Entre el ¡°s¨ª, quiero¡± y los recortes
El Orgullo 2012 reclama el matrimonio igualitario y critica los ahorros en gasto social Cr¨ªticas al tijeretazo en Sanidad y las consecuencias para los tratamientos de VIH
Patricia tiene 27 a?os. Bandera arco¨ªris en mano reflexiona sobre c¨®mo ser¨ªa su boda perfecta. No atina a decir cu¨¢l ser¨ªa el escenario ideal (quiz¨¢ una playa) pero tiene claro que las dos se vestir¨¢n de blanco. ¡°Ahora mismo no quiero casarme, pero s¨ª tener esa opci¨®n abierta para un futuro¡±, explicaba ayer esta chica de Teruel que sali¨® a las calles de Madrid para manifestarse a favor de la igualdad: ¡°Todos deber¨ªamos contar con los mismos derechos¡±.
Luc¨ªa no podr¨ªa estar m¨¢s de acuerdo. Se cas¨® poco despu¨¦s de que aprobaran la ley que regula el matrimonio homosexual. Ella y su pareja llevaban tiempo pens¨¢ndolo, y cuando decidieron tener un hijo se lanzaron a darse el ¡°S¨ª, quiero¡±. Ayer recorrieron el centro para reivindicar que no se derogue la ley. ¡°Sabemos que interpusieron el recurso hace siete a?os, pero es ahora cuando vemos peligrar nuestros derechos¡±, explicaba en referencia al lema elegido para el Orgullo gay de este a?o: Matrimonio igualitario. Igualdad sin recortes. El pr¨®ximo martes, el Tribunal Constitucional decidir¨¢ sobre la ley.
Todav¨ªa no eran las seis de la tarde, hora de inicio de la manifestaci¨®n, y la puerta de Alcal¨¢ ya estaba llena de participantes y curiosos que se acercaron a ver el desfile reivindicativo. Seg¨²n los organizadores, alcanz¨® 1,2 millones de personas. La Polic¨ªa Nacional redujo los participantes a 700.000, lo que no quita que entre la plaza de la Independencia y la de Espa?a, pasando por Cibeles y Gran V¨ªa, no cupiera un alfiler.
Las 19 carrozas ¡ªcinco menos que el a?o pasado por la crisis, informa el Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid, COGAM¡ª estaban preparadas para arrancar. Los flashes de los turistas no cesaban, sobre todo en la carroza de Osos por la Diversidad. ¡°Somos muy llamativos¡±, explicaba Alex, un gay de 40 a?os reci¨¦n llegado de M¨¦xico y aupado a la carroza. ¡°Nos ves grandes y peludos, pero en realidad somos ositos de peluche listos para que nos abracen¡±, sonre¨ªa mientras dos compa?eros de cuero se contoneaban sensualmente, cuerpo con cuerpo.
La m¨²sica arranc¨®. Los tambores se convirtieron en due?os de Alcal¨¢. La gente bailaba en las dos orillas del asfalto a ritmo de batucada y gritaba para que los vecinos lanzaran agua con que refrescarse. La cabecera ech¨® a andar liderada por Boti Garc¨ªa, presidenta de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Agust¨ªn L¨®pez, presidente de COGAM, y l¨ªderes pol¨ªticos y sindicales como C¨¢ndido M¨¦ndez, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, Elena Valenciano, Pedro Zerolo o In¨¦s Saban¨¦s.
Los transexuales paseaban sus nalgas y sus zapatos de tac¨®n dejando que los espectadores se fotografiaran con ellos, encantados y orgullosos de su atuendo. Entre canciones se hac¨ªa el silencio, roto solo por los j¨®venes LGTB que se desga?itaban con sus lemas: ¡°J¨®dete Rajoy, yo me caso hoy¡± o ¡°Ana, Anita, me quiero casar como tu hija en el Escorial¡±. Otros j¨®venes aragoneses vestidos de luto se lamentaban por considerar que los recortes en Sanidad han afectado especialmente al colectivo LGTB, uno de los que m¨¢s golpeados por el VIH.
Tambi¨¦n abundaban las familias con ni?os. Raquel, de ocho a?os, repart¨ªa folletos: ¡°Yo soy activista pero no quiero tener novio o novia. Aun as¨ª, quien quiera puede casarse. Chico con chico o chica con chica, ?no?¡±.
Pese al jolgorio, m¨¢s de uno opinaba que estaba siendo una manifestaci¨®n silenciosa. ¡°Yo he participado en muchas¡±, recordaba Javier, de 57 a?os. ¡°Reivindic¨¢bamos verdaderos cambios pol¨ªticos. Esto parece un carnaval¡±, lamentaba. Fran, de 41 a?os y Manas¨¦s, de 38, tambi¨¦n se dec¨ªan desencantados por la fiesta. Con la m¨²sica en las plazas vetada por el Ayuntamiento y momentos de silencio en el desfile, sienten que ha perdido color. ¡°Esperamos que el a?o que viene sea mejor¡±.
Jane Austen en Chueca
Cuando Jane Austen public¨® en 1813 Orgullo y Prejuicio no imaginaba que, a?os despu¨¦s, esas dos emociones servir¨ªan para evocar tantas cosas.
