A votar en medio de la crisis y sin ETA

Un a?o y un d¨ªa despu¨¦s del cese definitivo de la violencia de ETA, los vascos est¨¢n llamados el pr¨®ximo 21 de octubre a decidir su nuevo Parlamento. Las d¨¦cimas elecciones auton¨®micas desde 1980 son la consecuencia directa de la soledad pol¨ªtica del PSE-EE para sostener a su primer Gobierno vasco ante el reto imposible de adecuar un presupuesto que asegure en 2013 el nivel de gasto social bajo un escenario econ¨®mico atormentado por la progresiva ca¨ªda de la recaudaci¨®n. Este adelanto precipitado de la legislatura, que no sorprendi¨® a nadie aunque desnud¨® a cuantos socialistas se hab¨ªan esforzado en apostar por un mandato m¨¢s prolongado, fue anunciado ayer por el lehendakari, Patxi L¨®pez, al t¨¦rmino de un Consejo extraordinario de Gobierno.

Con su decisi¨®n, L¨®pez acalla las voces de quienes, desde que el PP rompi¨® el 7 de mayo su pacto ¡°por el cambio¡± con el PSE-EE, le vienen acusando de prolongar su mandato para rentabilizar pol¨ªticamente su f¨¦rrea oposici¨®n a los recortes sociales del Gobierno central, al tiempo que garantiza la continuidad de centenares de afiliados y simpatizantes socialistas en los cuadros de la Administraci¨®n vasca. Al tiempo, al acortar la legislatura da la raz¨®n a cuantos le advirtieron insistentemente de que su soledad en el Parlamento le imped¨ªa encarar en condiciones de solvencia la elaboraci¨®n de unos Presupuestos asumibles. El lehendakari ha comprobado que la progresiva ca¨ªda de la recaudaci¨®n desestabiliza las cuentas para mantener el actual nivel de prestaciones sociales y que, aunque lejos a¨²n de un escenario de emergencia, el v¨¦rtigo de un escenario econ¨®mico en abierta recesi¨®n obliga a un inaplazable acuerdo parlamentario de amplio espectro.

Con su previsible llamada a las urnas, largamente esperada sobre todo por el PNV, L¨®pez evita tambi¨¦n el c¨¢liz de elaborar unos Presupuestos que le pod¨ªan atrapar peligrosamente. Es indudable que la angustiosa falta de recursos, que retrotraen a cifras de hace seis a?os, le habr¨ªan obligado a proyectar unos inapelables recortes que le sumir¨ªan en una abierta contradicci¨®n con su actual din¨¢mica de oposici¨®n al Gobierno central, a quien no deja de descalificar por el maltrato que propicia al estado de bienestar.

La pugna entre PNV y EHB en cuestiones soberanistas puede acaparar la campa?a

Como gobernante, el lehendakari prepara su salida del poder avisando al resto de la clase pol¨ªtica de que es imposible mantener las actuales cifras de gasto en un clima de inestabilidad econ¨®mica. Lo enfatiz¨® ayer en un discurso donde destil¨® los logros de su acci¨®n de gobierno en un contexto convulsionado desde el primer d¨ªa por la crisis y el ninguneo de la oposici¨®n. Para L¨®pez, cuyo futuro se sit¨²a lejos de Euskadi en su supuesto de que exista posibilidad de un acuerdo con el PNV, el mero hecho de que ETA ya no exista y que en Euskadi se asista a un clima de normalidad pol¨ªtica justifica la hist¨®rica llegada de los socialistas al Gobierno vasco. En el PP, tambi¨¦n lo creen as¨ª, aunque ahora luchan en trincheras electorales distintas. Fuera de ah¨ª, existe otra realidad y a partir de hoy, con el calendario electoral por fin sobre la mesa, empezar¨¢ a demostrarse.

Sin decirlo, el lehendakari teme que su angustiosa llamada para convertir la respuesta a la crisis en un asunto de pa¨ªs quede ninguneada por el medi¨¢tico pulso que PNV y Euskal Herria Bildu (EHB) mantendr¨¢n en su cuita pendiente por qui¨¦n lidera el voto identitario. Si as¨ª fuera, el PSE-EE perder¨ªa buena parte del foco, aunque, a cambio, dispondr¨ªa de todo un espacio para acomodar su discurso social sobre los mimbres con los que L¨®pez viene ensayando c¨®modamente en los ¨²ltimos meses.

Con todo, el lehendakari sabe que la llegada de las elecciones coge a su partido en un momento de forma muy superior al que le hab¨ªa sumergido el pacto pol¨ªtico con el PP, sobre todo despu¨¦s del fin del terrorismo. Adem¨¢s, es f¨¢cilmente presumible que hasta el 21-O L¨®pez no desaproveche la oportunidad de rentabilizar al m¨¢ximo los minutos de descuento que le restan a su Gobierno para proyectar un n¨ªtido discurso socialista que avive m¨¢s a¨²n su antagonismo con la pol¨ªtica liberal del PP y, de paso, ahondar en la defensa del autogobierno.

El ¡®lehendakari¡¯ rentabilizar¨¢ hasta el final su rechazo a los recortes del PP

Enfrente estar¨¢ el PNV, convencido de que, por fin, le aguarda en un par de meses la responsabilidad de gobernar, desde la condici¨®n de principal favorito en todos los sondeos para volver a ganar unas elecciones auton¨®micas en Euskadi. Eso s¨ª, en unas condiciones jam¨¢s conocidas: en un escenario sin ETA, con un candidato in¨¦dito (I?igo Urkullu) y en medio de una crisis que condiciona el programa electoral y la futura acci¨®n de gobierno.

Hasta entonces, Euskadi se sumerge en una abierta confrontaci¨®n pol¨ªtica a la que concurrir¨¢n todas las sensibilidades, aportando as¨ª el elemento desequilibrante en la composici¨®n de un nuevo Parlamento donde el juego de mayor¨ªas se antoja sugerente, habida cuenta de la geometr¨ªa variable a la que ha contribuido la apuesta democr¨¢tica de la izquierda abertzale. Ser¨¢ el momento para comprobar si es factible cumplir con la reiterada exigencia de que Euskadi necesita un gobierno fuerte para salir de la crisis como han proclamado todos los agentes sociales, especialmente la patronal. Y es que parad¨®jicamente todo hace presagiar que nadie superar¨¢ el 21-O los 25 esca?os de que ahora dispone el partido que sostiene a Patxi L¨®pez; es decir, quien gane se ver¨¢ impelido a conciliar con urgencia un pacto siquiera puntual para sacar adelante el reto m¨¢s inmediato y necesario que supondr¨¢ adecuar un Presupuesto para el nuevo a?o, la misma exigencia que ahora ha provocado este comprensible adelanto electoral.