El brazo roto del apuntador
Borja Ort¨ªz de Gondra lleva al espectador de equ¨ªvoco en equ¨ªvoco en 'Duda razonable'
Nadie es lo que parece. Borja Ort¨ªz de Gondra lleva al espectador de equ¨ªvoco en equ¨ªvoco en Duda razonable, drama en el que las versiones de lo que est¨¢ sucediendo se entrecruzan y enmara?an progresivamente sin que sepamos a que carta quedarnos. Sus protagonistas no dejan de hacer hip¨®tesis equivocadas, arrastr¨¢ndonos con ellos en su confusi¨®n. ?Qui¨¦n es el tipo que aparece en un video golpeando a Luc¨ªa, la universitaria que limpia la casa de Javier y de Olga? ?Porqu¨¦ Luc¨ªa intenta encubrirlo? ?Y porqu¨¦ Javier oculta a su mujer que la chica es alumna suya?
A trav¨¦s de una intriga bien urdida, el autor bilba¨ªno va pulsando temas como la inaprensibilidad del ser, la irrupci¨®n s¨²bita de la violencia en las relaciones personales y la conveniencia o no de prestar ayuda a qui¨¦n no nos la ha demandado, sin llegar a meterse en harina en ninguno de ellos. Su obra no da respiro al p¨²blico, pero tampoco deja espacio para sutilezas: llegado un momento, es tal el c¨²mulo de sucesos traum¨¢ticos que los protagonistas sufren sin soluci¨®n de continuidad, que lo inveros¨ªmil empieza a asomar el hocico peligrosamente. No hay tiempo de digesti¨®n para tantos acontecimientos, ni modo, para los int¨¦rpretes, de encararlos por derecho.
Marcial ?lvarez est¨¢ espl¨¦ndido en el papel de c¨¢tedro ambivalente, que lo mismo sale por buler¨ªas que por martinetes; Ana Pimenta vive con visceralidad los arranques de genio de la ambiciosa columnista; Alberto Huici refleja impecablemente lo inc¨®modo que se siente en su propia piel el padre de Luc¨ªa, y la Luc¨ªa de Celia Pastor merece mucho m¨¢s cr¨¦dito cuando tiene que oponer resistencia que cuando coge la batuta. La direcci¨®n de Josep Maria Mestres pone en valor los momentos ¨¢lgidos.
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