La Iglesia pide donaciones privadas para restaurar la catedral de Santiago
Las obras para eliminar las filtraciones de agua cuestan 1,9 millones de euros
En un d¨ªa de lluvia, las torres de la catedral de Santiago que dan a la plaza del Obradoiro est¨¢n igual de empapadas por dentro que por fuera. Su interior, dice el arquitecto Javier Alonso, es ¡°realmente desagradable¡±, un laberinto de escaleras podridas, hierros oxidados, muros con grietas y rellenos apresurados de cemento que impiden la ventilaci¨®n y filtran el agua hasta una de las partes m¨¢s vulnerables del templo, el conjunto rom¨¢nico del P¨®rtico da Gloria. Las tripas de las torres m¨¢s fotografiadas de la bas¨ªlica eran hasta hace pocas semanas aut¨¦nticas desconocidas: tan dif¨ªcil es llegar a ellas que para fotografiarlas la Fundaci¨®n Catedral recurri¨® a escaladores. Sus im¨¢genes dejaron al descubierto algunas chapuzas olvidadas, como ventanas cegadas y pin¨¢culos reforzados con hormig¨®n.
?Para arreglar el desaguisado de este mantenimiento tan precario ¡ªhasta la restauraci¨®n del P¨®rtico pierde sentido si no se frenan antes las humedades que siguen comiendo la piedra¡ª el templo necesita 1,9 millones de euros. Este es el presupuesto final del proyecto que despu¨¦s de meses de estudio present¨® ayer el director de la Fundaci¨®n Catedral y can¨®nigo fabriquero del templo, Daniel Lorenzo. El templo no tiene todav¨ªa ni un c¨¦ntimo de esa cantidad, pero conf¨ªa en el compromiso del Ministerio de Fomento, al que presentar¨¢ el informe dentro de unas semanas para solicitar financiaci¨®n a trav¨¦s del 1% cultural. Pero aunque el departamento de Ana Pastor diga s¨ª, a la catedral le faltar¨¢ un nada desde?able 25% del presupuesto para poder realizar la primera fase de las obras, centradas en las dos torres del Obradoiro y una intervenci¨®n puntual en la parte inferior del cuerpo central de la fachada. Son las imprescindibles para que puedan continuar los trabajos en el P¨®rtico, as¨ª que a la Catedral no le quedar¨¢ m¨¢s remedio que invocar a la buena voluntad de entidades privadas, como ya ha confirmado el propio Lorenzo, que se alienta asegurando que ¡°que se conozca esta realidad va a ayudar a conseguir financiaci¨®n¡±. El deseo de la Fundaci¨®n es que la restauraci¨®n empiece con el nuevo a?o y que dure entre 15 y 18 meses.
Al lado de Lorenzo, el arquitecto encargado de dirigir las obras, es m¨¢s que gr¨¢fico al explicar su urgencia. ¡°Hay quien dice que la vegetaci¨®n de la fachada queda bonita. La vegetaci¨®n por fuera significa humedad, hongos e insalubridad por dentro¡±, aclara a los impresionados por el verde sobre la piedra. El musgo llega a tantas zonas que todav¨ªa queda por aclarar en qu¨¦ estado se encuentran algunas partes en las que la capa vegetal es muy densa, como los tizones de la torre de las campanas, tronzados en dos direcciones. Habr¨¢ que limpiarlos para conocer a ciencia cierta la gravedad de los da?os. La inclinaci¨®n de esta misma torre, perfectamente visible, alcanza los 40 cent¨ªmetros, aunque seg¨²n los que la han examinado ese no es el mayor de sus problemas, pero el escoramiento ser¨¢ vigilado con mojones para controlar su evoluci¨®n.
Alonso achaca el estado actual del templo, a la ¡°la falta de rutinas adecuadas de mantenimiento e intervenciones irreflexivas¡±. La falta de recursos no ayuda, apunta Lorenzo: una conservaci¨®n integral de la bas¨ªlica requiere un gasto anual de 1,5 millones de euros cuando actualmente solo se invierten en esta tarea 300.000 euros.
La intervenci¨®n en las torres del templo forma parte de otra m¨¢s amplia planteada en el Plan Director de la Catedral. La restauraci¨®n integral de la fachada del Obradoiro quedar¨¢ para una segunda fase que los t¨¦cnicos de la Fundaci¨®n quieren acometer despu¨¦s de la de las torres para aprovechar los caros andamios que necesita la obra. El programa integral de arreglos en el templo costar¨¢ un m¨ªnimo de 30 millones de euros.
A?os de chapuzas
Se sabe que la estatua del Mestre Mateo que la superstici¨®n convirti¨® en Santo dos croques a base de peque?os cabezazos aparece arrodillada con humildad en la parte inferior del P¨®rtico, pero su gesto devoto no se aprecia con la claridad debida. Uno de los tres escalones que originalmente llevaban a la obra del genio medieval se elimin¨® para subir el pavimento y la base de la figura qued¨® cubierta. La restauraci¨®n recuperar¨¢ el pelda?o perdido con el desprop¨®sito, as¨ª como los respiraderos originales que fueron cegados y reemplazados por ventanucos que resultaron letales para las arcadas rom¨¢nicas de la cripta. El ¨¢rea de la fachada del Obradoiro m¨¢s pr¨®xima al conjunto del Mestre Mateo tiene, como las torres, serios problemas de ventilaci¨®n por culpa de intervenciones poco convenientes, que se solucionar¨¢n colocando nuevas ventanas en los huecos bajos, provistas de vidrios de protecci¨®n solar.
La recuperaci¨®n de elementos originales es una de las grandes misiones que se han encomendando los t¨¦cnicos de la Fundaci¨®n Catedral. Deshacerse del hormig¨®n es una de las prioridades, porque hay riesgo de esta armadura que durante d¨¦cadas se crey¨® apto para este tipo de arreglos reviente las c¨²pulas de las torres. En la torre sur, habr¨¢ que estudiar con detenimiento el estado de las escaleras, cerradas en su parte superior tras la ca¨ªda de un rayo en el siglo XIX. Las grapas de hierro, ya oxidadas, ubicadas bajos las c¨²pulas se sustituir¨¢n por otras de lat¨®n. Habr¨¢ que cambiar las estructuras de las que cuelgan las campanas y sus mecanismos de golpeo, muy deteriorados por el ¨®xido. Cuando los yugos de madera se pudrieron, se les ech¨® resina encima en lugar de cambiarlos.
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