Erosi¨®n de legitimidad
Est¨¢ en juego la propia supervivencia de la f¨®rmula de Gobierno que preside nuestra convivencia
Tiene raz¨®n el nuevo presidente del PP en Andaluc¨ªa, Juan Ignacio Zoido, al decir, tras tener conocimiento de los resultados del Estudio General de Opini¨®n P¨²blica de Andaluc¨ªa, que no es momento de encuestas. Estamos ante una situaci¨®n de emergencia, en la que la posici¨®n relativa de los distintos partidos pol¨ªticos en las preferencias ciudadanas es relativamente irrelevante. Lo que est¨¢ en juego no es el color de la opci¨®n pol¨ªtica que va a ocupar el Gobierno de la comunidad en unas futuras elecciones, sino la propia supervivencia de la f¨®rmula de Gobierno que preside nuestra convivencia.
Sobre esto es sobre lo que la direcci¨®n de cada uno de los partidos pol¨ªticos andaluces tendr¨ªa que reflexionar. Es verdad que no hay alternativas en la sociedad andaluza a las de los partidos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria y tambi¨¦n lo es que, aunque la participaci¨®n electoral no est¨¢ en sus mejores momentos, s¨ª contin¨²a teniendo la suficiente consistencia como para que no pueda considerarse que hay una desafecci¨®n que cabr¨ªa calificar de sist¨¦mica en nuestra comunidad. Las elecciones del pasado 25-M han sido una buena prueba de ello.
Pero no es menos verdad que la distancia entre los ciudadanos y los partidos no deja de crecer. No se discute la legalidad de su ocupaci¨®n de las distintas parcelas de poder, pero s¨ª empieza a ser perceptible una erosi¨®n de la legitimidad en los ¨®rganos a trav¨¦s de los cuales se toman las decisiones pol¨ªticas y se aprueban las normas jur¨ªdicas. Erosi¨®n de legitimidad que afecta a todos. El resultado del estudio en este sentido s¨ª es relevante.
Porque la situaci¨®n de emergencia econ¨®mica y social por la que estamos atravesando, que se est¨¢ prolongando m¨¢s de lo que nadie previ¨® y que tampoco sabemos cu¨¢nto m¨¢s a va a durar, no va a facilitar que se pueda hacer frente a esa erosi¨®n de la legitimidad que cada vez es m¨¢s visible. Esta es la tarea urgente a la que las direcciones de todos los partidos tienen que prestar atenci¨®n.
Y lo primero que hay que hacer es reivindicar la trayectoria del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa desde hace m¨¢s de 30 a?os. Si no conseguimos prestigiar la descentralizaci¨®n pol¨ªtica como instrumento de la unidad pol¨ªtica de Espa?a y como ¨¢mbito en el que ¨²nicamente es posible el ejercicio democr¨¢tico del poder, la separaci¨®n entre la ciudadan¨ªa y los partidos e instituciones andaluzas seguir¨¢ creciendo.
El momento es malo para ello. Fernando ?nega, en art¨ªculo publicado ayer en La Vanguardia, daba por hecho no que estuviera en marcha una campa?a de desprestigio del Estado auton¨®mico, sino que constataba que la campa?a hab¨ªa calado y que toda la responsabilidad de dicho desprestigio se hac¨ªa recaer en las comunidades aut¨®nomas. Para evitar malentendidos, quiero dejar constancia que el autor no secunda dicha campa?a. Hay una operaci¨®n de liquidaci¨®n del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa, que puede dejar a todos los partidos regionales sin terreno en el que apoyarse. No solo a los andaluces, pero s¨ª muy especialmente a los andaluces.
Porque Andaluc¨ªa junto con Catalu?a son las dos comunidades que dan consistencia al Estado auton¨®mico. No quiero decir con ello que tengan que tener un estatus privilegiado, pero s¨ª que de ellas depende la calidad del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa de todas las dem¨¢s. En la tensi¨®n entre Catalu?a y Andaluc¨ªa en la definici¨®n del contenido y alcance del derecho a la autonom¨ªa se ha construido el canon de descentralizaci¨®n pol¨ªtica del Estado. Ocurri¨® en los momentos de inicial puesta en marcha de la Constituci¨®n y lo estamos comprobando en estos ¨²ltimos meses. Espero que en esta ocasi¨®n, a diferencia de lo que ocurri¨® el 28-F, el PP entienda que la preservaci¨®n de la autonom¨ªa andaluza tambi¨¦n es tarea suya.
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