Nadie nada por aqu¨ª
Las autonom¨ªas nadaban sin guardar la ropa, Munar la pone a buen recaudo, y nosotros nos ahogamos
La nada es interesante porque ya se sabe que el que nada no se ahoga. Pero de la veracidad incontestable del refr¨¢n hemos tenido que salir bruscamente porque ahora resulta que la Administraci¨®n central y las Administraciones auton¨®micas tienen el equivalente a nada en sus arcas y, sin embargo, necesitan un rescate. Nada es lo que parece y nada es exactamente lo que parece que tienen en el peto el Estado y los miembros de la extensa familia que lo forman. No hay nada como la familia.
Tras la brutal irrupci¨®n de la nada en estos meses de gobierno popular, se ha abierto la veda en busca de algo. Nadie necesitaba nada porque todo el mundo nadaba como Mark Spitz en las procelosas aguas de la financiaci¨®n. Resultan pues ir¨®nicos este verano los art¨ªculos y opiniones sobre la conveniencia o no de pasarse dos horas en secano despu¨¦s de comer para poder ba?arse. Al parecer, todos los expertos coinciden en que es una mentira que se inventaron nuestros mayores para torturarnos bajo el sol abrasador durante un tiempo interminable. Pero va a ser que no, que los viejos ten¨ªan raz¨®n. Al menos, las comunidades aut¨®nomas han sufrido un extra?o corte de digesti¨®n colectivo y empiezan a pedir auxilio a los vigilantes de la playa. Se metieron en el agua, con la chuler¨ªa que les caracteriza, con la copa y el caf¨¦ a¨²n en el paladar y el puro reci¨¦n apagado. De repente corren el riesgo de ahogarse entre calambres y desvanecimientos. Como dir¨ªa mi abuela: ?ya lo dec¨ªa yo!
Triste es de robar pero m¨¢s triste es de pedir. Esta perversa inversi¨®n de los t¨¦rminos en la frase hecha, mantuvo hasta estos d¨ªas a las autonom¨ªas en sus trece: ?que no vamos a pedir rescate, le?e! Si entendemos que el despilfarro considerado como una de las bellas artes es una forma de robo, s¨®lo la Comunidad Valenciana pod¨ªa ser la primera en levantar la mano desde el agua al notar c¨®mo se le retorc¨ªan las tripas. Y ah¨ª se abri¨® la veda a la que nos refer¨ªamos. Desde la orilla ya vemos un mont¨®n de manos agit¨¢ndose con la esperanza de que sea Pamela Anderson la socorrista que les toque en suerte y no David Hasselhoff. Un efecto domin¨® de imprevisibles consecuencias: Murcia, Catalunya¡ ?Qui¨¦n da la vez? ?Observ¨® Galicia esas dos horas sin ba?arse despu¨¦s de la papatoria?
Paralelamente a las imprudencias playeras de la familia auton¨®mica, las familias de toda la vida sufren en silencio la invasi¨®n de medusas-desahucio, una especie invasiva sin depredadores que las neutralicen. Se multiplican por miles mientras los vigilantes de la playa s¨®lo atienden cortes de digesti¨®n administrativos. La perca negra americana invade los r¨ªos gallegos (para solaz de pescadores y desgracia de las especies aut¨®ctonas) pero es pan para hoy y hambre para ma?ana; la medusa-desahucio no es pan para hoy y promete estallido social para ma?ana. Las noticias sobre los miles de familias que se han visto en la calle durante el primer trimestre de este a?o, s¨®lo ocupan una m¨ªnima parte de los diarios en comparaci¨®n con el calambre administrativo.
Triste es de robar pero m¨¢s triste es de pedir. De ah¨ª la verg¨¹enza ajena que producen las declaraciones de Mar¨ªa Antonia Munar, expresidenta del Consell de Mallorca. La buena se?ora califica de obsoleta la legislaci¨®n espa?ola en lo que respecta a delitos monetarios como en el que se ve ahora envuelta. Contrapone como ejemplo la condena de tres a?os y medio a una mujer por cortar la yugular a otra y dice que los temas de dinero son secundarios y se arreglan con dinero. Nadie implicado en casos de corrupci¨®n, al menos que uno sepa, ha devuelto nada de lo afanado tras lo que constituye un corte de yugular social o, si lo prefieren, un corte de financiaci¨®n administrativo, producido por la ensaladilla rusa del chiringuito, que tampoco ha mandado a casi nadie al fondo del mar, o sea al trullo matarile-rile-rile. ¡°La salud es lo importante¡±, concluye Munar.
Trileros y carteristas son magos al margen de la ley: nada por aqu¨ª, nada por all¨¢. Las autonom¨ªas, prestidigitadoras de nivel, nadaban sin guardar la ropa; Munar y sus semejantes la ponen siempre a buen recaudo. Los que nos ahogamos somos nosotros.
@JulianSiniestro
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