Una autonom¨ªa sin convicci¨®n
El Estatut cumple 30 a?os desde su aprobaci¨®n sin un desarrollo decidido
Tal d¨ªa como hoy, hace tres d¨¦cadas, el Estatut d¡¯Autonom¨ªa empez¨® a andar. El alumbramiento fue fruto de un parto doloroso, no exento de violencia y fuerte tensi¨®n social, motivada fundamentalmente por sectores de una derecha reaccionaria y tardofranquista dispuesta a frenar el proceso de construcci¨®n del Estado auton¨®mico.
A pesar de ello, los principales partidos pol¨ªticos alumbraron un Estatut d¡¯Autonomia que se convirti¨® en punto de encuentro de las dualidades que habitualmente dividen a los valencianos. As¨ª, en medio de un constante tira y afloja, las fuerzas pol¨ªticas de entonces (PSPV-PSOE, UCD, AP y el PCPV) pactaron el acceso al autogobierno por una v¨ªa intermedia. No ser¨ªa la del art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n, previsto para las denominadas autonom¨ªas hist¨®ricas, sino la del art¨ªculo 143, previsto para aquellas regiones que no ten¨ªan rasgos diferenciadores. Sin embargo, acompa?ar¨ªan el Estatut con una ley que permitir¨ªa asumir las competencias en sanidad y educaci¨®n, que era el principal rasgo de las autonom¨ªas del 151.
El Consell ha optado por una celebraci¨®n de perfil muy bajo
Treinta a?os despu¨¦s, los valencianos celebran la recuperaci¨®n de su autogobierno sin convicci¨®n. La llegada de Mariano Rajoy al Gobierno de Espa?a ha acabado en un plis-plas con la ret¨®rica victimista y reivindicativa del Consell hacia la Administraci¨®n central. En este contexto, el consejero de Gobernaci¨®n, Seraf¨ªn Castellano, encargado de organizar el 30? aniversario del Estatut, ha optado por un programa de perfil muy bajo, que incluye un ramillete de actividades ¡ªdesde conferencias a concursos escolares¡ª esparcidas a lo largo de este a?o. Una decisi¨®n que se justifica fundamentalmente por dos razones: las dificultades presupuestarias y la complejidad de celebrar el aniversario con una nueva reforma del Estatut paralizada. Una reforma aprobada en las Cortes Valencianas en la anterior legislatura y que est¨¢ a la espera, desde hace meses, de la defensa y tramitaci¨®n en el Congreso de los Diputados.
Recupera autogobierno y reformas propuestas
El texto inicial. El 1 de julio de 1982 se promulga el Estatut d'Autonomia de la Comunitat Valenciana, una ley org¨¢nica que pone punto y final a la etapa preauton¨®mica iniciada en 1978 con el real decreto de creaci¨®n del Consell del Pa¨ªs Valenci¨¤. El Estatut se aprob¨® por la v¨ªa lenta, la del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n, aunque aproxim¨® su nivel competencial a las autonom¨ªas hist¨®ricas mediante la LOTRAVA, una ley por la que se obten¨ªan competencias en Sanidad y Educaci¨®n.
La reforma de 2006. Pilotada por Francisco Camps (PP) y Joan Ignasi Pla (PSPV) introdujo la capacidad plena de disoluci¨®n de las Cortes Valencianas, la creaci¨®n de un Servicio Tributario Valenciano y de un Consejo de Justicia, todav¨ªa pendientes, y elev¨® el rango de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua como instituci¨®n normativa del valenciano. Pero el texto no incluy¨® ninguna referencia que permitiese mejorar la deficiente financiaci¨®n auton¨®mica y la reducida inversi¨®n del Estado en la Comunidad Valenciana. En cambio, la referencia al derecho de la Comunidad Valenciana sobre el agua de cuencas excedentarias estimul¨® la guerra entre regiones y la publicitada cl¨¢usula Camps, que supuestamente permit¨ªa acceder a cualquier competencia que tuviese otra autonom¨ªa qued¨® como un brindis al sol sin ninguna efectividad.
La modificaci¨®n pendiente. Desde finales de 2011 est¨¢ pendiente un nuevo cambio, que tiene que ser ratificado en Cortes Generales, para exigir al Estado que invierta durante siete a?os, al menos, el porcentaje que representa la poblaci¨®n valenciana en el conjunto del Estado
Y es que esta reforma pendiente, en la que se pide la modificaci¨®n de la disposici¨®n adicional primera del Estatut para exigir del Estado una inversi¨®n equivalente al peso de la poblaci¨®n en el conjunto de Espa?a por un periodo de siete a?os, evidencia la falta de convicci¨®n en las reivindicaciones valencianas.
En la reforma de 2006, pactada por populares y socialistas, el entonces presidente del Consell, el popular Francisco Camps ¡ªy su negociador, el consejero Seraf¨ªn Castellano¡ª no se quiso incluir ni esta disposici¨®n, ni ninguna alusi¨®n al tema de la financiaci¨®n. S¨ª lo hicieron autonom¨ªas como Catalu?a, Andaluc¨ªa y Baleares y, finalmente, la Comunidad Valenciana ha terminado por ir en el furg¨®n de cola. Lo que se vendi¨® como la primera reforma de un nuevo avance hacia un Estado federal, termin¨® por convertirse en la ¨²ltima adaptaci¨®n de la etapa constituyente del Estado auton¨®mico. De ah¨ª la necesidad de que se plantease, apenas una legislatura despu¨¦s, la reforma que est¨¢ pendiente de consolidar.
