La cuna dormida de la Costa da Morte
El proyecto de Mux¨ªa para recuperar el conjunto hist¨®rico de Moraime carece de fondos
El rostro que se refleja en el espejo de la mujer apenas resiste ya. La joven se peina los cabellos a lomos de un cerdo, bajo la mirada lujuriosa del diablo. Tras ella est¨¢n la Gula, la Envidia y la Pereza, que junto a la Ira, la Avaricia y la Soberbia dibujan los siete pecados capitales. La muerte, de espaldas al presbiterio, arremete contra ellos cargada de flechas. Pero nada se percibe mucho ya en la bas¨ªlica de San Xiao de Moraime (Mux¨ªa). Los pigmentos, hoy carcomidos, aparecieron en la d¨¦cada de los setenta, a base de horadar el pellejo de cal que los cubr¨ªa. Aunque ni su valor iconogr¨¢fico ni su pertenencia al arte galaico del siglo XV han hecho el mural de Moraime inmune a la humedad.
Despu¨¦s de un examen tenaz de los sillares y de la revisi¨®n de documentos, el antrop¨®logo Manuel Vilar coordin¨® un proyecto para rescatar una de las obras m¨¢s importantes del rom¨¢nico en Galicia y se lo hizo llegar al regidor de Mux¨ªa, F¨¦lix Porto (PSOE). Todo por amor al arte. Los primeros tr¨¢mites se traducen en una solicitud del 1% Cultural, el porcentaje m¨ªnimo que Fomento destina a obras de conservaci¨®n, con idea de sufragar la restauraci¨®n de las pinturas. Porto tambi¨¦n traslad¨® la idea de ejecutar el plan director a la Xunta, que le advirti¨® que ¡°no hab¨ªa un patac¨®n¡±.
El pi¨¦lago de penitencias que pesan sobre Moraime no ha cesado desde que en la Edad Moderna pas¨® de abad¨ªa a priorato, luego estuvo bajo el yugo de Castilla y m¨¢s tarde lleg¨® la exclaustraci¨®n. Su decadencia se acentu¨® con la falta de se?alizaci¨®n y de un horario de apertura. Tan solo los feligreses acceden a su interior en la homil¨ªa de los domingos. Y cuando el alcalde quiso contratar personal para abrir el templo al p¨²blico, la Iglesia le cerr¨® las puertas. Pero lo que exaspera a Manuel Vilar es el total ¡°desconocimiento¡± en el que permanece inmersa la historia de Moraime.
La ¨²ltima desaparici¨®n conocida es la de las vidrieras de la bas¨ªlica, a las que se les concede poco valor art¨ªstico. Sin embargo, ha habido otros espolios mayores. En los a?os sesenta, Carmen Polo, la esposa del dictador Franco, en una visita a Mux¨ªa reclam¨® para s¨ª dos pilas del medievo, una bautismal y otra de agua bendita. Pese a que prometi¨® tramitar su traslado, al d¨ªa siguiente se present¨® un cami¨®n en Moraime para hacer inmediata la entrega. Sin mediar papeles, pues, de lo contrario, el capricho hubiese quedado en mera an¨¦cdota. Si bien el ayuntamiento pidi¨® su recuperaci¨®n en 2010, un p¨¢rroco ya hab¨ªa informado antes a la Xunta, que se limit¨® a comunicar la desaparici¨®n a la propietaria de los pilones, la Iglesia. Esta nunca puso una denuncia y con eso se muri¨® el cuento.
Tampoco con las sotanas fue mejor la cosa. As¨ª, cuando en 2002, un tronco de eucalipto atraves¨® la frontera de la chimenea, en la casa del anterior p¨¢rroco, el fuego comenz¨® a engullir la colecci¨®n hagiogr¨¢fica del cura y con ella el archivo parroquial. Durante a?os, el conflicto con el cementerio ilegal que crece a la sombra del edificio y que proh¨ªbe al actual sacerdote de Moraime, Ram¨®n Insua, dar sepultura a sus difuntos no ha ayudado a aliviar la situaci¨®n. Ahora, Insua trata de enmendar el entuerto y habla de establecer un r¨¦gimen riguroso de visitas el a?o que viene.
Tiempo antes, las leyendas sobre la Inquisici¨®n se desgarraban desde lo alto de Pena da Forca. All¨ª, haciendo honor a su nombre y utilizando la elevaci¨®n de una m¨¢moa, era donde el poder de los monjes benedictinos se volv¨ªa m¨¢s rotundo. Su dominio, que abarcaba la tierra de Nemancos, con jurisprudencia sobre lugares de Mux¨ªa a Fisterra, no era solo obra de la ambici¨®n de sus religiosos. El que m¨¢s tarde se convertir¨ªa en coto eclesi¨¢stico, hab¨ªa sido antes escondite del rey gallego Alfonso VII. Lleg¨® infante para que lo formasen los eremitas cuando su madre, Urraca, despos¨® a Alfonso I el Batallador y comenzaron a acechar los peligros. Las donaciones generosas del monarca se hicieron despu¨¦s necesarias con los ataques continuos de piratas. Fue la asestada final de los corsarios almor¨¢vides que desembarcaran en la r¨ªa de Camari?as la que devino en una reconstrucci¨®n de la iglesia actual, en 1119.
