Soberan¨ªa y autonom¨ªa
Y Espa?a se apresta a reducir, ya que para la Uni¨®n Europea la distribuci¨®n territorial del poder interno de cada Estado es irrelevante
En la econom¨ªa globalizada en que vivimos hay un l¨ªmite al endeudamiento para todos los niveles de nuestra f¨®rmula de gobierno: municipal, auton¨®mico, estatal o europeo. El l¨ªmite ha existido siempre, aunque solamente est¨¢ siendo puesto por escrito recientemente. Ning¨²n nivel de la f¨®rmula de gobierno puede endeudarse m¨¢s all¨¢ de su capacidad para devolver las deudas contra¨ªdas. Esta es una ley de hierro de la que nadie puede escapar. No ha podido en el pasado. No puede en el presente. Y no podr¨¢ en el futuro.
Obviamente la forma de expresi¨®n de la ley no es la misma para todos los niveles de la f¨®rmula de gobierno. La ley se expresa con m¨¢s intensidad cuanto m¨¢s bajo es el nivel. El l¨ªmite es m¨¢s intenso para el municipio que para la comunidad aut¨®noma, para esta que para el Estado y para este que para la Uni¨®n Europea. Pero el l¨ªmite opera para todos. Incluso para la Uni¨®n Europea. Formalmente, mediante la creaci¨®n de dinero por el Banco Central Europeo, podr¨ªa pensarse que la Uni¨®n Europea carece de l¨ªmites, pero materialmente no es as¨ª. La monetizaci¨®n de la deuda es la receta de la cat¨¢strofe. Ese temor es el que lleva a la canciller alemana a resistirse a la emisi¨®n de eurobonos o a la compra sin l¨ªmite de deuda p¨²blica por el BCE
Los l¨ªmites tienen que ser respetados en todos los niveles inferiores antes de que se pueda poner en pr¨¢ctica una respuesta europea.
En esa operaci¨®n es en la que estamos ahora mismo a escala europea y en cada uno de los Estados que integran la Uni¨®n. La deuda p¨²blica de cada uno de los pa¨ªses est¨¢ siendo evaluada por la Comisi¨®n y por el BCE, aunque dicha evaluaci¨®n ¨²nicamente resulte visible para aquellos pa¨ªses que tienen problemas, porque existen dudas a cerca de su capacidad para devolver la deuda contra¨ªda, que es lo que le ocurre a Espa?a. Pero la evaluaci¨®n se produce respecto de todos. Cada pa¨ªs tiene que mantenerse dentro del l¨ªmite definido uniformemente para todos. Quienes han traspasado el l¨ªmite tienen que volver a ¨¦l. Tienen que ser ayudados a volver a ¨¦l. Eso es lo que significa el plan de rescate, que es la alternativa a la expulsi¨®n. Hay que intentar preservar la Uni¨®n Europea, sin expulsar a ninguno de sus integrantes, pero todos deben de mantenerse dentro de un l¨ªmite com¨²nmente fijado.
Esta operaci¨®n que se est¨¢ haciendo en la Uni¨®n Europea respecto de cada uno de los Estados miembros, tiene que hacerla cada Estado pol¨ªticamente descentralizado respecto de los distintos niveles de su f¨®rmula de Gobierno. Y en esas estamos en Espa?a. La Uni¨®n Europea est¨¢ reduciendo de manera significativa la soberan¨ªa del Estado espa?ol para decidir su pol¨ªtica econ¨®mica, como reconoci¨® de manera expresa el presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados el pasado mi¨¦rcoles. Y Espa?a se apresta a reducir, tambi¨¦n de manera significativa, la autonom¨ªa regional y municipal, ya que para la Uni¨®n Europea la distribuci¨®n territorial del poder interno de cada Estado es irrelevante.
La limitaci¨®n de la soberan¨ªa conlleva inexorablemente limitaci¨®n de la autonom¨ªa. La p¨¦rdida de libertad del Estado conlleva p¨¦rdida de libertad de las unidades territoriales que lo integran. Ahora bien, el principio de lealtad federal exige que exista una correspondencia entra la p¨¦rdida de soberan¨ªa y la p¨¦rdida de autonom¨ªa. El coste de la operaci¨®n de ajuste tiene que ser equitativamente distribuido entre el Estado y las comunidades aut¨®nomas. Ese es el n¨²cleo del debate que tiene que producirse en el seno del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. Ah¨ª nos la jugamos todos, pues sin la contribuci¨®n de las comunidades aut¨®nomas no podremos hacer frente al problema que amenaza con llevarnos al precipicio.
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