El rey de la playa
El gallego Ramiro Amarelle lidera, a 15 a?os de su debut, la selecci¨®n de f¨²tbol playa
Fue en la pr¨®rroga, a menos de un minuto del final, en un arenal ubicado en pleno centro de Mosc¨². All¨ª surgi¨® Ramiro Amarelle para aclarar que no hay otro como ¨¦l. Con la clasificaci¨®n en juego para jugar el Mundial de f¨²tbol playa del pr¨®ximo a?o en Tahit¨ª, con el recuerdo de la ausencia de la selecci¨®n espa?ola en el anterior campeonato, con el suyo propio de haber pasado a?o y medio lejos del combinado nacional dolorido por una latosa hernia que le afectaba a la espalda. Nada de ello import¨® en aquel instante que bien pudo rodar John Huston y haber protagonizado el Pel¨¦ de Evasi¨®n o Victoria. Amarelle recibi¨® el bal¨®n en el centro de la cancha, lo par¨® con el pecho y mientras la pelota levitaba se volte¨® para acomodar una chilena con la zurda. El bal¨®n entr¨®, con estr¨¦pito, por la escuadra. Espa?a estar¨¢ en Tahit¨ª para tratar de ganar un t¨ªtulo que no tiene y al que siempre oposit¨® por jugadores, talento y pasi¨®n.
¡°Amarelle es la esencia del f¨²tbol playa¡±, explica el director de Octagon
¡°Amarelle es la esencia del f¨²tbol playa¡±, anticipa Santi Soler, director general de Octagon y Beach Soccer Worldwide, la firma encargada de dar vuelo del campeonato del mundo durante una d¨¦cada hasta que en 2005 la FIFA le otorg¨® lustre y oficialidad. Soler estuvo hace una semana en A Coru?a para contribuir a escenificar en Riazor el campeonato nacional. Y all¨ª sinti¨® que el tiempo se deten¨ªa y que un meritorio rubiales saltaba a la arena con la camiseta del Peluquer¨ªa Antena. Fue en 1997, en los albores del f¨²tbol playa en Espa?a. Un torneo nacional previo ganado en Alicante por unos chiquillos coru?eses les premi¨® con un partido contra la selecci¨®n nacional, un combinado conformado por exjugadores profesionales de f¨²tbol 11 y dirigido por el Lobo Carrasco. All¨ª estaba Quique Seti¨¦n o los sportinguistas Joaqu¨ªn y Manuel Jim¨¦nez, aquel central de Vilagarc¨ªa que hizo carrera en Asturias. El Peluquer¨ªa Antena les puso en un brete: empataron a cinco. Soler, organizador del evento, recibi¨® una llamada al d¨ªa siguiente. Era Joaqu¨ªn. ¡°Me pidi¨® el contacto de Amarelle. Nadie le conoc¨ªa porque se perdi¨® la cita anterior de Alicante, lesionado. Pero deslumbr¨® a todos¡±.
¡°Le dije a Santi que quer¨ªamos llevarnos al chico con nosotros para que jugara los campeonatos siguientes¡±, revela Joaqu¨ªn. Y all¨ª fue, de ¨²ltimo de la fila, pero para dejar huella. ¡°La gente ped¨ªa desde la grada: ?Qu¨¦ salga el 2! Era diferente¡±, recuerda Soler. Coru?¨¦s, campe¨®n de Espa?a juvenil con el Deportivo, Amarelle se hab¨ªa quedado a las puertas del Fabril y acababa de cumplimentar una campa?a desigual, por lesiones, con el Cerceda en Tercera Divisi¨®n. Pronto entendi¨® que su futuro estaba en la playa. Joaqu¨ªn lo resume. ¡°Se hizo a si mismo para convertirse en un especialista en la modalidad, no un futbolista de campo grande que jugaba en arena¡±. Al hablar de f¨²tbol, la playa ya no es lo que era. Cuando mediados los noventa a Joaqu¨ªn le ofrecieron reclutar a excompa?eros para matar el gusanillo en esa especialidad llam¨® a Rafa Gordillo. Esperaban la dura arena mojada en la que crecieron tantos chiquillos sobre todo en el Norte y se encontraron una superficie c¨¢lida y esponjosa. No era La Concha, Bastiagueiro o A Lanzada. Era Copacabana.
¡°Su chilena ha sido la m¨¢s imitada, porque es perfecta¡±, dice Santi Soler
¡°No tiene nada que ver una arena con otra, un f¨²tbol con otro, en el de arena dura se disfruta m¨¢s, en este te cansas, todo es m¨¢s complicado, el bal¨®n bota mal, s¨®lo disfrutas cuando lo dominas, pero es dif¨ªcil conseguirlo y ese es el h¨¢ndicap para popularizarlo¡±, ilustra Amarelle. ¡°Intent¨¦ fijarme en los brasile?os, de sus acciones t¨¦cnicas. Consegu¨ª videos, me fij¨¦ en como corr¨ªan, el tipo de esfuerzos que hac¨ªan, como frenaban, arrancaban y se equilibraban. El golpeo¡±. Entendi¨® que era una cuesti¨®n de pulir la t¨¦cnica, de repeticiones. ¡°Analizar, ver, adquirir habilidades y perfeccionar¡±, simplifica. Se convenci¨® de que en cualquier tipo de f¨²tbol se puede mejorar la destreza individual en solitario. ¡°A¨²n hoy, 15 a?os despu¨¦s su t¨¦cnica es distinta a la de los dem¨¢s¡±, opina Santi Soler, que abunda en una conducci¨®n de la pelota que linda ¡°con el malabarismo¡±. ¡°Y su chilena ha sido la m¨¢s imitada porque es de una perfecci¨®n tremenda¡±, sentencia.
¡°Es un l¨ªder¡±, abunda Joaqu¨ªn, hoy seleccionador espa?ol de f¨²tbol playa. ¡°Supo aprender al lado de los ex jugadores, estar en su sitio y crecer poco a poco porque era el mejor¡±. Pronto encontr¨® adem¨¢s compa?¨ªa en dos paisanos, Nico Alvarado y el meta Roberto Valeiro, que se convirtieron en habituales de la selecci¨®n. Pasados los a?os otros dos gallegos de una generaci¨®n siguiente, Beiro y Kuman, estuvieron con Amarelle en la epopeya moscovita.
¡ª?Ser¨ªa Tahit¨ª un colof¨®n?
¡ª¡°El colof¨®n son los t¨ªtulos¡±, responde el rey de la playa, que con 34 a?os empieza ahora a buscar nuevo futuro como entrenador del equipo juvenil del Lugo.
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