Se afianza la recuperaci¨®n del oso pardo en el Pirineo

El oso pardo protagoniz¨® al menos dos nuevos partos durante el pasado invierno, concretamente en Vall d¡¯Aran y Pallars Sobir¨¤. Todav¨ªa se desconoce el n¨²mero de cr¨ªas nacidas, que oscila entre uno y tres oseznos por alumbramiento. El director de Servicios de Biodiversidad y Protecci¨®n de los Animales de la Generalitat, Jordi Ruiz, explic¨® el domingo que todav¨ªa no se ha podido fotografiar a los cachorros. ¡°Son muy dif¨ªciles de ver¡±, detall¨®.

El director de Servicios de Biodiversidad y Protecci¨®n de los Animales de la Generalitat, Jordi Ruiz, declar¨® ayer que todav¨ªa no se ha podido fotografiar a los cachorros. ¡°Son muy dif¨ªciles de ver. Es a partir del mes de julio, tras abandonar las cavernas en las que han pasado el per¨ªodo de hibernaci¨®n, cuando es posible observar a las madres con sus cr¨ªas¡±, detall¨®.

Los t¨¦cnicos calculan que actualmente viven en los Pirineos unos 30 ejemplares de osos. De ¨¦stos, al menos un 75% son hijos de Pyros, el primer macho esloveno reintroducido por Francia en la primavera de 1996. Los expertos sostienen que de momento no existen problemas de consanguinidad. ¡°Si la tendencia se mantiene, puede existir un cierto riesgo en el futuro¡±, explic¨® Ruiz.

Los peque?os oseznos no llegan precisamente con un pan debajo del brazo. Su nacimiento coincide en un a?o de sequ¨ªa en el que los plant¨ªgrados tienen m¨¢s dificultades para alimentarse. Este hecho preocupa especialmente a los cazadores y ganaderos de la zona, que rechazan la presencia del oso en la cordillera. Para los detractores, el animal es incompatible con la actividad agraria y ganadera de la zona.

Precisamente para combatir el recelo que despertaba el plant¨ªgrado, el gobierno catal¨¢n inici¨® un programa de ayuda a los ganaderos, consistente en agrupar los reba?os de varios propietarios en las monta?as de la parte alta del valle para evitar los ataques del oso. ¡°En los ¨²ltimos cinco a?os solo se ha producido un ataque sobre ganado que forme parte del proyecto, mientras que se dan entre ocho y diez ataques sobre reba?os no vigilados¡±, asegur¨® Ruiz.

En todo caso, los expertos tienen contabilizadas una media de 16 muertes de oveja por ataque de oso al a?o, una cantidad que ha disminuido en los ¨²ltimos a?os a pesar de que ha aumentado el n¨²mero de osos en la cordillera. La Generalitat compensa econ¨®micamente a los ganaderos cuando se demuestra un ataque de oso. El gasto para la administraci¨®n catalana por este concepto es de 5.600 euros anuales.