¡°No pido limosna, solo pido justicia¡±
La deuda de la Generalitat pone en jaque a las residencias de discapacitados profundos de Aspadis
La deuda de la Generalitat de m¨¢s de 2 millones de euros pone en jaque la supervivencia de las cuatro residencias de Apadis que atienden a casi un centenar de ni?os y j¨®venes con discapacidad profunda y de sus 85 empleados que, de entrada, se han ofrecido a no cobrar la extra de junio. ¡°En 32 a?os que llevamos funcionando nunca hab¨ªamos estado as¨ª¡±, confirma el padre Vicente Aparicio, que fund¨® el primer centro en 1980.
Ante la situaci¨®n de crisis financiera que atraviesa la Generalitat, en junio, la subsecretar¨ªa auton¨®mica de Hacienda se comprometi¨® por escrito a pagar al menos el 30% del convenio anual que el Gobierno valenciano tiene con Aspadis. Es decir, unos 600.000 euros que tampoco han llegado. ¡°No pido limosna, solo pido justicia¡±, ha insistido el religioso en una rueda de prensa en la sede de Aspadis de Valencia.
¡°Hemos enviado varias notificaciones, adem¨¢s de una carta certificada con registro de entrada en Presidencia de la Generalitat, pero no hemos recibido ninguna notificaci¨®n¡±, explica Aparicio, que ¡°invita¡± al presidente Alberto Fabra a conocer de primera mano la labor que realiza con los m¨¢s de 90 ni?os y j¨®venes que atienden en r¨¦gimen de internos en las cuatro residencias de Poliny¨¤ de X¨²quer, Carcaixet y Alberic.
¡°No voy a sacar a los ni?os a la calle¡±, advierte el padre. Aunque, aventura que de no recibir la ayuda de la Administraci¨®n las residencias ¡°podr¨ªan cerrar¡±. Y, en ese caso, la Administraci¨®n P¨²blica deber¨¢ hacerse cargo de la atenci¨®n, ya que es la que tiene la tutela de una decena de estos ni?os discapacitados ¡°abandonados¡±. Sin familia.
¡°Hemos enviado varias notificaciones a la Administraci¨®n, pero no hemos recibido ninguna notificaci¨®n"
Aspadis ha tenido que pedir por primera vez un pr¨¦stamo puente y pedir pr¨¦stamos individuales a las familias de los residentes por valor de 450.000 euros para poder mantener los centros abiertos.
¡°Estos j¨®venes necesitan atenci¨®n muy personalizada, porque no pueden hacer nada por s¨ª solos. Se hacen sus necesidades encima, se mueven en silla de ruedas, se ponen a gritar de forma inesperada¡±, explica Aparicio. Para ello, Aspadis contrata al personal especializado que exige la ley para este tipo de atenci¨®n. El padre Aparicio se encarga, adem¨¢s, de su educaci¨®n.
¡°Tenemos cuidadores, celadores, psic¨®logos, fisioterapeutas, una encargada por centro, servicio m¨¦dico, adem¨¢s de la alimentaci¨®n y el transporte¡±, describe el religioso, que este mes no ha podido pagar ni las n¨®minas. De hecho, solo ha pagado el 10% de la cuota b¨¢sica de la Seguridad Social. ¡°Si no nos ponemos al d¨ªa, el primer mes hay un recargo del 3%, el segundo del 5% y el tercero del 10%¡±.
La mayor¨ªa de los ni?os y j¨®venes atendidos presentan par¨¢lisis cerebral infantil, consecuencia de lo cual padecen, adem¨¢s del trastorno ps¨ªquico y f¨ªsico profundo, embriopat¨ªas (v¨ªricas, t¨®xicas, traumatismos, etc¨¦tera); fetopat¨ªas (como ictericias o incompatibilidad de RH) y encefalitis y meningitis en sus primeros a?os de vida.
"Hay familias incluso con dos hijos internados. Otros son hijos de padres hu¨¦rfanos o enfermos mayores¡±
¡°Las familias no pueden hacerse cargo de ellos en sus domicilios, porque requieren una atenci¨®n muy personal¡±, explica Aparicio. ¡°Si tienen que volver a sus casas provocan grandes trastornos a los padres, que tienen que dejar de trabajar para cuidarlos, o entre los mismos hermanos. Y tampoco puedo reducir personal para cuidarlos, adem¨¢s de que es el que fija la ley¡±.
En los centros de Asapdis cada cuidador atiende a un m¨¢ximo de cuatro discapacitados. ¡°Son muy dependientes, tienen que estar contantemente encima de ellos, para que no se caigan o se autoagredan¡±, describe Asunci¨®n Galvis, psic¨®loga de Aspadis.
Al estrangulamiento econ¨®mico que padecen las cuatro residencias se suma la crisis econ¨®mica por la que atraviesan muchas familias, confirma el secretario de la Junta de Padres, Javier Garc¨ªa Garc¨ªa. ¡°En este momento, solo el 45% de los padres puede pagar la aportaci¨®n mensual¡±. Hay dos familias incluso con dos hijos internados, con lo cual no alcanzan para aportar su cuota. ¡°Otros son hijos de padres hu¨¦rfanos o enfermos ya muy mayores¡±, a?ade Aparicio.
Desde Bienestar Social, a mediados de 2011 ya se les advirti¨® de que: ¡°No hay dinero¡±. La Consejer¨ªa de Hacienda en enero, cuando se firm¨® el convenio, por el que ten¨ªan que haber recibido el 60% de la subvenci¨®n anual (1,2 millones), tambi¨¦n reconoci¨® la falta de liquidez. Y en junio, la subscretar¨ªa auton¨®mica de Hacienda modific¨® el acuerdo para pagar, al menos, el 30% de la subvenci¨®n, de la que a¨²n no ha llegado ni un euro. Los proveedores de alimentaci¨®n, cocina, transporte est¨¢n sin cobrar. Y la deuda aprieta a la hora de pagar los recibos m¨¢s b¨¢sicos para el mantenimiento de la luz, agua, calefacci¨®n¡
¡°?Qu¨¦ tengo que hacer: cerrar? Yo no quiero. Pero pido un poco de sensibilidad a la Administraci¨®n, porque soy tengo que ser la voz de los sin voz¡±, concluye el religioso. "Una sociedad que no atiende a sus ancianos, a sus discapacitados y a los indigentes, muere por s¨ª sola".
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