Toreros y pol¨ªticos¡ vascos
Al menos durante los siglos XIX y XX la pol¨ªtica y las corridas de toros se han entremezclado en numerosas ocasiones. Tambi¨¦n en Euskadi. Y tambi¨¦n son numerosos los ejemplos ilustrativos de la ambivalencia y arraigo entre los practicante de la lidia y el ejercicio de la pol¨ªtica. Entre las numerosas personalidades que conjugaron estos dos aficiones ¡ª?o artes?¡ª se encontraba Ferm¨ªn Zugazagotia, padre de Juli¨¢n Zugazagoitia, quien en los primeros a?os del siglo XX trabaj¨® de picador de reses bravas, con numerosas actuaciones en el coso de Vista Alegre, entre otras plazas. Solo unos a?os m¨¢s tarde ejercer¨ªa de concejal socialista en el consistorio bilba¨ªno.
Igualmente, Jos¨¦ Beascoechea San Vicente, t¨ªo del matador de toros Chiquito de Bego?a, ejerci¨® de banderillero a las ordenes de varios espadas locales, entre las temporadas de 1903 y 1905. Los a?os siguientes form¨® parte de la bancada de concejales socialistas bilba¨ªnos. Su sobrino, el estoqueador republicano Rufino San Vice nte, tras el final de la Guerra Civil ¡ªal igual que Diego Marzquiran, Fortuna¡ª, no tuvo m¨¢s remedio que exilarse en el continente americano, donde falleci¨®.
Aunque seguramente el caso m¨¢s sorprende de un practicante del arte de C¨²chares y posteriormente pol¨ªtico profesional sea el de Gabino de Orbe, en 1919 investido alcalde de Bilbao en representaci¨®n del PNV. Entre sus actuaciones m¨¢s conocidas ¡ªel d¨ªa de San Ignacio de 1890¡ª actu¨® de banderillero de Ram¨®n Rovira, Valenciano, junto a quien despach¨® un encierro de la ganader¨ªa navarra de Lastur, coincidiendo con la inauguraci¨®n de la plaza de toros de Algorta. Posteriormente, ejerci¨® de apoderado del novillero Guerrerito.
En cualquier caso, la afici¨®n a los toros causaba problemas graves a algunos militantes nacionalistas. As¨ª, en 1915, uno de los chismorreos m¨¢s extendidos en las tertulias de los caf¨¦s bilba¨ªnos se refer¨ªa a la expulsi¨®n del PNV de los conocidos aficionados a los toros Araminto de Beascoechea y Esteban Macazaga, quien muchos a?os despu¨¦s ocup¨® la presidente del Club Cocherito y de la Junta Admirativa de Vista Alegre, acusados de faltar gravemente al reglamento interno del partido sabiniano, despu¨¦s de actuar de primeros espadas en una becerrada ben¨¦fica a favor de los obreros en paro de la Margen Izquierda.
Unos meses despu¨¦s de concluida la Guerra Civil, fue igualmente expulsado del Partido Nacionalista Vasco Manuel de la Sota, hijo del famoso naviero, acusado de presentar una conferencia del escritor franquista Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo, especialista en literatura taurina.
No son menos famosas las aventuras en los redondeles del pol¨ªtico radical Jon Idigoras, quien ejerci¨® de primer espada, y vestido de luces, en las plazas de toros de varias localidades vizca¨ªnas, incluida una funci¨®n en Amorebieta que presid¨ªa una gigantesca bandera espa?ola.
Aunque seguramente el primer ciudadano vasco que se exili¨® en el sur de Francia por motivos pol¨ªticos fuese el matador de toros durangu¨¦s Domingo Mendivil Belocortu, un partidario del Partido Progresista Republicano del doctor Ezquerzo, junto a quien particip¨® en el proceso revolucionario que puso el punto y final al reinado de Isabel II en 1868.
Antonio Fern¨¢ndez Casado es autor del libro Toreros de hierro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.