Alejandro a vista de p¨¢jaro

¡°Alejandro Magno cre¨® una gran cu?a con la caballer¨ªa de los Compa?eros y la falange de los hipaspistas, cargando directamente contra el lugar en que estaba situado el rey Dar¨ªo III¡±, se puede leer en un cartel que explica la ¨²ltima fase de la batalla de Gaugamela, en el siglo 331 AC. Termina con la lista de bajas: 40.000 por los persas frente a 300 macedonios. Sobre la leyenda, una gran maqueta en la que el espectador tiene la impresi¨®n de contemplar casi al mil¨ªmetro esas decenas de miles de persas a punto de morir y capta a vista de p¨¢jaro al formidable Alejandro. Junto a la vitrina, un oficial del Ej¨¦rcito muestra a un colega el lugar por donde avanza el rey macedonio, poco antes de que Alejandro Noguera, director de L¡¯Iber, el museo de soldaditos de plomo de Valencia, explique la escena a las autoridades que lo visitan con motivo de su quinto aniversario y de la inauguraci¨®n de la Sala de la Antig¨¹edad. El director explica a las autoridades que su tesis doctoral versa, precisamente, sobre el ej¨¦rcito de Alejandro Magno. Ha sido ¨¦l mismo quien ha recreado el combate de Gaugamela en miniatura. Sobre estos campos de batalla se imparten clases a militares.

El vencedor de Dar¨ªo III comparte espacio con An¨ªbal en Sagunt y con Akenaton en su c¨¢mara de m¨²sica, entre personajes en miniatura que se multiplican hasta alcanzar las 15.000 piezas en la reci¨¦n estrenada sala. Todas las cifras son voluminosas en este museo, ubicado en la antigua casa palacio del marqu¨¦s de Malferit. Un cuarto de mill¨®n de visitantes en un lustro de vida, am¨¦n de 400.000 personas que han participado en sus actividades, incluidos talleres para ni?os, a los que se ense?a la historia en miniatura. Unos fondos que superan 1.200.000 piezas, algunas de ellas asociadas a la primera ¨¦poca de los soldaditos de plomo, que nacieron en 1780, y lo convierten en el mayor museo de estas caracter¨ªsticas. ¡°El inventario del museo es una pesadilla¡±, exclama con iron¨ªa su director tras exponer estas cifras, entre las que no hay que olvidar las correspondientes a la espectacular batalla de Almansa, una de las mayores maquetas del mundo de su especie.

Alrededor de 90.000 figuritas expuestas a lo largo de 15 salas. Un diorama de torneo medieval ¡°importado¡± del Tirant lo blanc abre la puerta al visitante. Alabarderos de las guardias alemana y espa?ola de Carlos I caminan juntos. La guardia mora del dictador Franco y los mossos d¡¯esquadra del president catal¨¢n Francesc Maci¨¤ en vitrinas contiguas. Son parte de las decenas de miles de figuras en exposici¨®n permanente que se completan con muestras temporales como las actuales sobre La vida cotidiana en Inglaterra o sobre Las batallas napole¨®nicas. Detr¨¢s de todo hay una rigurosa tarea de investigaci¨®n.