Necesidad de un pacto nacional
La distancia entre lo que la Constituci¨®n prev¨¦ y lo que en la realidad ocurre se ha hecho enorme
Por primera vez desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n, al menos esa es la sensaci¨®n que tengo, llegamos al final del curso pol¨ªtico con la incertidumbre de no saber c¨®mo va a ser la rentr¨¦e, como dicen los franceses. Es verdad que no han faltado en estos tres decenios largos momentos de mucha preocupaci¨®n y de inseguridad, pero todos se mov¨ªan dentro de l¨ªmites que se conoc¨ªan. Incluso el a?o pasado, en el que conviene recordarlo, el mes de agosto estuvo presidido por una tensi¨®n enorme en los mercados, que oblig¨® nada menos que a hacer a toda velocidad una reforma de la Constituci¨®n, con la finalidad de evitar que el pa¨ªs tuviera que ser rescatado, no se ten¨ªa la sensaci¨®n que tenemos ahora mismo de que nuestro sistema pol¨ªtico a principios de septiembre podr¨ªa ser muy distinto del que ha sido en estos ¨²ltimos 30 a?os, por no decir nada respecto a nuestra posici¨®n en la Uni¨®n Europea en general y en el Eurogrupo en particular.
La consolidaci¨®n de la democracia, sobre todo tras el fracaso del golpe de Estado del 23-F de 1981, y la normalizaci¨®n europea tras el ingreso en el Mercado Com¨²n en 1986, nos hab¨ªa proporcionado una estabilidad de la que hab¨ªamos carecido en nuestra historia contempor¨¢nea. Espa?a se hab¨ªa convertido en un pa¨ªs previsible, que evolucionaba con bastante celeridad, pero en el que los fundamentos de la convivencia no solo eran s¨®lidos, sino que hasta cierto punto pod¨ªa decirse que estaban por encima de toda discusi¨®n.
Hace unos d¨ªas pregunt¨¦ a varios profesores del departamento si pensaban que la Constituci¨®n iba a ser capaz de sobrevivir a la crisis. Nunca me lo hab¨ªa planteado antes. Ni siquiera el a?o pasado. No ten¨ªa dudas de que en oto?o se celebrar¨ªan las elecciones y que el poder cambiar¨ªa de manos mediante un procedimiento inequ¨ªvocamente democr¨¢tico, como as¨ª fue. Para el PSOE ser¨ªa muy doloroso, pero no ten¨ªa por qu¨¦ serlo para el pa¨ªs. Todo lo contrario. Espa?a podr¨ªa contar con un nuevo Gobierno con una mayor¨ªa s¨®lida y con legitimidad para tomar las medidas que fueran necesarias. La alternancia en el poder en clave democr¨¢tica daba seguridad.
Esa seguridad que deber¨ªa haber proporcionado la alternancia en el poder, ha desparecido en siete meses. No solamente ha desaparecido la confianza exterior en Espa?a, como record¨® Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez en su comparecencia parlamentaria el pasado martes, sino que, y es lo m¨¢s grave, ha desaparecido la confianza interna. Nuestro sistema pol¨ªtico se esta desmoronando. La distancia entre lo que la Constituci¨®n prev¨¦ y lo que en la realidad ocurre se ha hecho enorme. Respecto de la Jefatura del Estado, de las Cortes Generales, del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional.
Y sobre todo, respecto del Gobierno y del Estado Auton¨®mico. Nos estamos quedando sin Gobierno, es decir, sin direcci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs. El presidente del Gobierno huye de las instituciones y huye de los ciudadanos, a los que no se ha dirigido espec¨ªficamente ni una sola vez desde el 20-N mediante un mensaje televisado, para compartir con ellos su an¨¢lisis de la situaci¨®n y su proyecto para salir de la crisis. Las comunidades aut¨®nomas est¨¢n empezando a caer una tras otra, sin que nadie est¨¦ reparando en qu¨¦ puede pasar si acaban cayendo todas
Este a?o no tenemos la salida de una posible alternancia de Gobierno en el oto?o. Creo que de eso somos conscientes todos. De ah¨ª que el presidente del Gobierno est¨¦ obligado a convocar a la sociedad espa?ola a un gran pacto nacional. No se puede esperar que con el normal funcionamiento de las instituciones podamos hacer frente a lo que se nos viene encima.
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