Adi¨®s a los ¨¢rboles del palacio
El palacete de la Trinidad, en Francisco Silvela, asiste al talado de su abandonado jard¨ªn centenario
Una decena de ¨¢rboles de m¨¢s de 50 a?os crecidos en el enclave m¨¢s prominente ¡ªy desconocido¡ª del distrito de Salamanca han sido talados. Patrimonio Verde, el organismo del Ayuntamiento encargado de cuidar del arbolado madrile?o, lo ha autorizado. La operaci¨®n cuenta, seg¨²n explican, con todos los requisitos legales. Pero un portavoz de Medio Ambiente, de quien depende Patrimnonio Verde, asegura que no pueden dar informaci¨®n sobre qui¨¦n ha encargado la tala. El argumento es que est¨¢n secos, aunque este hecho tenga que ver con el abandono al que ha estado sometido durante a?os este jard¨ªn del palacio de la Trinidad de Madrid, paraje singular y urban¨ªsticamente protegido situado en el 82 de Francisco Silvela, a un suspiro de la avenida de Am¨¦rica.
Se trata de un recinto edificado a principios del siglo XX, que consta de un amplio jard¨ªn con estanque, p¨¦rgolas y asiento corrido, am¨¦n de una cincuentena de ¨¢rboles, desde cipreses hasta eucaliptos, y abundantes rosales, m¨¢s un edificio exento, con torre¨®n, capilla cupulada, grandes vidrieras y balcones abalaustrados. El estilo dominante es regionalista y muestra distintas ornamentaciones con piezas de azulejer¨ªa a la andaluza, una de las cuales, que preside su fachada a la calle ¡ªcon tejadillo y portal¨®n de metal con mamelones¡ª le da su denominaci¨®n trinitaria.
En su origen fue propiedad del tercer marqu¨¦s de Larios, Jos¨¦ Aurelio Larios, que cas¨® en segundas nupcias con Mar¨ªa Alegr¨ªa de los ?ngeles Guti¨¦rrez y Su¨¢rez. Al morir esta, ¡°al parecer sin descendencia¡±, seg¨²n aseguran algunos vecinos, ¡°lo leg¨® a unas monjitas¡±. Un buen d¨ªa de la d¨¦cada de 1960, las religiosas abandonaron el palacete y se hizo cargo de ¨¦l y de su jard¨ªn la organizaci¨®n sindical franquista, a cuya cabeza figuraba Jos¨¦ Sol¨ªs Ruiz, vecino del barrio, donde habitaba con su numerosa prole. ¡°De aquella etapa datan los patos que hubo en sus estanques¡±, comenta una vecina de la avenida de Am¨¦rica, 2, desde cuyos balcones se divisa el hoy desvencijado palacete. ¡°Hab¨ªa recepciones oficiales con alfombras rojas y todo¡±, a?ade.
Con el advenimiento de la democracia, el edificio qued¨® adscrito a una curiosa denominaci¨®n: ¡°Patrimonio sindical acumulado¡±. Por cierto, los sindicatos no saben nada del palacio. Al correr de los a?os, edificio e instalaciones se destinaron a las Comunidades Europeas, m¨¢s tarde pas¨® a Cooperaci¨®n Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores y, posteriormente, en torno a 1999, fue destinado a albergar el Instituto Cervantes. Bajo la direcci¨®n de C¨¦sar Antonio Molina, este descubri¨® en un despacho un espl¨¦ndido lienzo, San Jer¨®nimo leyendo una carta. Tras ser examinado por expertos del Museo del Prado, donde hoy se encuentra, fue atribuido al tenebrista franc¨¦s Georges de Latour (1593-1652) y fechado entre 1627 y 1629. ¡°La afluencia de invitados a una recepci¨®n del Cervantes mostr¨® a las claras que el instituto all¨ª no cab¨ªa¡±, dice una asistente. Molina consigui¨® trasladar la instituci¨®n que dirig¨ªa al edificio de Cari¨¢tides de Alcal¨¢ esquina a Barquillo. Se pens¨® en instalar en la Trinidad la Casa Sefarad, pero la idea se desech¨®.
Comenz¨® entonces el declive: el palacio dej¨® de mantenerse y su jard¨ªn, de recibir riego. Hoy nadie responde sobre a qui¨¦n pertenece el palacete, flor¨®n del barrio de Salamanca: ?Cooperaci¨®n Internacional? ?Ministerio de Empleo, como aseguran fuentes municipales? Entretanto, toneladas de ramas de sus otrora excelentes ¨¢rboles han sido aserradas por hombres vestidos de amarillo.
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