¡°Hemos pasado de o¨ªrnos en vinilo a revisarnos en YouTube¡±
Les Luthiers vuelve a Madrid el 25 de septiembre con Lutherapia. Nos tumbamos en el div¨¢n con Mundstock, que hace de psicoanalista
Est¨¢n al caer en Madrid. Pero, hasta que lleguen, la primera sesi¨®n de Lutherapia no es cara a cara sino ¡°cable a cable¡± desde Argentina. La voz de la conciencia de Les Luthiers, el hombre que cre¨® a Mastropiero, se transmuta en psicoanalista para el ¨²ltimo espect¨¢culo, que estar¨¢ en la capital casi un mes. Es un papel que le viene peque?o porque antes fue dios y demonio. Marcos Mundstock (Santa Fe, Argentina, 1942) atiende a la paciente poco antes de que le concedan la nacionalidad espa?ola. Todos los componentes del grupo la disfrutan ya por iniciativa del anterior embajador en Buenos Aires. ¡°Espa?a es nuestro segundo hogar, desde hace 38 a?os recorremos todas sus ciudades con nuestros espect¨¢culos¡±, explica. Asegura ser el m¨¢s gracioso del grupo ¡ªaunque ¡°todos dicen lo mismo¡±¡ª y presume de que todav¨ªa se r¨ªen juntos. Seguro que 45 a?os de matrimonio a cinco voces dan para muchas terapias de grupo.
?Pregunta. ?Qu¨¦ terapia me recomienda, doctor?
Respuesta. Lo primero que recomiendo como terapista ortodoxo es que se recueste. Y luego le har¨ªa una pregunta simple. El secreto de los psicoanalistas es que, aunque no saben nada, se arreglan con preguntarle al paciente. (Pone voz) A ver, ?qu¨¦ le pasa?
P. Su ¨²ltimo espect¨¢culo, Lutherapia, no incluye ning¨²n gag antiguo. ?Y si el paciente necesita repetir?
Terapia de grupo
? El espect¨¢culo Lutherapia llega a Madrid el 25 de septiembre y estar¨¢ en cartel hasta el 21 de octubre en el Palacio Municipal de Congresos (Campo de las Naciones).
? Las entradas est¨¢n a la venta a partir de 45 euros en www.entradas.com, 902488488 y en cajeros de Bankia.
? Les Luthiers ha actuado en 60 ciudades espa?olas desde 1974. A Madrid han venido en 18 ocasiones.
R. Estar¨ªamos ante un pron¨®stico de compulsi¨®n a la repetici¨®n. Aunque en este caso bienvenida sea. Hablando relativamente en serio, a m¨ª me pasa con las cosas que veo de Les Luthiers. Me vuelvo a re¨ªr cada vez como si fuera la primera y eso es una bendici¨®n. Los tiempos han cambiado, antes nos escuch¨¢bamos en vinilo y ahora, cuando queremos revisar un n¨²mero antiguo, lo buscamos en YouTube.
P. Usted ha sido psicoanalista hasta en el cine, en la pel¨ªcula argentina No sos vos, soy yo. ?Le ha cogido el gustito?
R. (Se r¨ªe) Siempre hago de psicoanalista, de dios o del demonio. Le voy a contar un secreto: es por la voz gruesa. Me gan¨¦ la vida como locutor unos a?os.
P. ?Qu¨¦ dir¨ªa Freud de eso?
R. Dir¨ªa, como decimos en el espect¨¢culo, que lo importante es lograr que el paciente desembuche. De hecho, escribi¨® un tratado que titul¨® De Grossen Desembuchen. ?Sabe que todos los miembros del grupo acumulamos horas de div¨¢n para regalar? A?os de pacientes como buenos argentinos, as¨ª que tenemos la suficiente pr¨¢ctica y capacidad de mimetismo como para lograr que parezca una terapia en serio.
P. ?Sus psicoanalistas han ido a ver la obra?
R. S¨ª. Se divierten much¨ªsimo, tal vez sean los que m¨¢s se r¨ªan. Deben descubrir cosas de s¨ª mismos en la parodia.
P. Supongo que 45 a?os juntos dan para muchas terapias de grupo.
R. Imag¨ªnese, da v¨¦rtigo. ?Los artistas somos tan vanidosos! En algunos momentos, te tienta pensar que t¨² solo lo har¨ªas mejor, pero creo que ya hemos superado esa fase. Hicimos una fiesta verdaderamente ¨ªntima para celebrar este aniversario con nuestras parejas, el representante y uno de los reemplazantes que se sabe todo el espect¨¢culo por si pasa algo. Hubo regalos, cohetes que tiran papelitos... Fue muy divertido.
P. ?Se siguen riendo juntos?
R. Salvo en los momentos tensos, somos de buscarle el chiste a cada cosa. Incluso hay un poco de competencia en ese sentido para ver qui¨¦n es el m¨¢s gracioso, aunque es una discusi¨®n ociosa porque todos saben que soy yo. Lo ¨²nico que me hace dudar es todos dicen lo mismo. Se ve que somos un grupo polite¨ªsta. Cada cual cree en su dios, lo que facilita mucho las cosas.
P. ?Cree que la gente necesita m¨¢s humor en ¨¦poca de crisis? La situaci¨®n se ha puesto fea...
R. Creo que no. El humorismo es una pr¨¢ctica que no tiene que ver con los estados de ¨¢nimo.
P. ?Por qu¨¦ se r¨ªe la gente con ustedes si nunca dicen la palabra culo?
R. La usamos una vez en una glosa. Pero hacer re¨ªr sin eso es una clave del di¨¢logo con nuestro p¨²blico, que por suerte no es tan peque?o. Nos ven muchos y creo que les damos otro nivel de juego. Obtenemos la misma carcajada que si dij¨¦ramos culo o si aludi¨¦ramos a un doble sentido sexual.
P. Eso debe de ser m¨¢s dif¨ªcil.
R. Nos cuesta m¨¢s trabajo, pero hacemos chistes con las ideas, con una capa un poco m¨¢s elevada, aunque no sea para intelectuales o fil¨®sofos. No nos gustar¨ªa que solo nos rieran las gracias los amigos. Hemos logrado la complicidad con una franja grande de espectadores en el trenzado de ideas y refinamiento de una situaci¨®n absurda. Ni muy elitistas ni los que se r¨ªen con un bofet¨®n o un ¡®se cay¨® en la mierda¡¯. Nosotros no despreciamos estos temas en las pr¨¢cticas incluso internas. En las reuniones, puestos a decir guarradas, somos espantosos. Pero no merecen que los mostremos al p¨²blico.
P. Despu¨¦s de tanto tiempo, son ustedes transgeneracionales pero de tres o cuatro generaciones al menos.
R. Es fant¨¢stico. Ahora vienen los chicos a vernos. Al principio, cre¨ªamos que era porque los tra¨ªan sus padres, pero muchos tienen ya 18 y acuden solos. Es una gran alegr¨ªa. Sab¨ªamos que mientras tuvi¨¦ramos piernas para estar ah¨ª arriba y hacer espect¨¢culos de calidad, iba a venir la gente, pero nos ve¨ªamos m¨¢s con p¨²blico de 30 a?os para arriba. ?Y sabe? Es uno de los pocos programas familiares posibles en el que todos acuden con la misma alegr¨ªa. El padre no va a rega?adientes al concierto del hijo ni el hijo como concesi¨®n a una petici¨®n del padre. Eso nos llena de orgullo... Cu¨¢ntos elogios me estoy echando, ?no?
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