¡°Espa?a se merece un presidente con m¨¢s visi¨®n de futuro¡±
El soci¨®logo y jurista estadounidense deplora que "las agencias de calificaci¨®n parecen tener m¨¢s soberan¨ªa que los Parlamentos¡±
Norman Birnbaum conserva una agilidad mental asombrosa para sus 86 a?os. El pasado lunes este soci¨®logo, jurista, escritor, Catedr¨¢tico em¨¦rito de Georgetown y pensador global, en resumidas cuentas, hizo gala de la misma ante 150 congresistas. Birnbaum madrug¨® para impartir la conferencia inaugural del Congreso Unijes, dedicado a los retos del derecho ante una econom¨ªa sin fronteras y organizado por la Universidad de Deusto. Por la tarde aprovech¨® el ins¨®lito verano de Bilbao para hacer turismo, y despu¨¦s a¨²n le sobraron energ¨ªas para charlar largo y tendido con EL PA?S sobre la crisis global que se est¨¢ cebando con Europa, precisamente cuando se est¨¢ celebrando en Bruselas la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la que pende el futuro del euro.
Pregunta. ?Existe la sociedad global?
Respuesta. Existe, pero es un caos organizado donde las interconexiones econ¨®micas est¨¢n m¨¢s pr¨®ximas entre s¨ª que nunca y son m¨¢s incontrolables que nunca.
P. ?Podemos hablar entonces de una crisis global?
Perfil
Norman Birnbaum (Nueva York, 1926) es catedr¨¢tico em¨¦rito de Derecho de la Universidad de Georgetown, en EE UU. Ha sido profesor en la London School of Economics, la Universidad de Oxford y la de Estrasburgo, as¨ª como asesor del Congreso estadounidense y el Consejo Nacional de Seguridad. Fund¨® la revista New Left Review y colabor¨® en The New York Times. Retirado desde 2001, sigue formando parte del consejo editorial de The Nation.
R. Hay una conciencia parcial de crisis global enraizada en realidades individuales. Nos enteramos de todo a tiempo real, pero como la oportunidad de influir es muy remota percibimos que es una locura econ¨®mica que nos supera y puede descontrolarse en cualquier momento.
P. ?Los estados democr¨¢ticos han perdido la capacidad de controlar su econom¨ªa?
R. Eso creo. Hoy las agencias de calificaci¨®n parecen tener m¨¢s soberan¨ªa que los parlamentos nacionales. No hay m¨¢s que ver a Merkel, l¨ªder de una de las naciones m¨¢s poderosas del mundo, decir que ¡°tenemos que esperar a un mejor veredicto de los mercados¡±. Y yo me pregunto, ?por qu¨¦ los mercados no deber¨ªan esperar a recibir un mejor veredicto por parte de ?ngela Merkel?
P. ?La alternativa a esa p¨¦rdida de poder est¨¢ en otras instituciones m¨¢s globales?
R. Los europeos ya tienen esas instituciones, pero no las est¨¢n usando ni para controlar y regular los mercados, ni para optimizar los flujos de ingresos europeos.
P. ?Echa en falta m¨¢s solidaridad social en Europa?
R. La verdad es que es uno de los principios inherentes a la creaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Cuando se cre¨® exist¨ªa una ideolog¨ªa muy fuerte, impulsada por los sectores socialistas, para encauzar la econom¨ªa en inter¨¦s del sector p¨²blico. Esas ideas, que llevaron a grandes logros en el bienestar social, se est¨¢n tratando hoy como un lujo que no nos podemos permitir. Es un fen¨®meno que lleva a la pasividad individual y a la ansiedad social, que a medio plazo es muy peligrosa y erosiona los cimientos de la democracia.
"Espa?a se merece un presidente con m¨¢s visi¨®n de futuro"
P. ?Qu¨¦ ha ocurrido para olvidar esos principios?
R. Se han borrado deliberadamente de la memoria colectiva en beneficio de un segmento de la poblaci¨®n que tom¨® esa visi¨®n neoliberal y capitalista por puro inter¨¦s econ¨®mico. Hace 50 a?os los tiempos de la Gran Depresi¨®n estaban muy recientes en el recuerdo de Europa y de EE UU, y todos, independientemente de su ideolog¨ªa, coincid¨ªan en que era imperativo para la democracia tener mecanismos de defensa ante la ferocidad de los mercados. Esa idea se ha remplazado por la m¨¢xima de que solo podemos funcionar a trav¨¦s de los mercados. Que evidentemente ha demostrado ser falsa.
P. Espa?a acaba de recibir un rescate y es un triste ejemplo de la ferocidad especuladora de los mercados.
R. Todo podr¨ªa haberse gestionado mejor desde el principio. Zapatero pudo haberse anticipado al colapso bancario, y el nuevo presidente no se hace entender y encarna la crisis de liderazgo. La sociedad espa?ola se merece alguien con m¨¢s visi¨®n de futuro y no tan obsesionado con el d¨¦ficit. La educaci¨®n o la ciencia, por ejemplo, son campos en los que Espa?a tiene un potencial considerable y que con los recortes est¨¢n descuidados e infradesarrollados, y los j¨®venes emigran. Es muy triste pensar solo en recortar a corto plazo.
