Pol¨ªtica, memoria y hemerotecas
"La calidad de la democracia se mide, entre otras cosas, mediante el nivel de tolerancia ante la mentira pol¨ªtica"
Los incendios del pasado fin de semana, que han arrasado decenas de miles de hect¨¢reas de monte valenciano, han puesto de manifiesto la capacidad que tienen algunos pol¨ªticos para decir y hacer lo contrario de lo que dijeron e hicieron con anterioridad, para alabar lo que censuraron en otro tiempo y para criticar lo que antes defendieron. Una capacidad que, lamentablemente, parece formar parte del guion de la pol¨ªtica, en el que se mezcla el olvido ¡ªo la memoria selectiva¡ª con el enga?o, cuando no con la mentira. Pueden ser dichos o hechos sucedidos muchos a?os atr¨¢s, o solo hace unos meses, incluso d¨ªas, como vemos ¨²ltimamente en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica nacional.
Se dice que un pol¨ªtico eficaz es aquel que es capaz de decir una cosa y la contraria, y de hacerlo sin inmutarse. Se sabe que el ser humano es el ¨²nico animal capaz de mentir de manera reflexiva, consciente y con un objetivo determinado. Y si quien miente es un profesional de la pol¨ªtica, su mentira no busca m¨¢s que aumentar su poder sobre los ciudadanos. Todo ello en un sistema en el que los medios de comunicaci¨®n desempe?an un papel determinante, unos desde la independencia y el rigor y otros, ?ay!, como meros instrumentos de propaganda al servicio de intereses partidistas, cuando no espurios. El resultado es un espect¨¢culo al que asisten at¨®nitos muchos ciudadanos que s¨ª tienen memoria. Como at¨®nitos hemos asistido esta semana a las explicaciones sobre la gesti¨®n realizada antes, durante y despu¨¦s de los recientes incendios forestales.
Menos mal que para hacer frente a tanta desmemoria, tanto enga?o, tanta mentira y tanta desfachatez, est¨¢n las hemerotecas, que pueden resultar demoledoras. Porque nos muestran con toda crudeza que quienes ahora reclaman unidad y colaboraci¨®n para hacer frente a la cat¨¢strofe no dudaron en su momento ¡ªen los primeros a?os noventa, con centenares de miles de hect¨¢reas arrasadas por el fuego¡ª a la hora de acusar al rival pol¨ªtico de haber quemado los montes. Los mismos que esta semana han explicado ¡ªsin que les falte parte de raz¨®n¡ª que los recientes incendios eran muy dif¨ªciles de controlar, alardeaban imp¨²dicamente a finales de los noventa, tras unos a?os de bonanza, de haber domado al drag¨®n de los incendios. Por la boca muere el pez. Las hemerotecas tambi¨¦n desmienten a quienes ahora aseguran que no ha habido recorte en las partidas presupuestarias destinadas a la prevenci¨®n y extinci¨®n de incendios forestales. De la misma manera que revelan la doble vara de medir de quienes ahora reclaman que el presidente de la Generalitat comparezca en las Cortes, cuando en otro tiempo ellos no lo permitieron.
La calidad de la democracia se mide, entre otras cosas, mediante el nivel de tolerancia ante la mentira pol¨ªtica. En las democracias occidentales la mentira no se perdona. Pero por estos lares, al parecer, mentir es gratis. As¨ª nos va.
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