¡°Todos lo saben, Bach era cubano¡±
El saxofonista Paquito D'Rivera mezcla cl¨¢sica y jazz en el caf¨¦ Central
S¨¢bado, 11 de agosto. En alg¨²n lugar del centro de Madrid al abrigo de las miradas indiscretas, un sexteto de instrumentistas cubanos se prepara para el gran asalto. ¡°Uno, dos, tres¡ ?a por ellos!¡±. A su mando se halla Francisco de Jes¨²s Rivera Figueras, nacido en La Habana en el a?o 1948 y conocido en los ambientes del Jazz Latino como Paquito d?Rivera: ¡°Muchachos, hay que ser bien precisos, que nos jugamos mucho en este envite¡±. El saxofonista cubano residente en Nueva York, ocupar¨¢ el escenario del Caf¨¦ Central, en la plaza del ?ngel, hasta el domingo, dentro de la programaci¨®n que est¨¢ teniendo lugar con motivo del 30 aniversario de la sala.
Paquito vuelve a una ciudad que ocupa un lugar muy especial en su coraz¨®n: ¡°Amo esta ciudad. Me acogi¨® en 1980 y viv¨ª durante seis meses. Tocaba en el Dallas Club, un sitio car¨ªsimo en la calle Orense.
Paquito d?Rivera est¨¢ aqu¨ª despu¨¦s de a?os de intensa persecuci¨®n por parte de los propietarios del Central: ¡°Paquito era nuestro sue?o imposible¡±, reconoce P¨¦rez el alem¨¢n. En la decisi¨®n del saxofonista y clarinetista de aceptar la propuesta ha tenido mucho que ver la calidad de los m¨²sicos con quienes va a compartir escenario, elegidos entre lo mejorcito de la colonia musical cubana en Madrid: ¡°Me encanta tocar con Machado, Georvis y Pepe Rivero; ¨¦l fue quien me present¨® al Negr¨®n. Menudo contrabajista, muchacho. Este tipo me vuelve loco¡ ?yo me quiero ese negro para Nueva York!". El descubrimiento en esta ocasi¨®n lleva el nombre del joven Yuvisney Aguilar: ¡®m¨ªrale que es tan jovencito y c¨®mo toca los tambores el condenado¡ ?pero de d¨®nde ha salido?¡±.
¡°Amo Madrid, aqu¨ª viv¨ª seis meses y tocaba en un club car¨ªsimo¡±
El saxof¨®n del cubano marca Selmer ¡ªel mismo que le acompa?a desde sus inicios en la profesi¨®n¡ª se retuerce al son de la m¨²sica de J. S. Bach en una pieza, ¡°Juan Sebasti¨¢n baila el danz¨®n¡±. Paquito ha convertido al padre del contrapunto en el m¨¢s improbable de los soneros: ¡°De alem¨¢n nada: Bach era cubano. Eso lo sabe todo el mundo¡±.
En el repertorio se cruzan los nombres de Bach y Jobim, Piazzolla y el paraguayo Agust¨ªn Barrios, mas conocido como Nitsuga Mangor¨¦: ¡°La idea es explorar el romance que existe entre los m¨²sicos de jazz y los compositores cl¨¢sicos. Para ello me inspir¨¦ en un disco de Pepe que se llama Los boleros de Chopin. La m¨²sica de los europeos me ha atra¨ªdo siempre, sobre todo Chopin, y los latinoamericanos, Piazzolla, Villa-Lobos, Lecuona¡ algunos de esos compositores ten¨ªan unas melod¨ªas tremendas. Empezamos a trabajar sobre esa l¨ªnea y resulta que tenemos un repertorio tremendo de m¨²sica cl¨¢sica jazzeada, o de jazz clasificado, como quieras llamarlo¡±.
La m¨²sica de d?Rivera con su Madriz Project muta de cara a cada vuelta de comp¨¢s. Lo que empieza siendo un tango al uso, en el caso de La muerte del ¨¢ngel, puede terminar en un bolero, un adagio cl¨¢sico o un vibrante homenaje a Dizzy Gillespie, el trompetista de jazz por quien Paquito profesa aut¨¦ntica veneraci¨®n. Entre tanto vaiv¨¦n, la pieza de Astor Piazzolla resulta apenas reconocible: ¡°Soy consciente de que al pobre no le hubiera gustado nada o¨ªr lo que hacemos con su m¨²sica, sin embargo, ¨¦l hizo siempre lo que le dio la gana. Por ejemplo, le puso m¨²sica de tango a una pel¨ªcula sobre el rey Enrique IV de Alemania. Entonces, yo pienso: si Piazzolla tuvo los timbales de ponerle tango a una pel¨ªcula sobre el siglo XI, yo voy a meter un danz¨®n a su m¨²sica y para el carajo que se disguste¡±.
Tras cuatro bien aprovechadas horas, el maestro da por concluido el ensayo: ¡°Me parece que tienen suficiente para estudiar esta noche¡±, les dice a sus m¨²sicos. En cuesti¨®n de segundos, habr¨¢ desmontado y guardado el instrumento en su maleta, junto con las ca?as y los ¡°papeles¡± (las partituras): ¡°Ha sido un primer d¨ªa muy productivo¡±, concluye.
El saxofonista abandona las instalaciones del club Bogui Jazz, donde ha tenido lugar el ensayo, para perderse entre la multitud que abarrota a estas horas la Gran V¨ªa. El pr¨®ximo a?o estrenar¨¢ su ¨®pera Cecilio Vald¨¦s, rey de La Habana, en el Teatro Real: ¡°Es una parodia de la novela Cecilia Vald¨¦s o la loma del ¨¢ngel, de Cirilo Villaverde, y justo termina aqu¨ª, en un bar gay de la Gran V¨ªa¡±. Los viandantes le paran a su paso para fotografiarse con ¨¦l. Hace un calor aplastante. Paquito d?Rivera se siente como en casa.
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