"Los europeos no est¨¢n usando las instituciones de que disponen para controlar el poder de los mercados"
P. ?Es optimista con la reciente elecci¨®n de Fran?ois Hollande en Francia?
R. Opino que es una victoria remarcable que espero que despierte a Europa. Porque desde que empez¨® la crisis, los gobiernos europeos est¨¢n reducidos a la inacci¨®n por culpa de su fijaci¨®n con la austeridad y su negativa a plantar cara a los poderes del capital organizado. Hollande al frente de Francia podr¨ªa cambiar la situaci¨®n, pero sigue necesitando a Alemania. Conf¨ªo en que all¨ª tambi¨¦n habr¨¢ consecuencias pol¨ªticas en 2013.
P. ?Conf¨ªa en una vuelta a la socialdemocracia en Alemania el a?o que viene?
R. Confieso que estoy un poco decepcionado con los socialdem¨®cratas en Alemania, creo que llevan demasiado tranquilos un tiempo, no est¨¢n haciendo todo lo que podr¨ªan hacer. Pero las elecciones de 2013, probablemente, les favorecer¨¢n. Existe un gran mito sobre Alemania y es que todo va muy bien seg¨²n los patrones europeos. Por supuesto es mejor tener empleo que desempleo, pero en los ¨²ltimos 20 a?os la distribuci¨®n de la renta nacional se ha desnivelado en contra de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y va a tener consecuencias pol¨ªticas. Hasta ahora los alemanes han culpado a otros de sus males, en general a los europeos del Mediterr¨¢neo, pero tarde o temprano saldr¨¢n a la luz problemas internos que hasta ahora Merkel ha desatendido y no ha hecho nada por corregir.
"Obama me ha decepcionado, podr¨ªa haber sido m¨¢s resolutivo y menos adicto al compromiso"
P. ?Qu¨¦ opina de la deriva impulsada por la canciller Merkel de llevar a la Uni¨®n Europea hacia un federalismo similar al de EE UU?
R. Me temo que el sistema federal de EE UU tiene muchas carencias, es una noci¨®n del siglo XIX que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Permiti¨® la segregaci¨®n racial en los estados del sur y hoy en d¨ªa sigue permitiendo que existan discrepancias extremas en educaci¨®n y desarrollo social. La pol¨ªtica estadounidense actual es una exhibici¨®n de incoherencia nacional. Los Estados en los que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n cree que la intervenci¨®n del Gobierno Federal es la responsable de sus problemas son los que, por detr¨¢s, est¨¢n recibiendo m¨¢s dinero de ese Gobierno. Y los ciudadanos no lo saben.
P. ?Como ve las pr¨®ximas elecciones presidenciales?
R. La estrategia de Obama es asegurar que los republicanos traer¨¢n un pa¨ªs en el que todo el mundo tire para su casa y no haya ninguna instituci¨®n que promulgue la solidaridad. No en vano ¨¦l ha influido mucho en desenterrar el debate sobre la desigualdad. Pero ese debate puede generar xenofobia, que es una baza para los republicanos. La composici¨®n ¨¦tnica est¨¢ cambiando, ya hay m¨¢s de un 25% de poblaci¨®n latina, por ejemplo, y ese es el argumento republicano. Vamos a presenciar unas elecciones marcadas por el factor ¨¦tnico en una escala e intensidad que no se ha visto en mucho tiempo.
P. Usted apoy¨® a Obama, ?c¨®mo le ve despu¨¦s de cuatro a?os?
R. Bueno¡ (suspira). Es el ¨²nico candidato dem¨®crata que tenemos. Ha decepcionado a mucha gente porque las expectativas que gener¨® eran muy exageradas. En mi opini¨®n, pese a los bloqueos republicanos por no tener la mayor¨ªa en el Congreso podr¨ªa haber sido m¨¢s agresivo, as¨ª habr¨ªa estado en mejor posici¨®n para decir que lo intent¨®. Ciertamente, dudo de su liderazgo. Ha podido ser m¨¢s fuerte, m¨¢s resolutivo, con miras m¨¢s altas y menos adicto al compromiso.
P. ?Qu¨¦ opina de recientes movimientos como los indignados en Espa?a u Occupy Wall St?
R. No me sorprenden, he visto y he simpatizado con muchos en mi vida. Lo que si me sorprende es el grado de desvinculaci¨®n con los partidos pol¨ªticos. Porque vale, han implantado en la conciencia de la gente el debate sobre desigualdades e injusticias sociales pero la protesta que se ha quedado en la calle. ?Y ahora qu¨¦? Deber¨ªan preguntarse si pueden convertir esa pasi¨®n desaprovechada y ese sentido cr¨ªtico en una forma pol¨ªtica que pueda alcanzar a m¨¢s poblaci¨®n y generar cambios concretos en la esfera publica. Algo parecido a lo que han hecho los Verdes en Alemania.
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