¡°Para salvar vidas se perder¨¢ un importante patrimonio forestal¡±
La Ley de Viviendas Rurales, cuestionada por dejar construir en pleno campo


El incendio que la semana pasada arras¨® alrededor de 1.200 hect¨¢reas en Robledo de Chavela y Valdemaqueda, con viviendas construidas hace d¨¦cadas al libre albedr¨ªo, en zonas de dif¨ªcil acceso para desesperaci¨®n de los bomberos y retenes forestales, ha abierto un frente inesperado para el Gobierno regional. Con el ejemplo de la sierra oeste de Madrid todav¨ªa candente, los partidos de la oposici¨®n y otras instituciones entienden que la Ley de Viviendas Rurales Sostenibles, que a falta de ser aprobada permitir¨¢ construir a partir de m¨¢s de seis hect¨¢reas en suelo rural que no est¨¦ protegido ambientalmente, multiplica el peligro de siniestros similares en el futuro.
¡°Adem¨¢s de aumentar exponencialmente el riesgo de incendios forestales en la interfaz urbano-forestal que se crease, introduce de forma masiva el riesgo sobre las personas que dificulta y limita extraordinariamente los trabajos de extinci¨®n¡±, recoge el colegio de Ingenieros de Montes en sus alegaciones a la normativa. Dentro del mismo Ejecutivo de la Comunidad de Madrid empiezan a proliferar quienes comparten la tesis.
¡°Hay que tener en cuenta que cuando se extingue un incendio forestal se lleva a cabo con arreglo a prioridades, la primera de las cuales es salvar vidas humanas. A tal fin se tienen localizados los n¨²cleos habitados, que se incrementar¨¢n de tal modo si se aprueba este proyecto de Ley que la actuaci¨®n de extinci¨®n con estas viviendas dispersas por el monte se har¨¢ verdaderamente complicada. Con toda certeza, para salvar vidas humanas se perder¨¢ un importante patrimonio forestal¡±, insiste el documento, firmado por el decano del colegio de ingenieros, Carlos del ?lamo a fecha 21 de junio. ¡°Entiendo que cuando se conceda la licencia pertinente estar¨¢ prevista la conservaci¨®n del entorno, incluido el riesgo de incendio, en el informe t¨¦cnico pertinente¡±, apuntaba ayer Del ?lamo.
¡°Quien m¨¢s cuida el monte es quien m¨¢s vive en ¨¦l. Adem¨¢s, ?por qu¨¦ se da por supuesto que el acceso a estas residencias ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil?¡±, replican desde la consejer¨ªa de Medio Ambiente. Su titular, Ana Isabel Mari?o, asegur¨® en el pleno monogr¨¢fico de la Asamblea de Madrid del pasado 25 de julio que la nueva ley servir¨¢ ¡°para detectar acciones ilegales y prevenir los incendios forestales¡±. ¡°Un factor clave para la detecci¨®n temprana de los incendios, como para extinguirlos y evitar su propagaci¨®n es la presencia urbana. Esta ley recoge el esp¨ªritu de estas recomendaciones¡±, argument¨® entonces Mari?o. ¡°Y unos huevos, la dispersi¨®n de casas por el monte nos lo va a poner muy feo... Aqu¨ª la gente no tiene la cultura del campo que en el Norte, a ver cu¨¢ntos urbanitas van a limpiar los rastrojos y los restos que provoquen¡±, reflexiona un bombero que ha participado en las tareas de extinci¨®n de Robledo y Valdemaqueda. ¡°Resulta ciertamente iluso pensar que por permitir el uso residencial del monte el residente va convertirse en un agente activo de su cuidado¡±, es el pensamiento de los ingenieros de montes.
¡°Es un disparate que supondr¨¢ un coste para la prevenci¨®n alt¨ªsimo... ?Pero si va en contra de la Ley de Montes estatal¡±, critica el diputado socialista Antonio Fern¨¢ndez Gordillo. ¡°Cuanto m¨¢s dispersas las construcciones, mayor peligro de no atajar los incendios¡±, apostilla Carmen Villares, diputada de IU. ¡°Un rescate en viviendas dispersas hace imposible seguir el protocolo de los retenes de extinci¨®n de incendios¡±, zanja Gabriel L¨®pez, de UPyD.
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