La digesti¨®n de Eurovegas
Deber¨ªamos evitar cualquier demagogia y exigir la m¨¢xima transparencia sobre el proyecto antes de tomar una decisi¨®n
Los platos simples, con ingredientes sanos, son f¨¢ciles de digerir. Si tienen sustancias picantes o corrosivas, destrozan el est¨®mago. Los que combinan una mezcla sofisticada de ambos elementos complican la digesti¨®n. No hay duda de que el proyecto Eurovegas es uno de estos. Sin saber con certeza cu¨¢les son las probabilidades de tener que comerlo, ya hay una gran pol¨¦mica al respecto. Pol¨¦mica, en la mayor¨ªa de los casos, poco rigurosa y basada m¨¢s en apriorismos que en un an¨¢lisis serio del tema.
Es cierto que el an¨¢lisis es dif¨ªcil precisamente porque no hay un conocimiento exacto del proyecto, lo que permite que cada uno lo imagine y lo explique a su manera, de acuerdo con la conclusi¨®n a la que desea llegar. Tambi¨¦n afectan al rigor los alineamientos pol¨ªticos habituales. Si, como ocurre en este caso, el Gobierno lo defiende y lo desea, los que se identifican con su pol¨ªtica lo encuentran bueno y los que sintonizan con la oposici¨®n lo consideran nefasto. ?Inevitable?
Desde este punto de vista, no me sorprende, sino que me alegra, que dentro del PSC existan y se manifiesten posiciones divergentes, y que su direcci¨®n no haya pretendido imponer un pensamiento ¨²nico. En un tema tan complejo, esto es m¨¢s un signo de libertad que de debilidad.
Explico las cuatro fases de mi digesti¨®n personal.
La construcci¨®n de un complejo de estas caracter¨ªsticas supondr¨¢ un enorme efecto de atracci¨®n de mano de obra
1. Conozco Las Vegas (Nevada). No me gusta la idea de tener en la periferia de Barcelona un complejo as¨ª. Considero que tiene m¨¢s inconvenientes que ventajas. No los detallo ya que se han explicado suficientemente. Hablando en t¨¦rminos de moda, soy mucho m¨¢s partidario de Massachusetts que de Las Vegas. Desear¨ªa que dedic¨¢ramos m¨¢s esfuerzos y recursos a conseguir lo primero, que precisa mucha voluntad y perserverancia. Aunque en este momento sea un espejismo lejano, hay bases reales para poder luchar por ello.
2. Pero estos deseos de futuro no me hacen perder conciencia de la presente realidad catalana. Estamos en una situaci¨®n social dif¨ªcil, con puntos muy preocupantes. Fruto de errores pol¨ªticos y financieros, y decisiones personales o familiares equivocadas, de los m¨¢s de 600.000 parados actuales hay casi un tercio que no han completado estudios b¨¢sicos ni tienen formaci¨®n profesional, ni calificaci¨®n ocupacional. Muchos de ellos, demasiados, son de dif¨ªcil reciclaje para reincorporarse al mundo laboral y, por tanto, tienen un futuro incierto. El proyecto Massachusetts, por el que hay que luchar, no les resuelve su futuro. La oportunidad de unos 30.000 puestos de trabajo durante los cuatro a?os de construcci¨®n de Eurovegas y de otra cantidad indefinida posteriormente representar¨ªa un alivio importante del paro y ofrecer¨ªa un periodo de tiempo para una pol¨ªtica de reconversi¨®n. Por tanto, es comprensible intentar una negociaci¨®n, que no comprometa la dignidad del pa¨ªs.
3. Pero tengo claro que esta es casi la ¨²nica raz¨®n que me merece una valoraci¨®n positiva y, por tanto, quiero dejar muy claro un peligro, que creo inevitable. La construcci¨®n de un complejo de estas caracter¨ªsticas supondr¨¢ un enorme efecto de atracci¨®n sobre personas que residen actualmente en el resto de Espa?a o en otras ¨¢reas del sur de Europa y el norte de ?frica, que est¨¢n en la misma situaci¨®n y tienen gran movilidad. No ser¨ªa imposible que, aunque se crearan 30.000 puestos de trabajo, el resultado neto fuera un aumento final del paro, por la llegada de m¨¢s de 30.000 demandantes de trabajo. Solo en Espa?a puede haber varios centenares de miles de personas en estas circunstancias¡
El final de esta dif¨ªcil digesti¨®n me lleva a pensar que, si llega la necesidad de decidir, no ser¨¢ una decisi¨®n f¨¢cil para quien la tome. ?No me gustar¨ªa tener que hacerlo yo! Por ello deber¨ªamos descargarlo de elementos demag¨®gicos en uno y otro sentido, y exigir una gran transparencia en el contenido del proyecto para analizarlo, y en las cesiones que se hagan para localizarlo aqu¨ª.
4. Olvidaba la ¨²ltima fase de mi digesti¨®n. Puede parecer fr¨ªvola, pero es seria. Si las autoridades de Madrid aceptan las presiones de los promotores y se localiza all¨ª, se producir¨¢ seguramente el efecto llamada hacia Madrid desde el resto de Espa?a. ?Podr¨ªa ocurrir entonces que la reducci¨®n del paro de baja formaci¨®n en Catalu?a fuera m¨¢s importante en este caso que en el de la localizaci¨®n aqu¨ª? ?Se puede hacer una simulaci¨®n rigurosa de estos dos escenarios para comparar los resultados?
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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