Golpe de mano a la RTVV
La ruina de Canal 9 no ha sido la consecuencia de una administraci¨®n desgraciada, sino el desenlace de un plan met¨®dico para provocarla y justificar as¨ª su privatizaci¨®n
En 1984, cuando se cre¨® la Radiotelevisi¨®n Valenciana (RTVV), todav¨ªa alentaba cierto esp¨ªritu democr¨¢tico de la transici¨®n y los pol¨ªticos que parieron este tinglado de la comunicaci¨®n le atribuyeron los fines propios de un servicio p¨²blico orientado a la promoci¨®n de la lengua del pa¨ªs y, sumariamente dicho, observante de los principios de veracidad, imparcialidad y respeto al pluralismo pol¨ªtico, cultural y religioso. El PSPV entonces gobernante se ci?¨®, aunque con p¨¢lido entusiasmo, a estas directrices, si bien cometi¨® un error que sentar¨ªa un precedente nefasto: convirti¨® ese nuevo medio en un negociado m¨¢s de presidencia de la Generalitat, a cuyas orientaciones o man¨ªas se deb¨ªa de ce?ir el obsequioso director de turno, pues en ello le iba la cabeza.
La f¨®rmula funcion¨® sin esc¨¢ndalos notables hasta que, en 1995, el PP gan¨® las elecciones auton¨®micas y enseguida delat¨® su prop¨®sito de mantenerse en el pescante del poder durante muchos a?os y a cualquier precio, tal como ha venido siendo. Para ello, entre muchas otras fechor¨ªas harto conocidas, acentu¨® el control y manipulaci¨®n del mentado ente que desde entonces no ha hecho m¨¢s que aumentar hasta devenir en el esperpento que ahora est¨¢ en proceso de liquidaci¨®n. Sus constantes vitales as¨ª lo determinan: el d¨¦ficit se cifra en 1.175 millones de euros, a la plantilla le sobran casi 1.300 trabajadores y la cuota de pantalla se ha descolgado hasta el 5,7 %.
Una ruina que, obviamente, no ha sido la consecuencia de una administraci¨®n desgraciada, sino el desenlace de un plan met¨®dico para provocarla y justificar as¨ª su privatizaci¨®n. La inflaci¨®n de la plantilla, el desmadrado clientelismo, el derroche presupuestario y la bazofia informativa no se explican de otro modo. Todo ello, por otra parte, no est¨¢ en contradicci¨®n con lo mucho que el PP valenciano necesita la d¨®cil colaboraci¨®n propagand¨ªstica de este medio, si bien piensa que, transferida en su totalidad o por partes, RTVV siempre acabar¨¢ en manos de deudos y amigos, tal como ha acontecido con los canales y emisoras que ha otorgado a su arbitrio. Con ello, adem¨¢s, cumple con su obstinado prop¨®sito demoledor del sector p¨²blico. En este sentido, el partido que nos gobierna nunca ha disimulado sus intenciones.
Ahora, el problema m¨¢s apremiante es el laboral, independientemente de c¨®mo se haya provocado. Hay m¨¢s de mil trabajadores en capilla que ignoran su suerte, y no pocos de entre ellos tienen motivos para temerse lo peor, el despido o la jubilaci¨®n, no obstante su solvencia profesional. A juicio de algunos, la empresa que ha efectuado el diagn¨®stico, que mencionan ir¨®nicamente como Westinhouse ¡ªen vez de Pricewaterhouse¡ª, carece de experiencia en este sector de la comunicaci¨®n y no ha desplegado el debido rigor para elaborar sus conclusiones, a lo que se a?ade la m¨¢s que posible parcialidad partidaria a la hora de repartir las bolas negras. En todo caso, con objetividad o sin ella, con este gobierno o con otro, en crisis o con prosperidad, en RTVV sobra toda esa cantidad de empleados, que en buena parte fueron en su d¨ªa beneficiarios del amiguismo o recomendaci¨®n de quienes en realidad son los responsables impunes de esta escabechina.
Aunque estamos asistiendo a los estertores de RTVV tal como lo conocemos, ser¨ªa prematuro estampar el epitafio que merece y que en su d¨ªa tendr¨¢ que aludir a la frustraci¨®n a que fue abocada por tanto pol¨ªtico necio y director tarambana.
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