?10.000 equivocados?
San Sebasti¨¢n dej¨® muy claro su deseo de continuar con la fiesta de los toros
Seis toros para seis toreros. Cartel de efem¨¦rides. El p¨²blico apretando para que la fecha no pasase a la historia como la ¨²ltima tarde de toros del coso de Illunbe. La ignorancia y los intereses pol¨ªticos pueden llevarse por delante la fiesta en San Sebasti¨¢n, sin importar que es un espect¨¢culo seguido por varios miles de donostiarras y que atrae a numerosos visitantes durante la Semana Grande.
Ayer qued¨® patente. Casi se llenaron los tendidos. La mejor entrada de toda la semana. 10.000 espectadores que se quedaron hasta el ¨²ltimo momento para ovacionar y apoyar a los portadores de una pancarta que luc¨ªa el lema: San Sebasti¨¢n con la fiesta. ?Toros s¨ª!
10.000 personas no pueden estar equivocadas por mucho que los intereses pol¨ªticos se empe?en en inventarse razones que expulsen a una fiesta que resulta espa?olista para los que se acercan a los postulados nacionalistas. Lo hacen desde el desconocimiento de una tradici¨®n de varios siglos. Es la ley de lo moderno; opinar sin pararnos a estudiar las razones; lo importante es dar la opini¨®n, aunque luego haya que cambiarla.
Con todo, a la tarde le falt¨® pasi¨®n, porque eso es lo que le falta al coso donostiarra: pasi¨®n, historia, vivencias¡ Se re¨²nen unos aficionados animosos y un p¨²blico amable, dispuesto a estar alegre, pero la plaza carece de alma.
GARCIGRANDE / PADILLA, MORANTE, JULI, BARRERA, CASTELLA, TALAVANTE
Seis toros de Garcigrande y Domingo Hern¨¢ndez, desiguales, bien presentados y buenos, destacando primero, segundo, tercero y quinto. Juan Jos¨¦ Padilla, estocada trasera y descabello (oreja). Morante de la Puebla, bajonazo sin soltar, pinchazo y descabello (pitos). El Juli, pinchazo hondo y dos descabellos (vuelta). Antonio Barrera, pinchazo y estocada contraria (saludos). Sebastian Castella, estocada trasera y atravesada (saludos). Alejandro Talavante, media estocada (oreja tras aviso). Plaza de Illumbe. 17 de agosto de 2012. Casi lleno. ?ltima de la Semana Grande.
A Illunbe le falta el tendido 7 de Madrid, que ponga los puntos sobre las ¨ªes cuando un torero trata de dar gato por liebre; ese tendido 5 de Bilbao, capaz de frenar una inventada vuelta al ruedo. Le falta la voz de El Chofre, la plaza que se la llev¨® el tiempo hace ya m¨¢s de medio siglo.
Y esas ausencias dejan sin alma los tendidos, que ovacionan y silencian, pero que no discuten, raramente censuran y que se diluyen en los complicados intereses del mundo taurino. Ayer reivindicaron los toros. Lo hicieron con su car¨¢cter educado, sin un grito de guerra, sin un clamor en los tendidos, con la elegante ovaci¨®n a los que paseaban la pancarta por la arena acompa?ados por los toreros actuantes.
No hubo, como en Catalu?a hace un a?o, aficionados que se arrojaran al ruedo para portar la pancarta, ni siquiera tuvieron continuidad los gritos de ¡°Toros s¨ª¡± que se iniciaron antes de la ¨²ltima faena. Aqu¨ª, todo es m¨¢s correcto, m¨¢s educado, m¨¢s silencioso, pero los 10.000 taurinos que se reunieron en Illunbe no pueden estar confundidos y, desde luego, quieren que siga habiendo toros en esta ciudad.
Fue una corrida especial: seis toreros para seis toros. Seis matadores contrastados para realzar esta tarde reivindicativa. Y el ¨²ltimo fue el mejor. Alejandro Talavante realiz¨® los mejores pasajes; tore¨® con temple por ambos pitones, hubo muletazos hondos y buenos, no pod¨ªa exigir al toro y lo cuid¨® en los primeros pases de cada serie para finalizar siempre con los mejores. Pero el de Garcigrande se apag¨® pronto e impidi¨® un final m¨¢s brillante.
Lo anterior tuvo muy poca historia. Padilla tir¨® de pundonor para firmar un toreo facil¨®n; Morante se estir¨® hasta que se le apag¨® el duende y abrevi¨® entre los pitos; El Juli gust¨® al p¨²blico con su toreo despegado y vulgar. La mala suerte recay¨® en Antonio Barrera, cuyo toro se lesion¨® al iniciar el trasteo de muleta, mientras Castella nunca entendi¨® el buen ejemplar que tuvo enfrente.
Ahora, ser¨¢n los aficionados, con las miles de firmas recogidas en los aleda?os de la plaza, los que tendr¨¢n que moverse en los despachos para explicar a los pol¨ªticos cu¨¢les son los verdaderos soportes de esta fiesta. S¨®lo as¨ª lograr¨¢n que los fijos de Illunbe quiten las interrogaciones de la frase con la que ayer se desped¨ªan: ¡°?Hasta el a?o que viene?¡±.
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