Cedeira digiere su propio caso ¡®Fago¡¯
Un atropello mortal destapa la vieja enemistad por una denuncia urban¨ªstica entre el conductor, un constructor, y la v¨ªctima, exdirector de un banco

Ni la climatolog¨ªa variable ni el baj¨®n del turismo madrile?o. En Cedeira, este agosto no se ha hablado de otra cosa que de la muerte de Juan Jos¨¦ Cheda, que fue arrollado el 10 de agosto con su coche por otro vecino, Maximino Caruncho, en el paseo mar¨ªtimo, a plena luz del d¨ªa y sin testigos. Es su particular caso Fago, porque recuerda a lo ocurrido en un pueblo aragon¨¦s donde el candidato socialista a la alcald¨ªa, Santiago Mainar, asesin¨® al alcalde popular, Miguel Grima, con una escopeta de caza tras emboscarlo en un barranco en 2007. El crimen de Huesca destap¨® una turbia historia de odios encallecidos.
En Cedeira, la v¨ªctima y presunto verdugo tambi¨¦n se odiaban. Tanto que se enredaron en una intrincada guerra judicial a cuenta de una obra de Caruncho (el conductor) que se paraliz¨® tras una denuncia de Cheda (el fallecido). Los dos ten¨ªan intereses en la construcci¨®n y hab¨ªan tenido o ten¨ªan pendientes ¡°de 18 a 20 litigios¡±, seg¨²n fuentes del caso, que los enfrentaban a ellos y a sus familias con rabia tanto en la calle como en los tribunales. Con todo, y aunque sus guerras eran bien conocidas, pocos vecinos se atrevieron a pensar que la aversi¨®n que se ten¨ªan llegar¨ªa tan lejos que acabar¨ªa en un supuesto homicidio que durante unas horas aparent¨® ser un tr¨¢gico accidente. Ocurri¨® en la calle Mari?eiro, unos minutos antes de las diez de ma?ana. Tan pronto como los nombres del conductor y de su v¨ªctima saltaron a los medios, casi ning¨²n cedeir¨¦s se crey¨® que el atropello fuera casual. Juan Jos¨¦, que viv¨ªa cerca e iba camino de su coche, fue embestido por detr¨¢s por un Suzuki peque?o conducido por Maximino. Muri¨® pr¨¢cticamente en el acto a causa de los golpes que se dio contra el asfalto y su propio veh¨ªculo. El constructor fue hospitalizado con un severo ataque de ansiedad. Antes de que acabara el d¨ªa, la Guardia Civil lo hab¨ªa detenido por un posible homicidio. Ha pasado el ¨²ltimo mes en la enfermer¨ªa de la prisi¨®n de Teixeiro (A Coru?a).
?Fue una fatal casualidad entre dos antiguos enemigos o un crimen deliberado? Cedeira entera se ha dividido en dos bandos que arropan a la familia de la v¨ªctima o se solidarizan con la del imputado. Los dos eran muy conocidos y ten¨ªan amigos y enemigos a partes iguales. Juan Jos¨¦ Cheda Garc¨ªa, de 76 a?os, se hab¨ªa jubilado como director de la sucursal local de Banesto y Maximimo Caruncho P¨¦rez, de 66, dirig¨ªa una peque?a constructora familiar que lleva su nombre y que presume de haber edificado un millar de pisos en una localidad costera del norte de A Coru?a.
Hac¨ªa a?os que los dos se hab¨ªan enemistado profundamente a ra¨ªz de una obra que Caruncho inici¨® en Mari?eiro, la calle del accidente, y que se paraliz¨® tras una denuncia por presuntas irregularidades urban¨ªsticas de Cheda, que viv¨ªa en la casa contigua. En Cedeira cuentan que las obras de la nueva construcci¨®n le hab¨ªan ocasionado grietas y otros desperfectos en su casa que le reclam¨® al constructor. Este nunca le pag¨® los destrozos y los dos se enroscaron en una espiral de denuncias y pleitos civiles.
A la familia de la v¨ªctima, bien relacionada en las esferas judiciales ¡ªcon una hija juez y un yerno fiscal¡ª, no le cabe duda de que el crimen fue intencionado y as¨ª se lo comentaron a sus allegados el d¨ªa del velatorio. La defensa de Maximino dice que el detenido niega la intencionalidad: Lo plantea como un homicidio involuntario en el que se ha cruzado por medio ¡°la fatalidad¡± de una enemistad que era vox populi. Su abogado, V¨ªctor Espinosa, pidi¨® a finales de agosto la libertad bajo fianza para el constructor por motivos de salud pero el juzgado todav¨ªa no ha contestado. Argumenta que su defendido estaba a tratamiento psiqui¨¢trico cuando atropell¨® a su vecino en un suceso del que no hay testigos directos, solo personas que apenas vieron nada.
La versi¨®n del constructor es que se despist¨® mirando hacia la Peixeira, una escultura situada en la misma carretera del accidente que su empresa ten¨ªa orden de reponer en su ubicaci¨®n original ese mismo d¨ªa despu¨¦s de un exilio forzoso. Asegura que no vio cruzar al peat¨®n y sufri¨® una crisis de ansiedad al reconocer en la v¨ªctima a su enemigo. Fuentes oficiales indican que en la calzada no hab¨ªa ni rastro de las marcas de un frenazo. La Fiscal¨ªa y la Guardia Civil, que elabora el atestado, mantienen la imputaci¨®n por supuesto homicidio.
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