Para Luis Berenguer, que fue uno de los ponentes que negociaron el Estatut de 1982 en representaci¨®n de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD), el PP llen¨® la reforma estatutaria de 2006 de ¡°sandeces¡± como la cl¨¢usula Camps, que no sirve para nada, o la referencia al monasterio de Santa Mar¨ªa de La Valldigna como sede espiritual de los valencianos. ¡°Y lo hicieron a remolque de lo que propon¨ªan los catalanes¡±, explica Berenguer, que duda de que la reforma sirviera para mejorar mucho el texto original.
Pese a las cr¨ªticas, la reforma de 2006 sirvi¨® para aumentar las competencias en algunas materias: ordenaci¨®n de los medios judiciales, nuevos instrumentos de gesti¨®n tributaria, participaci¨®n en la ordenaci¨®n de infraestructuras de inter¨¦s general, desarrollo del derecho civil propio, etc¨¦tera. Aunque, transcurridos seis a?os, la mayor parte de estos mecanismos ¡ªcomo ya le ocurr¨ªa al Estatut primigenio¡ª est¨¢n por desarrollar. Hasta el punto de que ni siquiera disponen los valencianos de una Ley Electoral Valenciana adecuada a los nuevos tiempos.
Para Felipe Guardiola, ponente del PSPV-PSOE del primer Estatut, la recuperaci¨®n del autogobierno ha cubierto las expectativas porque la ¡°arquitectura institucional¡± est¨¢ clara. A partir de ese punto, aclara, ¡°no es una cuesti¨®n de m¨¢s competencias, porque lo importante es ejercerlas¡±, se?ala Guardiola.
Guardiola: ¡°La cuesti¨®n no es tener m¨¢s competencias, es ejercerlas¡±
Intentando desvelar lo que deparar¨¢ el futuro, Guardiola cree que ser¨¢ inevitable avanzar en el modelo federal de Estado. ¡°Igual que el Estado ha tenido que ceder soberan¨ªa a la Uni¨®n Europea, el Estado necesitar¨¢ coordinar a las autonom¨ªas para gestionar de manera adecuada la deuda p¨²blica y garantizar la viabilidad del sistema¡±.
En el mismo sentido se expresa el primer presidente de la Generalitat y ponente del primer Estatut, el socialista Joan Lerma, que considera que, ¡°aunque hay que revisar muchas cosas, el modelo ha funcionado¡±.
¡°El pasado sirve para entender d¨®nde estamos¡±, explica Lerma, ¡°pero lo que mejora las cosas es la voluntad de avanzar, no el tiempo transcurrido¡±.
Y de momento, ya llevamos 30 a?os de autogobierno y vamos a por la segunda reforma.
Un territorio solidario y mal financiado
La financiaci¨®n, la piedra angular de las Administraciones auton¨®micas, no ha sido nunca, pese a la ret¨®rica partidaria, una cuesti¨®n fundamental en el debate estatutario valenciano. S¨ª lo ha sido en otras autonom¨ªas, independientemente de que estuviesen gobernadas por el PP, por el PSOE o por partidos nacionalistas como CiU.
El resultado ha sido que en el Estatut no hay, ni en el pre¨¢mbulo ni fuera de ¨¦l, ninguna referencia a una posible deuda hist¨®rica, a la deficiente inversi¨®n del Estado, o al desequilibrio que provoca la insuficiente financiaci¨®n.
La larga crisis econ¨®mica ha convertido finalmente la obviedad en una necesidad. Nadie cuestiona ya lo que los numerosos informes realizados por el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas y otras instituciones se empe?an en confirmar una y otra vez: la financiaci¨®n auton¨®mica no cubre el coste de los servicios p¨²blicos b¨¢sicos en la Comunidad Valenciana y la inversi¨®n estatal es inferior a la media, pese a que la renta media de los valencianos es inferior a la de Espa?a y la balanza fiscal es negativa.
Quiz¨¢ por eso, en 2011 el PP se atrevi¨® a impulsar una reforma puntual del Estatut para forzar al Gobierno ¡ªentonces presidido por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ª a mejorar su inversi¨®n en territorio valenciano. Sin embargo, los graves problemas financieros del Estado y la presencia de Mariano Rajoy al frente del Gobierno han ralentizado la pretensi¨®n. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, repite constantemente que la reclamaci¨®n se mantiene, aunque pide comprensi¨®n y un poco de tiempo para que el Gobierno pueda atender la demanda de los valencianos.
Una demanda que llega en el peor momento, con el resto de autonom¨ªas preparadas para defender con u?as y dientes una financiaci¨®n por encima de la media y los recursos del Estado a la baja. Pese a todo el Consell espera ver aprobada la nueva reforma en esta legislatura.
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