Que se fastidien

Hay que dar las gracias a Andrea Fabra por su claridad. Ha dicho de manera valiente y directa lo que otros no se atreven a se?alar. Cierto es que la expresi¨®n puede parecer un tanto malsonante, ¡°que se jodan¡±. S¨ª, la frase, as¨ª transcrita, puede sonar vulgar, populachera, rondando lo soez. Pero una cosa es lo transcrito y otra, lo dicho. Porque el tono importa mucho. Expresiones que en ciertos individuos pueden parecer groseras, sin embargo cuando son pronunciadas por algunas personas, a las que la cuna y la buena crianza han dotado del touche de la distinci¨®n, tienen una modulaci¨®n bien distinta. Como puede que esto suene raro, pondr¨¦ un ejemplo para intentar aclararlo. Si o¨ªmos a un ga?¨¢n decir que est¨¢ ¡°cansao¡± porque ha ¡°trabajao¡± mucho, sin duda pensaremos que se trata de un cateto. Sin embargo, si vemos aparecer delante de las c¨¢maras a un se?or que dice que agradece a los m¨¦dicos c¨®mo le han ¡°tratao¡± (sic) y que lo siente mucho, que se ha ¡°equivocao¡± (sic) lejos de pensar que es un mastuerzo, convendremos, como en el caso de Don Juan Carlos, que ofreci¨® as¨ª sus disculpas por la cacer¨ªa de elefantes, que todo lo contrario es todo un se?or y que si usa de esa manera el participio no es por ignorancia, sino por empat¨ªa con el pueblo del que es su rey. Mutatis mutandi, ?no acontece lo mismo cuando observamos los pantalones rotos de un pordiosero y unos armanis desgarrados lucidos por una se?ora con clase?. Pues s¨ª porque de eso, precisamente, se trata, de la clase.

Fuera como fuese, lo cierto es que Andrea Fabra ha ofrecido ya explicaciones, que no disculpas. Y esas explicaciones son muy esclarecedoras. En efecto, la diputada del PP ha dicho que los t¨¦rminos utilizados fueron ¡°impropios¡± de ella. Con lo que vendr¨ªa a reconocer que se trata de una expresi¨®n vulgar, no propia ya de una se?ora, sino de toda una se?or¨ªa, que a mayor abundamiento es hija, nieta, biznieta y tataranieta de quien lo es y si no, que pregunten en Castell¨®n. Por eso, reconoce Andrea Fabra, que su ¡°reproche fue poco afortunado¡±. Estamos ante una cuesti¨®n de formas, que no de fondo. Porque en realidad lo que Andrea Fabra quiso decir cuando Mariano Rajoy anunci¨® los recortes a los parados es ¡°que se fastidien¡±. Simplemente eso, que se fastidien, algo que piensan muchos de sus compa?eros y que sin embargo no se atreven a decir en p¨²blico. Empezando por el propio presidente del Gobierno y del PP, expresando su pesar, derramando l¨¢grimas de cocodrilo por el hemiciclo, cuando dijo lo que iba a hacer. Y sin embargo, cuando fue desgranado las severas medidas que iba a adoptar (a pesar de haber advertido que no le gustaban) sus correligionarios de la bancada popular aplaudieron todos y cada uno de los recortes. No todos en pol¨ªtica son fariseos y c¨ªnicos.

As¨ª que ya lo saben, si lo prefieren as¨ª: que se fastidien los parados, que se fastidien los empleados p¨²blicos, que se fastidien los dependientes, que se fastidien los estudiantes, que se fastidien los que tributan hasta el ¨²ltimo euro de su salario y que se preparen los pensionistas. El que avisa no es traidor.