Dolores de Cospedal
"Frecuentemente se presenta con el gesto airado, severo. No sabe hablar, pero se pronuncia sobre cualquier cosa. Demuestra ferviente ignorancia".
Cuando llega julio piensas que ya te mereces unas vacaciones. Todo te cuesta y los movimientos f¨ªsicos los realizas con lentitud desesperante. Aguardas el peque?o veraneo para hacer lo que no has podido completar. Justamente por eso, procuras oxigenarte.
Yo, por ejemplo, dejo de mirar la pantalla para no tropezarme con las caras de ministros estupefacientes, tipos conminatorios. Parece una especialidad de este Gobierno: sus representantes siempre amenazan pomposamente, con tono achulapado y agrio. Como los rufianes infantiles, aquellos matones de colegio que hac¨ªan valer la fuerza bruta. Te dices: no puede ser. He cumplido con mis obligaciones, he desempe?ado mis tareas. Quiero que me dejen en paz.
Pues no. Leemos los peri¨®dicos, buscamos informaciones livianas, notas humanas, sucesos ins¨®litos, literatura de entretenimiento, torneos deportivos o el certamen ol¨ªmpico. Echamos un vistazo confiando en que nada decisivo ocurra en las pr¨®ximas semanas. No es as¨ª: los diarios adelgazan, las redacciones se quedan medio vac¨ªas; pero no te libras, pues mientras tanto estalla una guerra, tres desastres naturales se cobran miles de v¨ªctimas y el Gobierno de Espa?a nos intimida. Ah, y Dolores de Cospedal habla. O lanza una bravata.
"Ante las dificultades, el Gobierno no nos mira: simplemente sospecha"
Los desplantes del Gabinete no son cosa estival. Es un pronunciamiento que dura todo el a?o, ese ultim¨¢tum que se plantea siempre a los enemigos. En efecto, ante las dificultades, el Gobierno no nos mira: simplemente sospecha. Somos el contrario. ?Hay defraudadores fiscales a los que perseguir? Subiremos los impuestos indirectos a ver si as¨ª escarmientan los ciudadanos. ?Hay un funcionario que vive a cuerpo de rey? Esos haraganes morder¨¢n el polvo, pues un empleo no es para toda la vida y las instituciones no son agencias de colocaci¨®n.
No hay demagogia m¨¢s ruin: de esos argumentos se vale Dolores de Cospedal. Bien mirado, es normal. Si hombres corrientes de escasas luces est¨¢n ah¨ª, ?por qu¨¦ no habr¨ªa de estar una mujer vulgar¨ªsima o de escasa preparaci¨®n? De Cospedal hace declaraciones campanudas, de mucha hinchaz¨®n. Frecuentemente se presenta con el gesto airado, severo. No sabe hablar, pero se pronuncia sobre cualquier cosa. Demuestra ferviente ignorancia. Hace varios veranos sostuvo que, con el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero, Espa?a viv¨ªa bajo un Estado totalitario. Lo dijo as¨ª, como una iletrada. Ante un yerro grave, cualquier persona con verg¨¹enza dimitir¨ªa. Esa ignorancia tan ordinaria incapacita para seguir en pol¨ªtica. Pero De Cospedal sigui¨® luciendo. ?Por qu¨¦? Alguien podr¨ªa diagnosticarla: por osad¨ªa y descaro. Ella se vale de la desfachatez y a poco que te descuides se viste para el Corpus. Ah¨ª la tienen: aparece en pantalla e irradia rayos y centellas.
Yo ya me estoy ulcerando.
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