El nombre de la cosa
El bienestar no es un excedente econ¨®mico, sostiene el autor, que a?ade que se trata de un derecho ciudadano y de un deber del Estado
La met¨¢fora de lo que pasa es lo de las viejas. Lo de las viejas: desde junio se?oras de m¨¢s de 65 a?os, viudas integradas en la cartilla sanitaria de sus maridos, van al m¨¦dico y, zas, descubren que no existen. Han sido elididas de la Seguridad Social por el Estado y su amigote, la Comunidad Aut¨®noma (CA) de Catalu?a. Este hecho requiere diversas meditaciones. La primera, en todo caso, consiste en ponerle nombre. Es importante ponerle nombre. Al hecho de hacer desaparecer una vieja, el Estado / la CA le llama recorte. Pero el Estado y la CA, desde hace un par de a?os, est¨¢n poco inspirados para los nombres art¨ªsticos.
Atr¨¢s queda aquella ¨¦poca dorada en la que el Estado colaba, a trav¨¦s de una cultura especializada en crear cohesi¨®n y en darle la raz¨®n, cualquier alias. Recuerden los llenapistas cultura de la Transici¨®n (CT) ¡°unidad de todos los dem¨®cratas¡±, ¡°no-nacionalismo¡±, ¡°constitucionalismo sin fisuras¡±, con los que el Estado pod¨ªa zanjar cualquier discusi¨®n y, a la vez, cerrar diarios, prohibir partidos, realizar pol¨ªticas extremas y evitar dar explicaciones. Esta ma?ana, a primera hora, los Gobiernos peninsulares no pueden colar ninguno de sus neologismos. Alocuciones como ¡°reforma constitucional expr¨¦s¡±, ¡°Cr¨¦dito en condiciones ventajosas¡±, ¡°pacto fiscal¡±, ¡°hazte bankero¡±, o ¡°recortes¡±, no han conseguido evitar verse sustituidas en un plis-plas por, respectivamente, ¡°rescate¡±, ¡°rescate indeed¡±, ¡°nada¡±, ¡°delito de estafa¡± y ¡°fin del Estado del bienestar¡±. Por tanto, ?c¨®mo se llama realmente lo de las viejas?
Lo de las viejas, y otras exclusiones de la sanidad universal...suponen un incumplimiento de los art¨ªculos 9.3, 10, 13, 18.4, 43.1, 43.2, 86.1 de la Constituci¨®n
Es importante ponerle nombre a las cosas. Lo de las viejas, y otras exclusiones de la sanidad universal, que ser¨¢n efectivas a partir de 1 de septiembre, suponen un incumplimiento de los art¨ªculos 9.3, 10, 13, 18.4, 43.1, 43.2, 86.1 de la Constituci¨®n, y un atentado a los estatutos de autonom¨ªa de Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Catalu?a y Pa¨ªs Vasco (fuente: Asociaci¨®n para las NNUU de Espa?a). Lo de las viejas, lo de la sanidad, lo de los parados, lo de las escuelas, lo de la ley laboral es, adem¨¢s, la negaci¨®n del art¨ªculo 1 de la Constituci¨®n. Aquel que va y dice que el Estado es ¡°social y democr¨¢tico de derecho¡±. ¡°Y¡± ¡ªno o¡ª; de manera que si el Estado deja de ser social, deja de ser tambi¨¦n democr¨¢tico y de derecho. Supone la omisi¨®n del art¨ªculo 9.2, uno de los pocos goles en esta Constituci¨®n tan poco sexi, un art¨ªculo copiado directamente de la carta de Bonn y de la Constituci¨®n italiana de 1945, y que significa la imbricaci¨®n del bienestar en el Estado. El bienestar, as¨ª, no es un excedente econ¨®mico. Es un derecho ciudadano y un deber del Estado. Es una conquista que ha supuesto m¨¢s de 100 a?os de luchas en Europa, en los que se lleg¨® al acuerdo de que la vida es un hecho biol¨®gico, que s¨®lo se vive una vez y que hay tramos fr¨¢giles de la vida ¡ªla infancia, la vejez y cuando graniza¡ª que se deben proteger, que el azar no puede ser la ¨²nica ley, que no somos animales, ni la vida, la selva.
Desde 2008 estamos rescatando a la banca. A trav¨¦s de dinero que se extrae del bienestar, y de rescates que pagar¨¢ el bienestar. Las medidas gubernamentales parecen no estar orientadas a solucionar ninguna crisis, sino a realizar, a trav¨¦s de ella, un gran cambio estructural. Lo de las viejas, lo de la sanidad, lo de la educaci¨®n, lo de los parados, lo de los trabajadores¡ todas las contrareformas del Estado realizadas en contra de la Constituci¨®n con la que se nos ha dado la brasa durante cuatro d¨¦cadas, tienen nombre. La sociedad deber¨ªa empezar a meditar si el fin del bienestar que vivimos es ¡ªy este es un posible nombre de la cosa¡ª, un golpe de Estado. Un cambio violento del marco legal vigente. Un delito. Y, como tal, algo sensible de ser juzgado en las personas y los gobiernos que lo est¨¢n realizando.
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