Celtib¨¦rico estado de confusi¨®n
Que un Gobierno apoyado por el PP publicite un proyecto de independencia de Catalu?a raya en el surrealismo
Es aplastantemente l¨®gico que la ciudadan¨ªa que de pronto se descubre viviendo en estado de emergencia econ¨®mica eche la culpa de sus males a los Gobiernos en plaza. ?C¨®mo no hacerlo si, adem¨¢s, los partidos que gobiernan tanto en Espa?a como en Catalu?a aseguraban que solo ellos, las derechas, ten¨ªan la f¨®rmula para superar la crisis? A estas alturas, sin embargo, est¨¢ bastante claro que ni el Gobierno de Mariano Rajoy ni el de Artur Mas disponen de la f¨®rmula para salir de la recesi¨®n.
Uno y otro se dedican con insincero empe?o a aplicar la receta de la austeridad presupuestaria, b¨¢sicamente traducida en recortes de gastos sociales y salarios y regalos fiscales a las grandes fortunas, exigida por autoridades econ¨®micas que est¨¢n fuera de Espa?a, en Berl¨ªn, Bruselas o en las sedes de los grandes bancos de negocios, en Londres o Nueva York. Pero ambos saben ya, como reconoc¨ªa hace un par de meses un alto dirigente de Converg¨¨ncia con importantes responsabilidades de gobierno, que ¡°la receta es mala y, por tanto, no puede funcionar¡±.
Con este eslogan, la denuncia de la austeridad como receta err¨®nea para salir de la crisis econ¨®mica, gan¨® el socialista Fran?ois Hollande las elecciones en Francia antes del verano, pero luego esa victoria ha resultado insuficiente para provocar un giro a la pol¨ªtica econ¨®mica a escala europea que tenga en cuenta las necesidades de los pa¨ªses del sur. No se ha materializado en una propuesta de pol¨ªtica econ¨®mica europea para el crecimiento ni en las reformas institucionales que la hagan pol¨ªticamente posible, como piden intelectuales alemanes de tanto peso como J¨¹rgen Habermas.
Mientras este giro llega, el espect¨¢culo interno catal¨¢n dif¨ªcilmente puede ser m¨¢s penoso. Con la recaudaci¨®n fiscal por debajo de los m¨ªnimos necesarios para pagar los salarios, el consejero de Econom¨ªa, Andreu Mas Colell, ha pasado de solicitar 5.023 millones de euros de un todav¨ªa inexistente Fondo de Liquidez Auton¨®mica a mendigar al Ministerio de Hacienda un cr¨¦dito puente o cualquier otro mecanismo financiero con el que poder llegar a finales de septiembre. Pero el ministro de Hacienda es, todav¨ªa, el mismo Crist¨®bal Montoro que hace un par de meses anunci¨® enf¨¢ticamente en el Congreso de los Diputados eso que ahora el presidente Rajoy define como ¡°la realidad¡± pura y dura: ¡°No hay dinero, se?or¨ªas, no hay dinero¡±. Dicha por un ministro de Hacienda, fue una frase para la historia.
La cruda realidad es que este fondo de liquidez no existe todav¨ªa
Como el Ministerio de Hacienda no tiene dinero y a la Generalitat se le han cerrado los mercados financieros, el Gobierno de la derecha nacionalista catalana dirigido por Mas se encuentra en la contradictoria situaci¨®n de tener que fiar, no ya su pol¨ªtica presupuestaria, sino su mero d¨ªa a d¨ªa, su magra tesorer¨ªa, a lo que buenamente le quiera facilitar el Gobierno de esa Espa?a de la que al mismo tiempo asegura que quiere independizarse. Lo que quiera o lo que pueda prestarle, porque la cruda realidad es que este fondo de liquidez no existe todav¨ªa, mientras que lo que s¨ª ha comenzado es una angustiosa carrera entre Gobiernos aut¨®nomos para ver qu¨¦ porci¨®n le arrancar¨¢ cada uno. Primero fue Valencia; ayer, Sevilla. Y continuar¨¢.
No es, desde luego, el escenario ideal para a?adir proclamas independentistas desde Barcelona, por mucho que solo fuera para dar un toque m¨¢s nacionalista a la conmemoraci¨®n del Onze de Setembre. Sin embargo, esto es lo que en las ¨²ltimas semanas impulsa el principal partido del Gobierno catal¨¢n, Converg¨¨ncia. Que el sost¨¦n parlamentario de este Gobierno sean los diputados del mismo Partido Popular (PP) que presume de su nacionalismo espa?olista da a la pol¨ªtica catalana un punto de surrealismo muy celtib¨¦rico.
Para quienes tienen una cierta edad, es un panorama que lleva a echar de menos a figuras del periodismo pol¨ªtico como Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n o Luis Carandell, que entre otras virtudes ten¨ªan la de saber convertir en lecciones morales los aspectos grotescos de contradicciones de este calibre. Que alguien pretenda hacer creer a la ciudadan¨ªa catalana que es serio un supuesto proyecto de independencia de Catalu?a dirigido por un Gobierno en quiebra presupuestaria sostenido por los diputados del PP, es puro chiste. Es algo digno de Celtiberia Show. Mientras tanto, sin embargo, los recortes sociales no cesan.
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