Junto al templo est¨¢ la casa rectoral, que antes era un monasterio del que se ignora su primera ubicaci¨®n. En los ¨²ltimos a?os, el empresario Francisco Canabal ha invertido 1,8 millones de euros para restaurar el edificio y convertirlo en un hotel de lujo. Pero el hallazgo de nuevos restos arqueol¨®gicos, que resultaron ser un muro del antiguo cenobio, y la falta de permisos al empezar las reformas, le oblig¨® a lidiar con Patrimonio. Tras adiar varias veces los plazos, en parte por la falta de una subvenci¨®n del Igape, los cerca de 300.000 euros que faltan para concluir la obra no se emplear¨¢n por el momento. El calendario de la inauguraci¨®n se?ala el pr¨®ximo a?o, pero los palos administrativos han saboteado un poco la ¡°ilusi¨®n inicial¡± de Canabal de devolver el aliento a una obra del siglo XVIII.
La condici¨®n de Moraime de Ben de Interese Cultural (BIC), exige un trato delicado. M¨¢xime ahora que se han comenzado las obras del parador de Mux¨ªa y queda poco para concluir las del hotel. ¡°No se puede construir un parador si al lado hay e¨®licos y piscifactor¨ªas, y no existen recursos para el patrimonio natural y cultural¡±, expone Manuel Vilar, en alusi¨®n al proyecto de la Xunta para levantar un criadero acu¨ªcola en el cabo Touri?¨¢n. A principios de julio, Vilar ejerci¨® de ponente en una excursi¨®n organizada desde el consistorio para desenterrar la bas¨ªlica de su peculiar anonimato. A la explicaci¨®n se fueron sumando viajeros e incluso un historiador que apreci¨® entre las hojas de acanto de los capiteles la figura misteriosa y escasa de los green man, hombres verdes del medievo.
La consagraci¨®n del punto m¨¢s occidental
En sus tiempos de villae romana, Moraime contaba con una fuente monumental de tuber¨ªa empedrada. El arque¨®logo Chamoso Lamas desenterr¨® parte de esos canales en las excavaciones de 1972. Podr¨ªa tratarse de una especie de meta sundans, una pieza ¨²nica en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, seg¨²n expone la historiadora Silvia Gonz¨¢lez. Los restos que se conservan est¨¢n a merced de las ovejas, que pastan sin detenerse a evaluar la importancia de las losas. Pero adem¨¢s se encontraron vestigios de un hipocausto. Con idea de cambiar la situaci¨®n, la Direcci¨®n Xeral de Patrimonio manifest¨® su intenci¨®n de contactar con el alcalde de Mux¨ªa.
El proyecto del ayuntamiento espera, a la larga, poder excavar de nuevo la zona y construir un museo in situ. No solo contar¨ªan con los restos romanos encontrados por Chamoso Lamas, tambi¨¦n con retales de una necr¨®polis germana del siglo VII. Entre el ajuar topado estaba el broche de un cintur¨®n que pertenec¨ªa al uniforme militar de los mercenarios, y una cruz griega de bronce.
Moraime no era una isla perdida en medio del finisterre de la Gallaecia romana. No hace tanto, se descubri¨® la condici¨®n de Touri?¨¢n de punto m¨¢s occidental de Galicia. Pero el hallazgo lo hab¨ªa hecho antes el ex regidor de Fisterra Ernesto Insua, tras solicitar un informe al Instituto Geogr¨¢fico Nacional, y este ten¨ªa poco inter¨¦s en que la noticia saliese a la luz.
Los monjes aprovecharon la situaci¨®n para prolongar el camino de Santiago hasta la Costa da Morte, y ofrecer hospedaje a los peregrinos. El antrop¨®logo Manuel Vilar cree que fueron ellos los art¨ªfices de Duio, la ciudad m¨ªtica que aparece en el C¨®dice Calixtino. Y tambi¨¦n los que exageraron los milagros de la Virxe da Barca, para atraer romeros a balancear su piedra.
La consagraci¨®n de sus leyendas consigui¨® que uno de sus p¨¢rrocos, Juan Bautista Dur¨¢n, prohibiese compartir su tumba con cualquier heredero o extra?o, y sell¨® la sentencia con un busto tallado por el escultor Francisco Asorey. Entre los misterios de las piedras de Mux¨ªa est¨¢ tambi¨¦n el del t¨ªmpano de la puerta sur de la iglesia, decorado por los dos lados, donde solo aparecen labrados seis de los 12 ap¨®stoles de Jes¨²s.
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