El tripartito o como se llame

Hay t¨¦rminos de gran eficacia medi¨¢tica. El de tripartito es uno de ellos. Se puso en circulaci¨®n en Catalu?a para referirse a los Gobiernos encabezados por Pasqual Maragall y Jos¨¦ Montilla, que se apoyaron en un juego a tres bandas. No consiguieron all¨ª deshacerse del atributo y har¨ªan bien los partidos valencianos de la oposici¨®n en no perder el tiempo para esquivarlo si les interesa abrir de verdad el horizonte de una eventual perspectiva de cambio pol¨ªtico. Porque de eso es de lo que se trata. Y no es casual que los populares se hayan apresurado a llenar su argumentario de alusiones despectivas al tripartito, algo que hoy por hoy no solo queda lejano en el tiempo sino tambi¨¦n en las condiciones pol¨ªticas y demosc¨®picas. No hay m¨¢s que mirar qu¨¦ ocurre, ahora mismo, en Catalu?a para darse cuenta. El ¨²ltimo bar¨®metro del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨®, de la Generalitat, revela algo in¨¦dito: por primera vez, una mayor¨ªa de ciudadanos (un 51%) responde que votar¨ªa por la independencia. Todos los analistas coinciden en que es un reflejo de la desafecci¨®n que los duros tratamientos derivados de la crisis est¨¢n causando. Esta especificidad catalana va acompa?ada de una tendencia a la baja de las opciones de Gobierno, ya que caen CiU, en la Generalitat, y tambi¨¦n el PP, que manda en La Moncloa. Pero es que todav¨ªa descienden m¨¢s los socialistas a cambio de un modesto aumento de ERC e ICV-EUA.

Con unas siglas u otras, el comportamiento afecta a toda la periferia de Europa, donde m¨¢s fuerte castiga la crisis. Hay un desplazamiento antisistema en la opini¨®n p¨²blica. ?Quiere eso decir que se abre paso una alternativa? El caso griego, tal vez el m¨¢s extremo, acaba de dejar claro que no. En Espa?a hemos podido ver c¨®mo era perfectamente compatible la movilizaci¨®n multitudinaria del 15-M y una victoria abrumadora de la derecha que lidera Mariano Rajoy. Es comprensible que en las opciones a la izquierda del PSOE cualquier identificaci¨®n de objetivos estrat¨¦gicos genere suspicacias. Se vio muy claro en el di¨¢logo organizado por la plataforma Valencians pel Canvi sobre un posible gobierno plural de la izquierda en el futuro. Ni Esquerra Unida del Pa¨ªs Valenci¨¤ ni la Coalici¨® Comprom¨ªs parecen c¨®modos con el planteamiento. Y sin embargo, ?pueden eludir el debate? La especificidad valenciana sit¨²a los t¨¦rminos de la cuesti¨®n en un terreno m¨¢s estrecho. Aqu¨ª se trata de ver si hay una posibilidad de ruptura de la hegemon¨ªa absoluta del PP durante casi dos d¨¦cadas. La l¨ªnea de tensi¨®n entre partidos del sistema o contra el sistema, que plante¨® Enric Morera, de Comprom¨ªs, se mueve en un espacio ajeno a ese horizonte. Marga Sanz, de EU, lo centr¨® m¨¢s pragm¨¢ticamente al comprometerse a que el PP no volver¨¢ a gobernar si su formaci¨®n puede evitarlo. De todas maneras, juegan a favor del PP el largo plazo de la pr¨®xima cita electoral, la p¨¦rdida de apoyos de los socialistas agravada por la involuci¨®n en el ¨²ltimo congreso del PSPV y la habilidad de la derecha para reinventarse.