Nubes de helio sobre el olivar
El Carpio cumple 11 a?os como centro de acogida estival del arte contempor¨¢neo
Cada verano desde hace 11 a?os, El Carpio, un pueblo cordob¨¦s de 4.500 habitantes y eminentemente agr¨ªcola, entra en una especie de trance delirante y colectivo. Sus vecinos han visto billetes enormes de euros ondeando desde lo m¨¢s alto de su principal monumento y s¨ªmbolo del municipio, la Torre de Garci M¨¦ndez. Un enorme elefante blanco ote¨® en una ocasi¨®n el horizonte de olivos en aquella misma azotea, mientras artistas de todo el pa¨ªs contagiaban a la poblaci¨®n de una misma fiebre por el arte contempor¨¢neo. La enfermedad que provoca estas alucinantes im¨¢genes vuelve estos d¨ªas con fuerza. Y tiene nombre: Scarpia, las jornadas de intervenci¨®n art¨ªstica en el espacio natural y urbano.
La fiebre comenz¨® el martes y no remitir¨¢ hasta el s¨¢bado de la semana que viene, cuando finalice la presente edici¨®n. La cepa de Scarpia fue un ¡ªaparentemente¡ª inocuo taller de verano, promovido hace m¨¢s de una d¨¦cada por el Ayuntamiento. Un biso?o e inquieto joven del pueblo, el artista Miguel ?ngel Moreno, junto a un colega, decidieron centrar uno de esos cursos en la intervenci¨®n art¨ªstica dentro del paisaje rural, a modo del land art que hab¨ªa inundado buena parte de los cat¨¢logos especializados un par de d¨¦cadas antes. Sin saberlo, estaban inoculando un virus que ha terminado por convertir la localidad en una cita obligada en el panorama art¨ªstico andaluz.
¡°El primer a?o estuvo muy bien pero lo hicimos sobre todo con gente de C¨®rdoba. El segundo, decidimos llamar a gente de fuera. Y el tercero nos dio por mandar invitaciones a todas las facultades de Arte y Arquitectura espa?ola. Y entonces, Scarpia se desbord¨®¡±, recuerda Moreno. Para canalizar la demanda de actividades, propuestas y estudiantes que acuden cada verano a El Carpio se han desarrollado distintas infraestructuras que dan cabida a las iniciativas y hospedan a los visitantes, ya sean profesores o alumnos.
Y si Scarpia es un mal art¨ªstico buscado y deseado, nada mejor que un antiguo ambulatorio m¨¦dico para desarrollar all¨ª los tratamientos (la organizaci¨®n prefiere llamarlos talleres) que atiendan a los infectados (la organizaci¨®n tambi¨¦n prefiere llamarles participantes). "El Ambulatorio vertebra buena parte de las jornadas, all¨ª tenemos muchas actividades y el albergue. Es nuestro cuartel general. Pero tambi¨¦n hemos recuperado El Kiosko, en la principal plaza del pueblo, donde este a?o hemos instalado una grada donde los vecinos se sientan a escuchar a los artistas que invitamos a explicar su obra¡±, contin¨²a Moreno. Beatriz S¨¢nchez, Jorge Perianes o Jes¨²s Azogue son algunos de los artistas que imparten estos talleres.
Pero tal vez, lo m¨¢s importante es la adaptaci¨®n a sala de exposiciones de la torre medieval de El Carpio, construida en 1325. All¨ª es donde Scarpia muestra las principales exposiciones que organiza. Este a?o, la tem¨¢tica principal de las jornadas son la magia y el artista vallisoletano Eugenio Ampudia (1958) ha llevado hasta la fortaleza sus Nubes de memoria, que el a?o pasado hicieron el Camino de Santiago desde distintos centros de arte. Seis de esas nubes llenas de helio recalaron el martes en El Carpio, aunque el viento oblig¨® a bajarlas de la torre. Una de ellas permanece exhibida en una de las salas, junto con una exposici¨®n de todo el proceso de elaboraci¨®n del proyecto y una selecci¨®n de las videocreaciones de Ampudia.
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