Intensidad y belleza
Tom Harrell ha escalado hasta una de las cimas m¨¢s altas del jazz actual y lo ha hecho sin ruido
En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas el trompetista Tom Harrell ha ido escalando hasta una de las cimas m¨¢s altas del jazz actual y lo ha hecho con una discreci¨®n sorprendente, sin hacer ruido ni darse fastos de ning¨²n tipo, solo con su trabajo. Eso s¨ª, un trabajo como compositor y como int¨¦rprete de una seriedad y profundidad poco habituales sobre un escenario. Sus ¨²ltimos pasos, dados con la seguridad de siempre, le han acercado al universo de Ornette Coleman. El mi¨¦rcoles en la sala Villarroel present¨® ese trabajo, de la mano del Taller de M¨²sics, y el resultado fue sorprendente.
Despu¨¦s de noventa minutos en las nubes, al salir era necesario respirar hondo, muy hondo, para encontrar las fuerzas necesarias y atreverse a pisar el asfalto de la realidad cotidiana.
Tom Harrell
Tom Harrell
Sala Villarroel, 11 de julio.
Ni una sola concesi¨®n a todo lo largo del concierto. Harrell se ha imbuido del esp¨ªritu de Coleman y lo ha plasmado en un pu?ado de composiciones propias de una intensidad y belleza reconfortantes. Temas que se lo deben todo a Coleman pero que no utilizan ninguno de sus recursos, lo que tiene mucho m¨¢s m¨¦rito. Es el esp¨ªritu del fundador del free jazz lo que nos llega, un esp¨ªritu de libertad pero con los pies perfectamente anclados a la tierra. En el bis, para redondear la jugada, Harrell version¨® un tema del maestro, el mejor homenaje.
Harrell, al igual que hizo Coleman, ha prescindido del piano en su nuevo grupo rode¨¢ndose del saxofonista Wayne Escoffery, el contrabajista Ugonna Okegwo y el bater¨ªa Adam Cruz. Los tres m¨²sicos est¨¢n perfectamente compenetrados con el personal hacer de Harrell y le siguen a cualquier paraje musical al que vaya. Okegwo destac¨® una y otra vez firmando con el l¨ªder uno de los momentos m¨¢s l¨ªricos, intensos y sobrecogedores del concierto: un d¨²o fiscorno-contrabajo para la historia.
La tormentosa personalidad de Harrell le impidi¨® una vez m¨¢s mirar al p¨²blico a los ojos pero no era necesario, sin pronunciar palabra ni levantar la vista del suelo Tom Harrell puede transmitir m¨¢s emociones que el discurso m¨¢s elaborado del mejor orador. Una maravilla
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.