¡°Euskadi es mi tierra y la amo. Me gustar¨ªa poder vivir y votar aqu¨ª¡±
¡°La paz es una cosa muy abstracta. Yo quiero convivencia en libertad¡±, afirma el exgobernador civil de Gipuzkoa
Fueron solo cuatro a?os, de 1987 a 1990, pero los recuerda con crudeza, marcados por el terrorismo. El exgobernador civil de Gipuzkoa, Jos¨¦ Ram¨®n Go?i Tirapu, ha publicado ahora Mi hijo era de ETA (Espasa), un libro en el que recoge el drama personal que supuso descubrir c¨®mo ingres¨® en la organizaci¨®n criminal que intent¨® asesinarle uno de sus v¨¢stagos.
Pregunta. ?Qu¨¦ se siente cuando se destapa algo as¨ª?
Respuesta. Una de las contradicciones m¨¢s impresionantes que se pueden imaginar. Chocaron el amor hacia un hijo, que est¨¢ incrustado en los genes, con el rechazo profundo que siempre me ha generado la violencia, contra la que incluso he luchado desde mi responsabilidad pol¨ªtica. Si hubiese tenido la posibilidad de estar con ¨¦l, habr¨ªa tratado de convencerle para que se entregara, porque habr¨ªa sido m¨¢s liberador que estar toda la vida en esa c¨¢rcel llamada ETA, donde es dif¨ªcil entrar, pero de la que es casi imposible salir.
P. ?Considera que no ha sido un buen padre?
R. He sido el padre que he podido ser con ¨¦l. Le quer¨ªa much¨ªsimo e incluso cuando le reprend¨ªa le estaba demostrando ese cari?o. El problema es que hay elementos externos a m¨ª que envenenan a la sociedad y son los que facilitan que surjan monstruos capaces de matar. Si yo hubiera estado en Madrid, mi hijo no habr¨ªa sido nunca de ETA, pero tampoco puedo arrepentirme de haber vivido en Euskadi. La historia es como es.
P. ?Fue feliz el pasado 20 de octubre?
R. Toda la esperanza que yo he tenido siempre se desbord¨® en ese momento. Por mi propio hijo y por el conjunto de la sociedad. Yo vivo en Madrid ahora, pero esta es mi tierra y la amo. Me gustar¨ªa vivir y votar aqu¨ª. No es necesaria ninguna etiqueta pol¨ªtica para poder amar una tierra.
P. Afirma usted en su libro que ETA ha cesado, sobre todo, por una cuesti¨®n econ¨®mica.
Perfil
Jos¨¦ Ram¨®n Go?i Tirapu naci¨® el 31 de agosto de 1942. Vio la luz en Barcelona, aunque por casualidad, ya que sus ascendentes son navarros. Vinculado al PSOE con la llegada de la democracia, no tard¨® en ocupar distintos cargos p¨²blicos. Fue gobernador civil de Gipuzkoa entre 1987 y 1990, a?os de plomo por la intensa actividad terrorista de ETA. Miembro de una familia numerosa, en la actualidad reside en Madrid, aunque conf¨ªa en volver a Euskadi junto al hijo que le arrebat¨® la banda.
R. Han sido diversas facetas en realidad. El acoso policial, por ejemplo, ha sido fundamental. Si hubiera 40 comandos en Gipuzkoa, seguir¨ªan asesinando hoy en d¨ªa, como en los a?os de plomo. Pero llega un momento en el que si no tienes para comer, el ideal pasa a un segundo lugar. Cuando es mundo dej¨® de recibir dinero y su masa social se qued¨® sin nada que llevarse a la boca, por el acoso pol¨ªtico y policial, se inici¨® una reflexi¨®n que plante¨® la vuelta a las instituciones como salida. Desde la Diputaci¨®n de Gipuzkoa recaudan ahora mucho m¨¢s que antes con la extorsi¨®n. Los empresarios ya no pagan el impuesto revolucionario, sino el impuesto normal. Y con ese dinero, los nacionalistas deciden legalmente subvencionar a quien quieren.
P. ?Es una apuesta definitiva la de la pol¨ªtica en exclusiva?
R. ETA tiene hoy muy poca capacidad. Y si alguien planteara una escisi¨®n, tendr¨ªa el rechazo de quienes ahora mandan en ese mundo de proetarras, que no son otros que quienes gobiernan las instituciones.
P. Equipara usted al nacionalismo vasco con ETA.
R. Son ellos quienes dicen que son nacionalistas. No todo el nacionalismo vasco es ETA, pero s¨ª que ha habido una cierta simbiosis en algunos momentos. Creo, no obstante, que hay que empezar a pasar p¨¢gina en muchas historias. Hoy cada uno ha de ser libre para ser todo lo diferente que le d¨¦ la gana. Eso es la democracia. La paz, en cambio, es una cosa mucho m¨¢s abstracta. Yo quiero convivencia en libertad, entre todos, aunque dentro de lo que son las leyes, claro. Entiendo, por esto mismo, que no se puede hacer una ley especial para perdonar todos sus delitos a quienes quieren dejar de matar. Las leyes est¨¢n para cumplir, aunque no todo se pueda castigar con ellas.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. ETA lleva 44 a?os asesinado, con una media de un atentado cada 15 d¨ªas. Eso no hay qui¨¦n lo aguante. Solo hay que imaginar el miedo que produce un asesinato y multiplicarlo por todas esas veces. Producir terror en una sociedad de forma continuada no est¨¢ tipificado como delito en el C¨®digo Penal, aunque ese ha sido el efecto m¨¢s devastador de la violencia armada. El dolor de las v¨ªctimas, adem¨¢s, es eterno y no prescribe.
No se pueden perdonar los delitos a quienes quieren dejar de matar¡±
P. Tambi¨¦n reconoce que han existido torturas policiales y no han contribuido a la soluci¨®n.
R. Lo han dicho los jueces. Es algo que ha ocurrido y producido much¨ªsimo da?o a la sociedad, no solo a los etarras torturados. Ha sido uno de los grandes desaciertos en la lucha contra el terrorismo, pero no siempre fueron los mandos sus responsables. Muchas veces, la culpa era los malos funcionarios de polic¨ªa. Era m¨¢s f¨¢cil torturar que investigar durante un a?o. Para evitarlo, en mi ¨¦poca de gobernador civil yo plante¨¦ que sin pruebas previas no se practicaran detenciones.
P. Ha mencionado a las v¨ªctimas. ?Las considera decisivas para consolidar el nuevo escenario sin violencia?
R. Su papel es muy importante, aunque lo decisivo ser¨ªa que los partidos se pusieran de acuerdo en la forma de actuar. Como se hizo en el conjunto de Espa?a tras la dictadura. Los liderazgos pol¨ªticos son los que act¨²an sobre la sociedad. Los partidos deber¨ªan fijarse m¨¢s en esta y menos en el voto, que a veces traiciona los intereses reales de los ciudadanos.
P. ?Va a ser posible ese acuerdo que reclama?
R. Estamos en el buen camino para solucionar tanto sufrimiento, aunque la nueva etapa va a durar a?os. Los soci¨®logos dicen que unos 40, pero yo espero que en pleno siglo XXI seamos capaces de hacerlo antes.
P. ?Conf¨ªa en volver a ver a su hijo?
R. Desde luego. Y en tirarle de los pelos en cuanto le vea y reprenderle por todos los desgarros que me ha hecho y que se ha hecho a s¨ª mismo. Y luego abrazarlo, claro.
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