Teatro para remover conciencias
Los montajes te?idos de denuncia abundan en la nueva edici¨®n de T¨¤rrega
Fira T¨¤rrega, que se celebra hasta la madrugada del lunes en la capital del Urgell, persigue este a?o sacudir la conciencia de los espectadores con montajes arriesgados, at¨ªpicos y te?idos de originalidad. La compa?¨ªa mexicana Seres Comunes, con la obra Descomposici¨®n, dio ayer buena muestra de ello. La protagonizan dos j¨®venes de diferente clase social, ligados por su afici¨®n al tequila, a las mujeres, al poder y a la corrupci¨®n. Mediante un intenso di¨¢logo, muestran los prejuicios sociales que perviven en el M¨¦xico actual.
¡°El poder no tiene sentimientos nobles, a veces ni sentimientos, porque en pol¨ªtica las palabras lo sustituyen todo y lo que no es palabra es campa?a¡±, grita uno de los protagonistas a su amigo. La familia de uno es poderosa y adinerada, mientras que el otro se las ingenia para subsistir y escalar socialmente. Hay parejas rotas por sobornos, resentimientos, violencia y cigarrillos esparcidos en despachos del Congreso.
¡°M¨¦xico no es como sale en las telenovelas¡±, dicen los personajes, interpretados por Antonio Rojas y Mario Eduardo D¡¯Le¨®n. La tenue l¨ªnea que separa la vida de una muerte violenta en el momento m¨¢s inesperado recorre la obra, en referencia a la multitud de asesinatos que se suceden diariamente en el pa¨ªs. ¡°Lo ¨²nico que necesitas saber es que dentro de tu portafolio est¨¢ el resto de tu vida; hoy voy a morir¡±, retruena en la sala.
En el montaje tambi¨¦n hay espacio para el humor, para la poes¨ªa y la esperanza, con evocadoras descripciones del paisaje latinoamericano. ¡°La luz ¨¢mbar acaricia los ¨¢rboles con pereza. Todo est¨¢ en calma en este lugar, el r¨ªo apenas susurra¡¡±. En realidad, con su narraci¨®n los personajes intentan clavar pu?ales en la conciencia del p¨²blico, al que interpelan en numerosas ocasiones. Para conseguir este efecto, Descomposici¨®n se rodea de una escenograf¨ªa pr¨¢cticamente inexistente, sin cambios de luces ni cuarta pared. Adem¨¢s, los dos actores se cambian de vestuario en el escenario, brindan bebidas (tequila, como no) al p¨²blico y hacen a la vez de narradores en un juego metrateatral.
En la obra R¨¦v¨¦lation, de la compa?¨ªa A Part Etre, seis bailarinas tambi¨¦n buscan en la Fira de T¨¤rrega denunciar otra violencia, en este caso la de la mujer en un espect¨¢culo de danza en la calle que plantea las diferentes agresiones que ha sufrido el g¨¦nero femenino a lo largo de la historia.
Cal Trepat, un espacio singular de T¨¤rrega, es la sede estos d¨ªas de Ferro Colat, de Amebeu Teatre, una propuesta multidisciplinar orquestada por Josep Rodri. En una f¨¢brica cualquiera, sin nombre, florecida durante la Revoluci¨®n Industrial, se muestra el recorrido de vital y las condiciones de trabajo de los empleados. Y desde centurias diferentes y con un m¨¦todo completamente distinto, el espect¨¢culo urbano Br2, de los Brodas Bros, muestra las consecuencias de otra realidad en marcha; el cambio clim¨¢tico. Se sit¨²a en el a?o 2222, cuando la oscuridad se cierne sobre el planeta porque el mundo se ha quedado sin luz a causa del cambio clim¨¢tico. Unos robots portentosos desprenden luces de ne¨®n y son los encargados de proveer de entretenimiento a los humanos, mientras danzan provocando carcajadas en un af¨¢n por demostrar que a¨²n queda esperanza para cambiar el futuro.
Adem¨¢s, en esta edici¨®n de la Fira de T¨¤rrega hay espacio para todo, incluso para fiestas, como la que se sucede en la obra Que vaya bonito (una de terraos) de Teatrodecerca. El p¨²blico est¨¢ convocado a una noche festiva para despedir a uno de los tres personajes, que se marcha a vivir al extranjero. Los espectadores pasan a una terraza donde les sirven comida y bebida. Mientras, en el centro, tres hermanos, cuando el alcohol hace mella en sus almas, descubren sus problemas y sus v¨ªnculos familiares.
Bajo un sol de justicia, una de las asiduas a T¨¤rrega, la bailarina-clown Claire Ducreaux, ayer tambi¨¦n mostr¨® su intimidad al p¨²blico con La sonrisa del n¨¢ufrago: encarna a una vagabunda, que hace de una plaza su refugio particular. La acompa?a una escultura, pero progresivamente busca nuevos amigos entre p¨²blico para experimentar unidos nuevas emociones con el mobiliario urbano.
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