Gaitas alemanas revividas en Lugo
Un luthier de Guitiriz recupera la sackpfife suaba e inventa instrumentos
El exterior de este galp¨®n de Guitiriz sugiere cualquier cosa menos un taller de gaitas. Dentro, la mesa repleta de punteiros despeja las dudas. Hace 22 a?os, el luthier Sito Carracedo traslad¨® aqu¨ª ¡ªa pocos metros del recinto que alberga en agosto el festival de Pardi?as¡ª su obrador de Lugo en cajas de madera. En Guitiriz fue dejando de lado la gaita gallega, su especialidad de siempre, para construir otros modelos europeos. En 2001, una asociaci¨®n alemana lo ret¨® a recuperar la sackpfife de Suabia, una gaita medieval borrada del mapa un siglo atr¨¢s.
Carracedo, nacido en el municipio lucense de Cospeito hace 58 a?os, se autorretrata en una frase: ¡°No me gusta la monoton¨ªa¡±. Se inici¨® en el oficio de luthier en la adolescencia, en Lugo, con el artesano Ant¨®n Corral. Acabada la ¡°mili¡±, a los 21 a?os, mont¨® su propio taller. Por el camino aprendi¨® que la gaita, desde los epicentros originales de India y Mesopotamia, se expandi¨® por toda Asia, ?frica y Europa. Sito aprendi¨® a construir las de Escocia, Irlanda y Northumbria (noreste de Inglaterra). Los alemanes dieron con ¨¦l a trav¨¦s del grupo vigu¨¦s Xistra de Coruxo, conocedor de este inquieto curr¨ªculum.
Manfred Stingel, presidente de una asociaci¨®n folcl¨®rica suaba, lleg¨® a Guitiriz desde la ciudad de Balingen (en el suroeste de Alemania) con un libro de historia de la sackpfife profusamente ilustrado. ¡°Tan solo cont¨¢bamos con eso, con las ilustraciones¡±, apunta el luthier de Cospeito. Reproducciones de pinturas del siglo XVI, fotos de esculturas o figuras de capiteles, fueron la gu¨ªa para un trabajo que se prolong¨® durante todo un a?o. ¡°En 2002 admitieron la primera gaita. Les cobr¨¦ un mill¨®n y medio de pesetas, por todo el trabajo de investigaci¨®n¡±, recuerda Sito. ¡°A d¨ªa de hoy les he fabricado una veintena, a 2.200 euros la unidad¡±.
Carracedo es consciente de que el timbre original de la sackpfife de Suabia es una inc¨®gnita: hoy en d¨ªa ya no se conservan grabaciones. ¡°Probablemente se parezca en un 40% o un 50%. Trat¨¦ de deducirlo de los orificios y proporciones de los instrumentos. Habl¨¦ con music¨®logos e historiadores. Estudi¨¦ los arm¨®nicos del canto¡¡± El resultado es un sonido m¨¢s dulce y grave que el de la gaita gallega, ¡°barroco¡±.
Llegado a este punto, Sito Carracedo cree que su labor de constructor ha terminado. ¡°Lo ideal es que monten un taller, algo que est¨¢ en proyecto. Yo me ir¨ªa all¨ª una temporada para ense?arles a fabricarlas. Les ense?ar¨ªa a investigar en calibres m¨¢s amplios para conseguir un sonido a¨²n m¨¢s barroco¡±, apunta.
Investigador es una etiqueta que le gusta a este artesano. Inventor, cabe a?adir, tras ver en su p¨¢gina web que comercializa cuatro patentes propias. Hace 12 a?os empez¨® a desarrollar el higrotap¨®n para gaitas, su primera creaci¨®n original. El desaf¨ªo es la palleta, esa leng¨¹eta que hace sonar el instrumento y precisa humedad para no enmudecer. Sito invent¨® primero un tap¨®n que se introduce en el puntero para bloquear la entrada de aire seco. M¨¢s tarde le a?adi¨® un peque?o dep¨®sito de agua que la propia palleta, hecha de ca?a, absorbe seg¨²n sus necesidades. En paralelo dise?¨® el termohigr¨®metro, que permite testar la temperatura y humedad de la gaita en condiciones extremas. Sito aprovechaba sus viajes para probar el kit. "En Madrid, a 40 grados de temperatura", subraya.
Las dos ¨²ltimas patentes son m¨¢s sonoras. Los pitos de Sito Carracedo parten del pito tradicional, una variante de la casta?uela que se ata al pulgar para potenciar el chasqueo de los dedos. ¡°A m¨ª me parec¨ªan un souvenir sin posibilidades. Les reduje el tama?o, les puse medidas precisas¡¡±. El pito creado en Pardi?as puede fijarse a cualquier dedo y, en su sencillez, desplegar un amplio abanico de posibilidades percusivas. Lo mismo que el peitoque ¡ªaqu¨ª s¨ª hizo falta inventar la palabra¡ª. Sito hab¨ªa experimentado con casta?uelas amarradas a las piernas con correas. ?Por qu¨¦ no colgarlas del cuello? As¨ª nace el peitoque, que usa el pecho como caja de resonancia y ¡°a punto estuvo de llamarse caja tor¨¢cica¡±.
Sito Carracedo recorri¨® Andaluc¨ªa el verano pasado en su destartalada furgoneta con un muestrario de pitos y peitoques, ¡°que consegu¨ª dejar en alguna tienda de m¨²sica¡±. En la ciudad de Granada coincidi¨® con Rubem Dantas, el m¨²sico brasile?o que toc¨® la percusi¨®n para Paco de Luc¨ªa e incorpor¨® el caj¨®n peruano al flamenco. Sito tiene noticias de que Dantas y el bailaor Israel Galv¨¢n han introducido pitos y peitoques en alg¨²n tema. Demostraciones de estos instrumentos est¨¢n ahora disponibles en v¨ªdeo en youtube. Aunque el virtuosismo del int¨¦rprete, el percusionista Roi Adrio (Quempallou), puede desmotivar a cualquiera.
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