¡°Me enga?¨®, firmaba lo que me dec¨ªa y luego no me daba ning¨²n papel¡±
Gabriel, Mar¨ªa y Teresa compraron en una oficina de la CAM deuda subordinada sin saberlo Sus ahorros, 63.000 euros, acabaron sirviendo para comprar obligaciones contra su voluntad

Una gran parte de los clientes de la CAM que compraron participaciones preferentes, obligaciones o deuda subordinadas en las seis emisiones que hizo la caja entre 1988 y 2009 por importe de 1.630 millones de euros, con fecha de vencimiento perpetua, fueron literalmente estafados. Es muy dif¨ªcil encontrar un caso tan sangrante como el de la familia de Alicante que forman Gabriel P¨¦rez Ant¨®n (78 a?os), su mujer Mar¨ªa Mas Clemente (77) y la hermana de ¨¦sta, Teresa, de 74, todos ellos analfabetos. Sus ahorros, 63.000 euros, acabaron sirviendo para comprar obligaciones y deuda subordinada contra su voluntad.
Gabriel est¨¢ en silla de ruedas por un accidente que sufri¨® hace dos a?os. Mar¨ªa, que cobra la pensi¨®n m¨ªnima no contributiva, padece Alzheimer. Y Teresa, con una pensi¨®n de 601 euros, sobrevive al dolor que le provoca la fractura de una v¨¦rtebra inhalando morfina o coloc¨¢ndose parches del mismo opi¨¢ceo.
¡°No quiero comprar ni vender nada, quiero un plazo fijo¡±, le dec¨ªa Teresa al empleado de la CAM en el que confiaba. Pero luego ¡°cada a?o me dec¨ªa que todav¨ªa no hab¨ªa vencido¡±. Ella insist¨ªa en que ¡°no quiero tantas libretas, quiero saber por d¨®nde voy y el dinero que tengo¡±, prosigue, ¡°pero nunca he sabido lo que ten¨ªa porque me daba cuenta de que cuando hab¨ªa mucho dinero, bajaba de repente¡±. ¡°Me enga?¨®, firmaba lo que me dec¨ªa y luego no me daba ning¨²n papel¡±, comenta del empleado de la caja ¡ªde nombre Antonio¡ª en la que siempre ha tenido su dinero.
¡°Yo s¨¦ que un tres con un puntito y tres ceros es medio mill¨®n¡±[DE PESETAS], pero la capacidad de Teresa no alcanza m¨¢s. Su caso todav¨ªa es m¨¢s penoso cuando la misma afectada cuenta que se ha volatilizado el dinero que consigui¨® de la venta de un piso en la zona de Juan XXIII e incluso la indemnizaci¨®n que le dieron como despido poco antes de jubilarse en la empresa donde trabaj¨® de limpiadora.
¡°No quiero comprar ni
Francisco Javier, el hijo de Gabriel y Mar¨ªa, que no recuerda pr¨¢cticamente nada, lleva en el paro m¨¢s de dos a?os. Ha tenido incluso que renunciar a un trabajo de temporada porque tiene que ocuparse de su padre impedido. Y el dinero que hab¨ªan ahorrado para cuando, como ahora, les hiciera falta, se ha volatilizado.
Nadie, sin embargo, les ha dicho nunca nada. Tuvo que ser un sobrino suyo, Antonio, quien ante la continua aparici¨®n de noticias sobre los productos vendidos por la CAM les pidi¨® las libretas de ahorro. Y entonces descubri¨® dos con anotaciones a bol¨ªgrafo en las que constaba el dinero que ten¨ªan a vencimiento perpetuo. Al exigir en la oficina de la CAM toda la documentaci¨®n de sus t¨ªas, solo le entregaron ¨®rdenes de compra por 27.000 de los 63.000 euros. Ahora, adem¨¢s, sospechan que les falsificaron la temblorosa y casi ilegible firma con la que rubrican. Por eso han decidido reclamar su dinero por la v¨ªa judicial.
La falsedad queda al descubierto desde el momento que el Banco de Sabadell, que asumi¨® con la compra de Banco CAM todo el negocio bancario excepto las cuotas participativas y la Obra Social, les ha ofrecido canjear todo el dinero por acciones a una valoraci¨®n de 2,30 euros frente a los 1,35 (el 58,7%) que acabaron cotizando el viernes.
Sin embargo, fuentes del Banco CAM defienden que con ese valor, el cup¨®n anual del 6% que ofrece durante cuatro a?os, los dividendos de los t¨ªtulos y la futura revalorizaci¨®n de las acciones, todos los clientes recuperar¨¢n m¨¢s del 100% de su inversi¨®n frente a las preferentes que actualmente tienen que, en el mejor de los casos, ¡°solo valen entre un 16% y un 40% de la inversi¨®n y no dan ning¨²n rendimiento¡±.
Es lo que han hecho dos hermanas, Antonia y Manuela, que prefieren ocultar su identidad, a quienes les desviaron a deuda subordinada de vencimiento perpetuo 8.400 euros, la mitad de los ahorros que les hab¨ªa ido transfiriendo su padre Manuel, tambi¨¦n entrampado con otros 3.600 del mismo producto. Los tres creyeron lo que les dijeron: que estar¨ªan a plazo fijo.
Aunque no descartan acudir al juzgado, han firmado las condiciones que ofrece el banco a los afectados y, al menos, cobrar el 1,5% trimestral de intereses (504 euros anuales) durante cuatro a?os mientras no vendan sus 3.652 acciones.
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