?Libertad de elecci¨®n de centro?
Si se implanta el distrito ¨²nico escolar, la Administraci¨®n deber¨¢ responsabilizarse de las escuelas poco demandadas por las familias para invertir la tendencia y que alcancen los est¨¢ndares de excelencia
Parece que la sombra de la se?ora Aguirre alcanza la Mediterr¨¤nia. La implantaci¨®n anunciada para el curso pr¨®ximo ¡°del distrito ¨²nico para el acceso a los centros sostenidos con fondos p¨²blicos valencianos¡±, a fin de garantizar la libre elecci¨®n de centro escolar por los padres, viene precedida por una actuaci¨®n similar en la Comunidad de Madrid. Una medida tal merece algunas reflexiones.
El contexto normativo: El marco jur¨ªdico del Derecho a la Educaci¨®n en Espa?a (art¨ªculo 27 de la CE y la LODE) viene definido por la consideraci¨®n de la educaci¨®n como un derecho ciudadano fundamental, garantizado por una red integrada de centros sostenidos con fondos p¨²blicos que debe asegurar a tod@s su ejercicio, reconociendo la libertad de los padres para elegir la escuela para sus hijos y la participaci¨®n de todos los miembros de la comunidad escolar en la programaci¨®n general de la Educaci¨®n. Dicho marco integra un procedimiento para acceder a aquellos, que fija una serie de criterios objetivos (proximidad al centro, renta de la unidad familiar, existencia de hermanos en el centro y de alguna discapacidad) encaminados a impedir, caso de insuficiencia de plazas, una soluci¨®n arbitraria por parte de los centros.
Este modelo de admisi¨®n ha perdurado desde 1985, tiempo suficiente para que hayan aflorado incongruencias diversas. Un ejemplo: la llamada zonificaci¨®n escolar, necesaria para ponderar la proximidad a la escuela elegida, ha devenido en una actuaci¨®n arbitraria absolutamente irrelevante para lograr mejores escuelas para todos (la calidad de las escuelas va por barrios), al tiempo que contribuye poco y mal a la escolarizaci¨®n equilibrada de los alumnos con necesidades educativas espec¨ªficas.
La propuesta: Al parecer, la propuesta incidir¨ªa en la implantaci¨®n del distrito ¨²nico para acceder a cualquier centro sostenido con fondos p¨²blicos del municipio, al tiempo que redefinir¨ªa los otros criterios prioritarios para la admisi¨®n, especialmente la existencia de hermanos en el centro. Lo regulado en la Comunidad de Madrid para el presente curso puede darnos una pista: ¡°La zona de influencia y la zona lim¨ªtrofe a la zona de influencia de los centros sostenidos con fondos p¨²blicos se determinar¨¢n de acuerdo con los siguientes criterios: a) La zona de influencia de cada centro (¡.) cuando as¨ª se determine por parte de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, ser¨¢ ¨²nica para todos los centros sostenidos con fondos p¨²blicos ubicados en un mismo municipio; b) La zona lim¨ªtrofe a la zona de influencia de cada centro abarcar¨¢ el resto de la Comunidad de Madrid¡±. Dicha regulaci¨®n incluye la ponderaci¨®n de la existencia de hermanos en el centro con 8 puntos, por 4 puntos para la zona de influencia as¨ª definida.
"El contexto sociocultural de
Primera reflexi¨®n: Quisiera pensar que estamos ante una propuesta que parte de una evidencia constatada por los estudios sobre la eficacia escolar: el contexto sociocultural de las escuelas constituye un factor muy significativo de la eficacia y calidad de las mismas. Por tanto, visto que los estudios sobre eficacia escolar muestran que los alumnos aprenden (y mucho) ¡°de y con los otros alumnos con los que comparten aulas y patios¡±, debemos esperar que la propuesta del distrito ¨²nico venga acompa?ada de un conjunto de medidas dirigidas a armonizar y/o compensar el contexto sociocultural de los centros sostenidos con fondos p¨²blicos, a fin de mejorar las posibilidades de excelencia y equidad en todos ellos.
Segunda reflexi¨®n: Tambi¨¦n quisiera pensar que se trata de una propuesta enmarcada en un programa integral de actuaci¨®n articulado en torno a algunos principios asumibles por todos: informaci¨®n, responsabilidad, equidad, calidad y libertad. As¨ª, podremos hablar de una libertad de elecci¨®n informada, a fin de que los padres puedan conocer con detalle los logros contextualizados de la escuela (el valor educativo y formativo a?adido por cada escuela) a la que confiar¨¢n la educaci¨®n de sus hijos, obviando esa obscenidad educativa de los rankings de centros, vista la contundencia de las evaluaciones de rendimiento escolar mostrando que las diferencias de resultados intracentros superan significativamente las diferencias intercentros. Tambi¨¦n hablaremos de una libertad de elecci¨®n que contribuya a promover una cultura de responsabilizaci¨®n de las escuelas en los logros de sus alumnos, pero tambi¨¦n una cultura de responsabilizaci¨®n de la propia Administraci¨®n (titular de una parte de la red escolar) en relaci¨®n con las escuelas poco demandadas por las familias y/o que no alcancen los est¨¢ndares de excelencia que se les fijen, a fin de programar su intervenci¨®n en orden inverso al ¨¦xito de aquellas.
La conveniencia de una libertad de elecci¨®n comprometida con la equidad en educaci¨®n para evitar la concentraci¨®n alumnos m¨¢s necesitados en pocos centros
Del mismo modo, debatiremos sobre la conveniencia de una libertad de elecci¨®n comprometida con el fomento de la equidad en educaci¨®n, a fin de evitar la concentraci¨®n excesiva de los alumnos m¨¢s necesitados de apoyos educativos espec¨ªficos en unos pocos centros, garantizando que aqu¨¦llos y los alumnos con elevadas expectativas podr¨¢n acceder a las escuelas m¨¢s adecuadas. Tampoco olvidaremos la necesidad de enmarcar la libertad de elecci¨®n en un procedimiento de admisi¨®n que debe potenciar la identificaci¨®n positiva alumno-escuela y alentar el compromiso expreso de las familias con los centros, rasgos caracter¨ªsticos de las escuelas que obtienen buenos resultados. Finalmente, deberemos hablar de una propuesta de admisi¨®n de alumnos trasparente, plural (no todas las plazas escolares de los centros sostenidos con fondos p¨²blicos tienen que adjudicarse por los mismos criterios de admisi¨®n) y comprometida eficazmente con el respeto del derecho de los padres a elegir la escuela de sus hijos, no fuere que ¨¦ste quede aplastado por el derecho de algunos centros (rehenes de ciertos sectores sociales) a elegir a sus alumnos.
Para finalizar, unas palabras del profesor J. Casanova: ¡°La educaci¨®n en Espa?a provoca mucho ruido y poco debate¡±. ?Ser¨¢ as¨ª otra vez? ?El ruido a prop¨®sito de la libertad de elecci¨®n de centro acabar¨¢ sepultando, una vez m¨¢s, el debate necesario sobre el marco que haga posible una libertad de elecci¨®n informada, que promueva la cultura de la responsabilidad inteligente de la Administraci¨®n y los centros y que contribuya a mejorar la equidad y la excelencia de todas las escuelas valencianas? Ser¨ªa lamentable, pero¡
Vicente D¨ªaz es inspector de carrera y profesor de la Universidad de Alicante.
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