La sabana se fusiona con el mar
Un rinoceronte, una jirafa y un le¨®n desfilan junto a la ballena Baly por las calles de Bilbao

¡ª?Ya?
¡ª No.
¡ª ?Ahora?
¡ª No.
¡ª?Cu¨¢ndo?
¡ª Cuando vengan.
Asier, de tres a?os, esperaba junto a sus padres en primera fila de la Gran V¨ªa de Bilbao lo que se ha convertido en uno de los principales actos para ni?os de la Aste Nagusia, El vuelo de la ballena, el desfile que recorre la principal arteria de la ciudad con una pl¨¦yade de animales marinos y este a?o como novedad acompa?ados de otros procedentes de la sabana. Asier no aguantaba m¨¢s la espera y vaci¨® su bolsa de confeti antes de que empezaran a sonar los tambores de la formaci¨®n italiana Sbandieratori di Firenze que abrieron el desfile y, desde luego, sin hacer mucho caso a las recomendaciones de su madre de no lanzar los papelitos antes de tiempo.
Minutos antes de que la ballena Baly y su peculiar familia, compuesta por un pulpo, un txangurro y su beb¨¦ y un besugo, atrajeran las miradas de ni?os y adultos, miles de familias guardaban sitio en la Gran V¨ªa. La cuenta atr¨¢s pasaba mientras los peque?os mordisqueaban los bocatas de la merienda, apuraban bolsas de gusanitos y patatas o se llevaban a la boca alg¨²n tipo de gominola.
Unos exploradores precedieron a las nuevas incorporaciones
Los primeros gritos comenzaron cuando 10 minutos antes de la hora acordada dos camiones lanzaron bolsas de confeti a los asistentes y algunos lo confundieron con el inicio del desfile. Tan importante parec¨ªa conseguir un buen hueco a ambos lados de la calle como hacerse con una de las bolsitas entre los saltos y brazos de padres y de algunos ni?os. Incluso los hubo que salieron corriendo tras el cami¨®n en un intento desesperado de hacerse con el bot¨ªn.
¡°Ya empieza, ya empieza¡±, gritaban algunas madres a sus hijos, tal vez incluso m¨¢s nerviosas que los propios ni?os. ¡°La ballena, la ballena, la ballena¡±, canturreaban los ni?os mientras se asomaban ansiosos al extremo de la calle para comprobar si todo se desarrollaba seg¨²n lo previsto. Los componentes de Sbandieratori di Firenze se llevaron los primeros aplausos al lanzar por los aires y recoger como si tal cosa las banderas que previamente hab¨ªan agitado. Los gritos y los movimientos compulsos de los ni?os comenzaron a multiplicarse, ya pod¨ªan divisar como Baly se acercaba.
Si Asier, un apasionado de los animales, seg¨²n su padre, esperaba con locura la llegada de la jirafa y el rinoceronte, Ainara, de siete a?os, acompa?ada por sus primas, aseguraba que su personaje favorito era la ballena Baly, aunque no le hizo mucha gracia el chorro de agua con el que les recibi¨® el animal.
Como ya es tradici¨®n, el Orfe¨®n San Ant¨®n Abesbatza, compuesto por 40 personas acompa?¨® a la ballena, mientras que la formaci¨®n Sama Siku precedi¨® al beb¨¦ txangurro a lo largo del desfile. Al paso de cada animal, los ni?os tomaban la calzada con la intenci¨®n de tocarlos o al menos verlos de cerca o intentar coger los redondeles de papel que el pulpo expulsaba por los extremos de sus patas.
Las nuevas incorporaciones no defraudaron. Unos exploradores anunciaron la llegada del rinoceronte, la jirafa y el le¨®n. La sabana africana lleg¨® al centro de Bilbao mientras miles de ni?os jaleaban y miraban emocionados a sus padres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.