La memoria de Etxeberria
El forense inaugura la exposici¨®n ¡®Exhumando fosas, recuperando dignidades¡¯ La muestra recorre las diversas fases de los trabajos
¡°Cuando era estudiante no me imaginaba que terminara haciendo una cosa as¨ª¡±. Caprichos del destino o un compromiso f¨¦rreo con una causa, pero aunque ni lo sospechara de joven, para muchos el nombre del forense Francisco Etxeberria se asocia a memoria hist¨®rica, a exhumaci¨®n de decenas de fosas de la Guerra Civil y a recuperaci¨®n de la dignidad para los que fueron ejecutados y enterrados sin justicia. El tambi¨¦n profesor de la UPV inaugur¨® ayer en el campus de la Universidad en San Sebasti¨¢n la muestra Exhumando fosas, recuperando dignidades, acompa?ado de un buen pu?ado de sus alumnos.
La exposici¨®n recoge a trav¨¦s de 34 paneles, en los que se combina informaci¨®n y fotograf¨ªas, los diversos trabajos y fases que implican la exhumaci¨®n de una fosa. Desde uno de los puntos iniciales, los informadores, ¡°hijos, testigos o due?os de terrenos que saben que all¨ª se enterr¨® a personas¡±, hasta el homenaje final que las familias brindan a sus allegados. Etxeberria, presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha participado desde 2000 ¡ªsiete a?os antes de que el Congreso aprobara la Ley de Memoria Hist¨®rica¡ª, en 120 exhumaciones en 11 comunidades, el 30% de los trabajos realizados en toda Espa?a. El forense advirti¨® que a¨²n no se han resarcido los derechos de las v¨ªctimas del franquismo, para lo que se necesita ¡°verdad, justicia y reparaci¨®n¡±.
El especialista ha participado en m¨¢s de 100 exhumaciones desde 2000
El profesor record¨® durante su intervenci¨®n, acompa?ado de la vicerrectora del campus de Gipuzkoa de la UPV, Cristina Uriarte, el factor suerte inherente a la exhumaci¨®n de unos restos. La fotograf¨ªa a escala real de una fosa pegada al suelo de una de las salas del Centro Carlos Santamaria lo atestigua.
¡°Esta fue la cuarta fosa que descubrimos en La Andaya [Burgos]. Cuando cre¨ªamos que ya hab¨ªamos terminado todos los trabajos, de repente pasamos un detector de metales que comenz¨® a pitar por las balas¡±, rememor¨® Etxeberria. El aparto no se equivocaba y los investigadores hallaron 29 cuerpos m¨¢s.
El profesor advierte que en Espa?a no se ha reparado a las v¨ªctimas
Los trabajos del forense y del resto de especialistas y alumnos que le han acompa?ado estos ¨²ltimos a?os est¨¢n plagados de an¨¦cdotas. Como el descubrimiento de un cad¨¢ver con un anillo de boda o el hallazgo de un reloj parado. ¡°Lo primero que piensas es que tal vez dej¨® de funcionar en el momento exacto en el que fue asesinado, es algo muy emocional, pero los relojes, al igual que los m¨®viles en determinados atentados siguen funcionando o sonando en la sala de autopsias¡±, puntualiz¨®.
La exposici¨®n se cierra con la foto de una anciana, ¡°una viuda¡± a la que Etxeberria pudo entregar los restos de su marido y algo casi excepcional por la imposibilidad de encontrar, por el paso del tiempo, a coet¨¢neos de los desaparecidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.