Los editores luchan contra el desd¨¦n y la invisibilidad
Solo el 3% de la poblaci¨®n adulta de la Comunidad Valenciana lee habitualmente en valenciano
El uso en los medios de comunicaci¨®n, la edici¨®n de libros y el ¨ªndice de lectura miden la salud de una lengua, sobre todo si es una lengua minoritaria y minorizada como el valenciano. Hay un dato revelador: solo el 3% de la poblaci¨®n adulta de la Comunidad Valenciana se reconoce como lector habitual en valenciano. Y m¨¢s significativa a¨²n es la reiteraci¨®n en el tiempo de ese porcentaje, a diferencia del resto de autonom¨ªas con lengua propia.
Todo ello redunda en la constataci¨®n de que la promoci¨®n de una industria cultural propia en valenciano no ha sido una l¨ªnea prioritaria de actuaci¨®n pol¨ªtica de la Administraci¨®n auton¨®mica. Y los efectos son palpables en la reducci¨®n del uso social de la lengua.
La industria editorial valenciana es un claro exponente de la situaci¨®n. El peso de la misma respecto a la industria espa?ola representa ¨²nicamente un 3%. ¡°En Andaluc¨ªa, sin embargo, la industria editorial ha dejado de ser residual, y nos ha superado, y eso que no tiene lengua propia. Y lo ha hecho gracias a una firme pol¨ªtica de promoci¨®n a trav¨¦s de los a?os¡±, sostiene Jes¨²s Figuerola, presidente de la Associaci¨® d¡¯Editors del Pa¨ªs Valenci¨¤.
¡°La invisibilidad del libro valenciano nos perjudica mucho m¨¢s que la continua reducci¨®n de las ayudas. M¨¢s que subvenciones, reclamamos un plan integral de promoci¨®n de la industria en valenciano, con estrategias que beneficien a todos¡±, a?ade Figuerola. La cuant¨ªa de alguna ayuda es hoy inferior a su dotaci¨®n cuando se implant¨® en los ochenta, como la llamada de soporte gen¨¦rico. La valenciana es una de las autonom¨ªas que menos ha aportado al plan nacional de provisi¨®n de bibliotecas. Publicaciones en valenciano tan significativas como El Temps ya no se imprimen en papel; la revista Sa¨® est¨¢ con el agua al cuello; publicaciones como El Punt no funcionaron. Y la principal editorial en valenciano, Bromera, ha presentado un ERE.
Los editores est¨¢n muy mal. Y qui¨¦n no, se podr¨ªa decir. Pero a los problemas de impagos de las administraciones y a la deuda del bono-libro (el texto y las lecturas obligatorias son los pilares de estas peque?as empresas) se suma la revoluci¨®n digital, con el cambio de modelo de negocio que comporta, y la fragmentaci¨®n del mercado en el dominio ling¨¹¨ªstico catal¨¢n.
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