En estos ¨²ltimos a?os hemos asistido a frecuentes tensiones entre los organizadores del Orgullo LGTB de Madrid ¡ªCOGAM, FELGTB y AEGAL¡ª y el Ayuntamiento de Madrid en relaci¨®n con esta celebraci¨®n.
Las celebraciones del Orgullo contempor¨¢neas son, cuanto menos, poli¨¦dricas: al tiempo que se basan en un fuerte componente identitario, de reivindicaci¨®n y visibilizaci¨®n social, proporcionan enormes beneficios a las ciudades en las que tienen lugar. Los polos representados por lo identitario-pol¨ªtico y por la comercializaci¨®n y el negocio laten en el interior de estas celebraciones y alimentan las tensiones.
Las revueltas del 28 de junio de 1969 en el Stonewall Inn de Nueva York son conmemoradas en muchas ciudades mediante celebraciones del Orgullo LGTB que suponen el paso de identidades estigmatizadas a identidades orgullosas. Estas conmemoraciones, prohibidas en muchos pa¨ªses y reprimidas en otros, en Espa?a, desde que se iniciaron en 1977 (con una marcha en Barcelona inmortalizada por Colita), forman parte de nuestra democratizaci¨®n. Son ejemplo de la lucha por la igualdad y la plena ciudadan¨ªa de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. Pero tambi¨¦n son eventos identitarios ritualizados (de consolidaci¨®n, reivindicaci¨®n y celebraci¨®n de identidades) que movilizan y visibilizan a miles de personas.
La participaci¨®n en el Orgullo madrile?o (que consiste en la manifestaci¨®n Estatal ¡ªpunto central del activismo¡ª y otros actos) ha aumentado estos a?os hasta ser el mayor evento de Europa, cuestionando con ello su sostenibilidad. Adem¨¢s, como ha sucedido en otros lugares ¡ªun ejemplo paradigm¨¢tico es el Mardi Gras de Sydney¡ª el evento en Madrid exhibe grandes dosis de teatralidad y performance. El giro hacia lo carnavalesco puede llegar a eclipsar otros significados y convertir estas celebraciones en eventos para el entretenimiento masivo. Se llega a hablar de ellas como fiestas cuyo potencial de atracci¨®n tur¨ªstica es aprovechado por todos como una estrategia de city-branding que sit¨²a a las ciudades en el mapa de la modernidad y las se?ala como destinos tur¨ªsticos. En tanto fiesta y celebraci¨®n, el Orgullo madrile?o, con sus dimensiones actuales, es criticado por la incomodidad que genera en Chueca, un barrio en el que se concentra buena parte de los dos millones de personas que la ciudad acoge en estas fechas. Pero tambi¨¦n deja en Madrid beneficios nada desde?ables que rondan los 100 millones de euros (en 2011).
Pero las celebraciones del Orgullo no son solo instrumentos para la promoci¨®n tur¨ªstica. Son rituales que rompen las fronteras entre lo privado y lo p¨²blico y condensan m¨²ltiples significados (la promoci¨®n tur¨ªstica, la exhibici¨®n espectacular y dimensiones identitarias y pol¨ªticas). La falsa dicotom¨ªa entre los conceptos de manifestaci¨®n y fiesta, que son presentados como incompatibles, late en el trasfondo de la pol¨¦mica y el pulso entre instituciones y organizaci¨®n llegando la vertiente festiva del evento a eclipsar sus otros significados.
La plaza de Chueca (¡°irrenunciable¡± para los organizadores) y el barrio de Chueca no son solo lugares f¨ªsicos: son s¨ªmbolos de una lucha hist¨®rica por unos derechos. Cumplen, en el proceso de democratizaci¨®n de este pa¨ªs, el mismo papel que las revueltas en el bar Stonewall cumplieron para la consecuci¨®n de libertades civiles para las minor¨ªas estadounidenses. No hablamos de lugares f¨ªsicos, sino de lugares m¨ªticos. Chueca representa la transformaci¨®n, modernizaci¨®n y democratizaci¨®n no solo de un barrio sino de toda una sociedad: la nuestra. En el barrio y en su centro simb¨®lico, la plaza de Chueca, se condensan como en ning¨²n otro lugar los significados festivos, identitarios y reivindicativos de esta celebraci¨®n de la diversidad y la libertad. Privar al Orgullo de sus referentes espaciales ser¨ªa negar su pasado, despojarlo de sentido, simplificarlo y banalizarlo para solo aprovechar su potencial como reclamo tur¨ªstico y de promoci¨®n de Madrid.
La plaza de Chueca es m¨¢s que un lugar. All¨ª se encuentran ¡ªy se enfrentan¡ª normativas y derechos, distintos modelos de sociedad. Sobre su asfalto se dirime el pulso entre los m¨²ltiples significados y derivas que tiene y tendr¨¢ la celebraci¨®n del Orgullo. En torno al 28 de junio se encuentran en la plaza el pasado, el presente y el futuro: el Orgullo y el Prejuicio. Seamos conscientes de ello.
Bego?a Enguix es doctora en Antropolog¨ªa Social y Cultural y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En la actualidad lleva a cabo una investigaci¨®n sobre las celebraciones del Orgullo LGTB en Espa?a.
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