¡®Chill out¡¯ anticrisis bajo la luna
Los chiringuitos de playa de Agua Blanca reinventan c¨®cteles y dinamitan precios
Son la esencia de la arquitectura ef¨ªmera. Resurgen con las cenizas de la noche de San Juan y se esfuman en el septiembre mediterr¨¢neo. Los 11 chiringuitos de Oliva reinventan c¨®cteles y dinamitan precios. Del refinado chill out a la estridente pachanga. Hay para todos los gustos en la playa de Agua Blanca, cuyas dunas de arena fina y agua de cristal invitan a tostarse al sol con una cerveza en la mano. Los propietarios de estos bares con vistas al mar pagan 5.000 euros de media por su licencia de dos meses. E imploran al santoral para que la crisis y el desplome del consumo les permitan mantener el tipo. Ah¨ª van propuestas.
Pistas
Para llegar. El trayecto m¨¢s r¨¢pido para recorrer Valencia-Oliva en poco m¨¢s de una hora pasa por la AP-7 en direcci¨®n Alicante y tomar la salida 61 Oliva / Pego. Tras llegar a la costa, el visitante deber¨¢ dirigirse a la playa de Agua Blanca. Al final del sector 5 se encuentra el chiringuito Oli-Ba-ba.
Para comer arroz y m¨¢s arroz. Desprovista del salitre y la tumbona playera, Oliva expone la gastronom¨ªa m¨¢s valiosa de La Safor. Cocina sin prisas y de mercado. Pescados y mariscos frescos de las lonjas de D¨¦nia y Gandia. De la mar a la mesa. El restaurante Soqueta, en el paseo mar¨ªtimo, saca pecho con sus arroces. Del senyoret, que se come con cuchara y con el marisco pelado, al caldoso o meloso. Nada de innovaciones ni florituras desestructuradas. S¨®lo ingredientes de primera. Sepia, rape, gamba pelada, raya¡ Y esmero. Mucho esmero. Regla n¨²mero uno. El pescado se vierte en su leg¨ªtimo orden. Y dos, sencillez. Juan Fuster, hijo del fundador de este local de est¨¦tica zen, explica c¨®mo alcanzan sus platos el cenit de la cocci¨®n. "La cazuela debe estar destapada cuando el arroz se hace". Simple y genial. Restaurante Soqueta. Playa de Oliva, V¨ªa Ronda s/n. Precio medio: 40 euros por comensal.? Chiringuito Oli-ba-ba. Playa de Oliva (final sector 5). M¨®vil: 647 47 00 97
Para leer. El gran poeta valenciano Francisco Brines, Premio Nacional de Literatura, entre otros muchos galardones, ha escrito sobre su pueblo, donde naci¨® y donde reside: "Oliva es el lugar que amo y prefiero, donde intento recuperar con nostalgia la edad dichosa de la infancia, ahora que estoy de vuelta de otras ilusiones y otros intereses".
Mojito entre moais. La bombilla se encendi¨® a m¨¢s de 11.000 kil¨®metros, en el coraz¨®n del Oc¨¦ano Pac¨ªfico. Corr¨ªa 1984 y, tras visitar la Isla de Pascua, una pareja concibi¨® un chiringuito emulando el paisaje volc¨¢nico de Rapa Nui. El local se llama Oli-ba-ba y, desde entonces, sus fiestas nocturnas arrastran a centenares de incondicionales. Dos iluminados moais, figuras monol¨ªticas de la Isla de Pascua, identifican a este cl¨¢sico, que transforma sus ambientes seg¨²n avanza el d¨ªa. Por la ma?ana, temas marchosos; chill out por la tarde; y m¨²sica para bailar bajo las estrellas cuando se evapora el d¨ªa. De viernes a s¨¢bado pinchadiscos a partir de las cuatro. El cenit de afluencia se alcanza en la segunda quincena de agosto. Recomendable para degustar la puesta de sol, relajarse tras un ba?o o evadirse con el ruido las olas. Ofrecen c¨®cteles, que incluyen creaciones propias como el Oli-ba-ba (absenta, licor de manzana, vodka y granizado de maracuya) y el ineludible Mojito, que arrasa este verano. Sus precios son de los m¨¢s elevados de la zona ¡ªsobre siete euros los c¨®cteles¡ª y su est¨¦tica resulta ajena al chiringuito playero al uso. ¡°Rel¨¢jate y t¨®mate algo¡±, solicita al visitante su encargado, el gaditano Jes¨²s Arriaza, que relata con pasi¨®n las historias de amor en las lonas de este espacio de apariencia ibicenca y estilo minimalista. ¡°Un empleado celebr¨® su boda en el chiringuito¡±, recuerda con picard¨ªa c¨®mplice.
Elvis y caipiri?as anticrisis. Saborear una cerveza tost¨¢ndose al sol mientras suena Heartbreak Hotel de Elvis Presley. El Pin up es el ¡°¨²nico chiringuito rockero de Oliva¡±, seg¨²n su copropietario ?scar Alcocer. El espacio se erige sobre una caba?a blanca y azul que retrotrae a los a?os cincuenta de EE UU. Una curvil¨ªnea chica de calendario da la bienvenida. Se accede por una pasarela de madera. Entre las diez de la ma?ana y las tres de la madrugada, ofrece rock globalizado (local y mundial) ¡ªseg¨²n su due?o¡ª y ¡°precios anticrisis¡± (refrescos y cervezas por 1,90 euros). Presume de mojitos, caipiri?as y margaritas. Como en el resto, no sirve comidas, m¨¢s all¨¢ de los frutos secos.
Cerveza fr¨ªa para surferos y aprendices. Ambata es un sue?o en forma de viento para los surferos de La Safor y tambi¨¦n un veterano chiringuito de l¨ªnea elegante y tono sobrio que atrae desde hace 17 a?os a decenas de turistas. Italianos, ingleses, franceses¡ Por el local desfilan cada a?o clientes de nacionalidad y condici¨®n diversa. Su due?o, el veterano Rafael Mena, comercial de profesi¨®n, presume de una ¡°s¨®lida¡± cartera de c¨®cteles. ¡°Est¨¢n todos buen¨ªsimos¡±, remarca. Y espera compensar en agosto la llegada de turistas que pudieron ser y no fueron en la primera quincena de julio, que admite que fue floja. La oferta se completa con el alquiler de tumbonas y sombrillas, por tres y cinco euros diarios.
Ca?as m¨¢s que singulares. Inclasificable, heterodoxo, sobre ¨¦l pueden recaer todos los adjetivos que se refieran a la rareza de la condici¨®n humana. El Melic renace desde hace 27 a?os en las arenas de Oliva sin pretensiones ni artificios impostados. Su propietario, maestro de profesi¨®n, se responsabiliza de una abotargada decoraci¨®n de m¨¢s que dudoso gusto y eclecticismo. Presume de atraer a generaciones enteras de ¡°gente normal¡± y sus precios oscilan entre los dos euros de la ca?a y los cinco del combinado con alcohol. ¡°Hemos tenido que bajarlo todo, la gente no est¨¢ para bromas¡±, admite gesticulante el due?o.
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