Amores nada evidentes
El cantautor Carlos Chaouen canta a los amores audaces y valientes en la sala Galileo Galilei
Agoniza agosto, pero la capacidad de convocatoria de Carlos Chaouen, que casi llen¨® anoche la Galileo Galilei, se mantiene intacta. Nunca ha sido el gaditano hombre de grandes audiencias, pero es dif¨ªcil sustraerse al encanto de ese repertorio de cantautor nada cansino, ni evidente, ni abonado a dogmas o grandes certezas. Concienciado (ayer cay¨®, como otras veces, un homenaje al pueblo sirio), pero no panfletario. M¨¢s cercano de Quique Gonz¨¢lez que, digamos, a Silvio Rodr¨ªguez. Y ¨¢vido investigador de los insondables enigmas amorosos m¨¢s que de solemnes banderas.
El de San Fernando suma ya siete trabajos con las relaciones humanas como prioritario hilo argumental. Resolver el enigma por el que tan pronto admiramos a alguien como le relegamos al desd¨¦n es tan complejo como un sudoku m¨²ltiple, pero Juan Carlos S¨¢nchez Ceballos sigue en sus trece. No hay nada tan recurrente como una canci¨®n de amor, pero las de Chaouen seducen por sus enfoques nada evidentes. Exigen redoblar la atenci¨®n y, en ocasiones, adolecen de estribillos claros, de esos que se nos enredan en la memoria. Si as¨ª fuera, acaso este melenudo de mirada esc¨¦ptica y voz arrastrada estar¨ªa code¨¢ndose con las m¨¢s grandes firmas del gremio.
Carlos podr¨ªa ganarse la vida como el experto en psicoan¨¢lisis que es, pero prefiere exorcizar en forma de verso los demonios ajenos y propios. Le canta a los amores audaces y valientes (¡°El que quiera carne, que se queme y regale un sol¡±, en Amapola) o a los regalos menos cuantificables de la vida (¡°C¨®mo se miden las ma?anas moribundas¡±). Y en Respirar, eleva el list¨®n con un tema, Flores secas, que ayer disemin¨® un halo de estremecimiento. ¡°No me eches de menos, que el recuerdo es un veneno¡±, sugiere ese tratado sobre p¨¦rdidas y ¨²ltimos trenes. Uno de sus dos aliados en escena, Alejandro Mart¨ªnez, adelant¨® el tema central (Orgullo) de su nuevo disco. Y el p¨²blico acab¨® core¨¢ndolo, aunque no lo hubiese escuchado antes. Eso es, quiz¨¢s, lo ¨²nico que le falta a Carlos.
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