejar claro que, incluso un Estado que ha hecho de la industria biom¨¦dica su principal baza econ¨®mica, promueve un sector tan alejado de este como es el juego. El presidente de la Generalitat asegur¨® haber constatado sobre el terreno que el mundo de las m¨¢quinas tragaperras y los laboratorios biom¨¦dicos ¡°no son modelos incompatibles, sino todo lo contrario¡±. De esta forma, Mas busc¨® dar cobertura a su campa?a para conseguir que Eurovegas se instale en Catalu?a pese a haber repetido hasta la saciedad que el modelo econ¨®mico que debe seguir Catalu?a es el de la investigaci¨®n y el desarrollo. Mas no predic¨® en un escenario neutro: lo hizo en Boston, capital de Massachusetts y ciudad natal de Sheldon Adelson, el magnate de los casinos que promueve Eurovegas.
Massachusetts, que dedica a la I+D el 5,5% de su producto interior bruto, m¨¢s del triple que Catalu?a, decidi¨® el a?o pasado legalizar los casinos tipo resort, o sea, salas de juego dentro de hoteles con zonas de entretenimiento, servicios y centros comerciales. El gobernador del Estado, Deval Patrick, buscaba as¨ª atraer hacia las zonas m¨¢s desfavorecidas de su Estado los beneficios de una industria que hasta la fecha se quedaban en exclusiva los Estados colindantes, donde el juego ya era legal.
La nueva ley de Massachusetts permite la apertura de hasta tres casinos en diferentes puntos del Estado. Se tratar¨ªa de complejos que poco o nada tienen que ver con Eurovegas, b¨¢sicamente por una cuesti¨®n de envergadura. Cada unos de los casinos supondr¨ªa una inversi¨®n de unos 400 millones de euros, muy lejos de los 17.000 millones que Las Vegas Sands ha presupuestado para Eurovegas en Espa?a. Pero hay una segunda particularidad en el plano legal. Seg¨²n la ley, cada uno de los tres proyectos deber¨¢ ser puesto a votaci¨®n popular en los respectivos municipios donde se pretenda construir. La votaci¨®n no es legalmente vinculante, pero los alcaldes han prometido respetar la voluntad popular. La estricta reglamentaci¨®n de ese Estado ha ahuyentado al propio Sheldon Adelson, que ha decidido no optar a ninguna de las tres licencias porque no ve oportunidad de negocio. ¡°Lo suyo son los grandes proyectos, como el que quiere construir en Catalu?a o el que ha puesto en marcha en Singapur¡±, explica v¨ªa telef¨®nica el profesor de la Universidad de Massachusetts y experto en industria del juego Clyde W. Barrow.
En tres de las cuatro consultas celebradas en Massachusetts ha ganado el 'no'
Hasta la fecha ya se han celebrado cuatro consultas y su resultado no puede ser m¨¢s decepcionante para los intereses de la industria del juego. En tres de ellas el no al casino se ha impuesto claramente. El s¨ª solo ha ganado en Taunton, una localidad de 33.000 habitantes al sur de Boston en la que el grupo promotor no es otro que una comunidad ind¨ªgena local conocida como Mashpee Wapanoag. Este grupo, que inicialmente no pose¨ªa una reserva como s¨ª la tienen otras tribus americanas, se ha hecho con un terreno de 54 hect¨¢reas. All¨ª prev¨¦ levantar el casino.
¡°Ser¨¢ una inyecci¨®n importante de dinero para la comunidad¡±, asegura el profesor Barrow. ¡°Hay que recordar que un 25% de los ingresos del juego son impuestos y que una cuarta parte de la poblaci¨®n americana juega al menos una vez al a?o¡±, explica.
El alcalde de Tauton, junto con el l¨ªder de los indios Mashpee Wampanoag, Cedric Cromwell, ha apostado por el casino por una cuesti¨®n estrictamente econ¨®mica, explica la portavoz municipal, Alyssa Gracia, v¨ªa telef¨®nica. ¡°El refer¨¦ndum se gan¨® claramente con un 66% de los votos porque pudimos explicar claramente qu¨¦ proyecto quer¨ªamos hacer, d¨®nde se construir¨ªa y los beneficios que dar¨ªa a la poblaci¨®n¡±, dice. Los grupos contrarios al proyecto han protestado porque los terrenos se encuentran pr¨®ximos a escuelas y muy cerca de zonas habitadas que, temen, se devaluar¨¢n.
"No entiendo por qu¨¦ Espa?a quiere seguir un camino fracasado"
Barry Steel, activista anticasinos en la localidad de Foxborough, donde los ciudadanos han rechazado la instalaci¨®n de un centro de juego, explica su experiencia: ¡°Visitamos los casinos del vecino Estado de Connecticut, y lo que vimos es que se ha generado un tr¨¢fico rodado terrible, las propiedades han perdido valor y los visitantes de los casinos no inyectan dinero a la econom¨ªa local: todo lo gastan dentro del resort¡±. ¡°Adem¨¢s¡±, contin¨²a, ¡°los casinos han contratado a buena parte de la plantilla en pa¨ªses asi¨¢ticos para pagarles menos¡±.
La industria de los casinos ha gastado cientos de miles de d¨®lares en los cuatro referendos celebrados hasta ahora para intentar hacerse un hueco en Massachusetts. Tambi¨¦n lo ha hecho el lobby contrario, capitaneado, entre otros, por la ONG Stop Juego Depredador. Les Bernal, su director, resume c¨®mo ha actuado la industria del juego. ¡°Promete muchas ventajas y luego no cumple nada¡±, explica en clara advertencia sobre lo que puede pasar con Eurovegas. ¡°En Estados Unidos las principales ciudades del juego son Las Vegas y Atlantic City, y hoy son las capitales de la disfunci¨®n social¡±, dice refiri¨¦ndose a sus disparadas cifras de paro, fracaso escolar y criminalidad. Y lanza una pulla a las autoridades espa?olas: ¡°No entiendo por qu¨¦ insisten en seguir un camino que ha fracasado en Estados Unidos¡±.
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